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Intentan matarlo y no pasa nada

Opinión
Artículos de opinión
Tiempo de lectura: 1 min.

Ayer quedé impactado por la gravedad del atentado que sufrieron los manifestantes de Barquisimeto, incluyendo al joven presidente Juan Guaidó. Y hoy leí los comentarios de una profesora hablando de la innegable valentía de Guaidó y de la aparente apatía de los opositores, que no reaccionan ni siquiera ante un intento de asesinato. Esto motiva la presente nota, que intenta comentar los rasgos principales de la estrategia en las que muchos creen para poner fin a la dictadura.

En primer lugar, no se puede negar que Guaidó es muy valiente y arriesga su propia seguridad con frecuencia. En segundo término, se ha descubierto que pocos opositores están dispuestos a atender los llamados a la calle que hace Guaidó, ni siquiera ante los atentados de los cuales él ha sido víctima.

Y es que creo que “la calle” y el liderazgo carismático pueden influir en promover el desenlace que buscamos, pero no necesariamente forman la combinación fundamental que necesitamos para romper el nudo actual.

Puede que estemos errando al seguir intentando “Calle” sin alguien cuyo espíritu logre encender los corazones de todos los venezolanos y sin una expectativa siquiera mediana de que las manifestaciones harán que los militares reaccionen, al menos no asesinando a los muchachos que manifiestan.

Tal vez nuestras mentes generarían ideas para una acción más eficaz si nos saliésemos del círculo vicioso en el que reclamamos más carisma a quien no tiene más y más arrojo a la inmensa mayoría que tiene miedo a morir y pareciera haber perdido la esperanza.

Tal vez el camino está efectivamente fuera de nuestro propio alcance. Tal vez solos no podemos.