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Entrega de las Firmas (y 2) - Las Crónicas de 26 años

Opinión
Tiempo de lectura: 6 min.

La semana pasada relaté el ambiente que se vivía en la ciudad de Caracas el 19 de agosto, víspera de la entrega de las firmas recogidas por la oposición para solicitar la revocatoria del mandato del presidente Chávez Frías, al cumplirse al día siguiente la mitad de su período y abrirse la posibilidad constitucional de solicitar dicha revocatoria. Hoy relataré el ambiente que se vivía en la ciudad de Caracas ese día, ante la entrega de esas firmas.

Como ya he aclarado, me basaré en un relato de esos hechos, escrito el 20 de agosto de 2004, al que haré, de ser necesario, algunos retoques para que se entiendan ciertas cosas; estos retoques se indicarán en letra cursiva y entre paréntesis. El ánimo es el mismo de los relatos anteriores: describir lo ocurrido para conocimiento de los más jóvenes o de quienes aún no habían nacido, y recordarlo a todos los que participaron en ese proceso. En momentos en que se exacerban las diferencias, luchar contra el olvido, puede ayudarnos a superarlas.

De la noche al día…

(texto original del 20 de agosto de 2003)

El día…

El miércoles 20 de agosto, empezamos el recorrido por Caracas a las 11 a.m.; pero, amanecimos con una sorpresa. Desde temprano supimos que la oposición también había madrugado al Gobierno y, bien temprano (a las 6:30 a.m.), las ignoradas, desconocidas, esperadas, malqueridas, escurridizas, vilipendiadas, pero temidas firmas, solicitando el revocatorio del presidente Chávez Frías, fueron entregadas al CNE en una operación que desconcertó a todos. Si se preparaba algo para impedirlo, se quedaron con los crespos hechos, como reza el refrán popular.

La multitud en Caracas.

Pero no fue la única sorpresa ese día, pues lo ocurrido y visto en Caracas el 20 de agosto sorprendió a tirios y troyanos. Creo que nadie esperaba la multitud que llenó la Autopista del Este en dirección a la Plaza Venezuela; a ese río humano se sumó lo que vino del oeste y lo que llegó por entre las calles de Caracas desde el este de la ciudad. Salí caminando de la Plaza La Meritocracia a las 11 a.m. y a la 1 p.m. solo pude llegar hasta la Torre La Previsora en Sabana Grande. La cuadra que sube desde allí hasta la Avenida Libertador estaba abarrotada, y desde allí hasta la tarima, ubicada frente a la CANTV y hasta el Edificio de PDVSA, la multitud ocupaba todo lo ancho de la avenida y se desparramaba hacia Sabana Grande y La Solano, subiendo por las calles de La Florida hacia la Andrés Bello. Según las estimaciones, las marchas sumadas fueron unos 17 km, con un promedio de 30 m de ancho y una densidad poco menor de dos personas por metro cuadrado. Si a eso le sumamos los que abandonaron en el camino o los que solo recorrieron una parte del trayecto, no sería exagerado calcular que hoy se movilizaron por las calles de Caracas bastante más de medio millón de personas.

El ambiente, tranquilo, de euforia contenida o de cierto susto, de determinación, templaba los ánimos. La gente de la oposición salió a dar una demostración; que nadie se llame a engaños, ni el Gobierno desconociendo la multitud en la calle, ni la oposición pensando en revivir las gestas de diciembre y enero. La gente estaba pensando más en cómo convertir eso en acciones efectivas y votos, que en estar acompañando aventuras mediáticas y demostraciones de fuerza y capacidad de movilización. Por lo pronto, la jugada de la entrega de las firmas no fue la única sorpresa de la oposición. Por una vez la oposición picó adelante; ayer con movilizaciones por toda la ciudad y las principales ciudades del país, fuegos artificiales, pitos y “cacerolazos”, etc. Hoy con la sorpresiva entrega de las firmas al CNE y las gigantescas marchas. Cualquier cosa que ahora hiciera el Gobierno, sería solo una reacción o respuesta a algo evidente: la Coordinadora Democrática (CD), una vez más, había demostrado capacidad de organización, de convocatoria y movilización. Sin estridencias, sin atosigamiento de medios. (La CD era la coalición de partidos políticos, asociaciones civiles y organizaciones no gubernamentales, similar a la Plataforma Unitaria de hoy en día.)

