El propósito de la poderosa flota de destructores, submarinos y portahelicópteros enviada al Caribe por el gobierno estadounidense se presta a especulación.

Bravo por los periodistas de investigación de la Alianza Rebelde, integrada por El Pitazo, Runrunes y TalCual, que informaron verazmente sobre este hecho, mientras el vocero del régimen de Maduro irresponsablemente declaró que era un montaje de inteligencia artificial.

Tenemos un número casi infinito de elementos sobre los cuales ser cínicos, y sociedades dispuestas como nunca antes al cinismo.

Llegará el tiempo, ni qué dudarlo, en que habrá que desempolvar expedientes para hacer memoria, fijar verdades y obtener justicia.

Ya en la cercanía de un cambio profundo en Venezuela tiene sentido refrescar el concepto de que el momento en que el chavismo abandone el poder no será un final, sino un punto de partida.

Lo viví en carne propia: en la barbería nadie sabía nada del ataque de EE.UU. a una lancha venezolana cargada de cocaína. Silencio total. Ni noticieros, ni radio, ni redes para informarse. Solo música y memes. El limbo no es casualidad: es fabricado para anestesiarnos, para que lo grave no importe. Ojos que no ven, ganancia de malhechores.

EEUU debe definir una política exterior hacia Venezuela que no afecte al sector privado, como hasta ahora lo ha afectado con sanciones prolongadas.