La radicalización encuentra en sus propias cámaras de eco la justificación a sus actos. A veces, esas cámaras no piden más que a un sujeto reafirmándose consigo mismo.
El proyecto político surgido a mediados del siglo XX, basado en los valores democráticos, está siendo reemplazado por la lógica de las transacciones. Con ello se abandona un proyecto moral.
El uso indiscriminado de las etiquetas de izquierda y derecha ayudó a vaciarlas de significado. Hoy puede suceder lo mismo con conceptos como autoritarismo, tiranía o dictadura.
Del resquebrajamiento de certezas en las últimas décadas ha surgido un espíritu reaccionario que trasciende las viejas etiquetas de izquierda y derecha.