Voceros del Gobierno.

Las declaraciones de algunos voceros del Gobierno ante lo ocurrido resultan insólitas; solo atribuibles a la primera reacción frente a la sorpresa. Una de sus líderes populares, siempre muy agresiva, argumentando que las firmas habían sido entregadas “antes” de la mitad del período y que eso era un fraude. Destempladas las de una diputada quien, ante la inminencia de 120 cajas entregadas al CNE con más de dos millones de firmas recogidas, pedía que se contaran una a una. Zamarras las de un alto funcionario del Gobierno que ayer “no veía” el referendo, pero que hoy, algo mejor de la vista, “vio” también unos “25 mil manifestantes de oposición”, donde antes nunca vio más de tres mil. Una funcionaria del Estado, abogada de la República, argumentaba “galimáticamente” la “extemporaneidad” de las firmas, en contra de criterios que ya habían sido claramente establecidos por el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ).

El presidente Chávez Frías desde Argentina.

Pero las declaraciones más increíbles son las del propio presidente de la República, Hugo Chávez Frías, quien desde Argentina afirmaba que la oposición: no tenía “brújula”, ni “liderazgo”, ni “banderías”, ni “consignas”. No le faltaba algo de razón. Ciertamente, esa multitud que llenó las calles de Caracas y otras ciudades del país, si no tenía liderazgo, como él decía, demostró que no le hacía falta el tipo de liderazgo “caudillista” que el presidente reclamaba. Pero, siendo así, una oposición “sin liderazgo, ni dirección”, diríamos, que nada tenía que temer entonces el presidente ante un referendo revocatorio. Los psicólogos sociales y los analistas políticos podrían decir que ese argumento se desvanecía en la retórica o en la añoranza por identificar un líder a quien enfrentar, porque a la multitud anónima y silenciosa es más difícil derrotarla.

Pero lo grave es que el presidente diga en el exterior y ante medios internacionales que es “…una irresponsabilidad de los líderes opositores entregar unas firmas a un CNE que no existe", y que el actual CNE es “ilegítimo”, pues con esta afirmación está desconociendo, por una parte, varias sentencias del TSJ que claramente establecen que el actual CNE tiene plenos poderes y autoridad; y por la otra, y más importante, deja en entredicho su propia legitimidad, dado que ese CNE es el mismo que lo proclamó Presidente de la República en el año 2000 y que la fuente de legitimidad del CNE, que él ahora cuestiona, fue la Asamblea Nacional Constituyente en donde sus seguidores controlaban el 90% de los votos.

Sin regreso…

Pero, declaraciones oficiales aparte, sobre el tapete está el acto definitivo. Del que no hay regreso. La entrega de las firmas el día de hoy, 20 de agosto, dispara un mecanismo inexorable, –o lo desencadena, como dice una sentencia reciente del TSJ–, que, de llegar a las urnas, solo podía concluir en la revocatoria o reafirmación del mandato presidencial. Y decimos “de llegar a las urnas”, porque una vez activado el mecanismo solo se detiene con un referendo o con la renuncia del presidente de la República.

Conclusiones.

Lo extraordinario de esta situación es que hasta ahora los presidentes han salido con golpes de estado o con decisiones de Tribunales Supremos y hemos visto también salir dictadores con votaciones populares. Esta sería la primera vez en la historia democrática de este continente y probablemente del mundo, que un presidente electo tiene que dejar el poder por mandato popular. Chávez Frías tiene en el poder más de cuatro años y medio; pero, en el subconsciente colectivo de los venezolanos está grabado –tras cuarenta años de democracia– que un presidente en Venezuela no dura más de cinco años en el poder. La conciencia democrática nos pide una consulta popular y en las calles de Caracas se hizo hoy evidente esa petición. Hay un derecho constitucional a revocar el mandato, está más allá de toda duda que una parte del pueblo venezolano lo quiere ejercer y es un deber, como demócratas, defender ese derecho y trabajar para que sea el pueblo el que se exprese en las urnas, con un SÍ o con un NO.

Conclusión actual.

Como bien sabemos, el referendo revocatorio se llevó a cabo el 15 de agosto de 2004 y Chávez Frías fue reafirmado en su mandato; pero, también hemos visto los esfuerzos de la oposición para alcanzar su objetivo de revocarlo.

https://ismaelperezvigil.wordpress.com/