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Quisiera ser un mago

paloma
Tiempo de lectura: 2 min.

La magia es un arte que pretende producir efectos que desafían las leyes naturales. Busca influir en el mundo de forma, si se quiere, sobrenatural. Nos referimos a la magia de la transformación que se basa en cambiar radicalmente las cosas y con efectos irreversibles, es la que deseo para tener el poder de cambiar todo lo malo e indeseado y hacerlo bueno y conveniente, tanto material como humano. 

Qué bueno sería empezar por cambiar al hombre para hacerlo más humano, más dedicado a la Patria y a la familia, más dispuesto a servir y no a servirse; más solidario, particularmente con los más débiles y vulnerables. Si logramos cambiar a los hombres, y para ello no se necesita ser mago, estaríamos avanzando muchísimo en el cambio de la lamentable sociedad que aún tenemos. 

Estamos en una sociedad excesivamente materializada donde lo espiritual escasea. Lo entiendo, sin justificarlo, que por la inmensa pobreza y hambre no tengamos tiempo ni disposición de pensar en valores y menos de comportarnos de acuerdo a ellos, solo queremos superar cuanto antes la horrorosa situación en que estamos.

Creo con firmeza que, si nos cargamos de voluntad, de fuerzas, de toda la dedicación y convicción, nos podemos acercar a la condición de mago.

A Konrad Adenauer, Primer Ministro de Alemania, después de recuperar a Alemania de la devastación criminal por los efectos trágicos de la segunda guerra mundial, lo llamaron “El artífice del milagro alemán”; ante esto respondió en una ocasión, no fue un milagro, fue la dedicación de muchos que con férrea vocación de servicio y alta conciencia se dispusieron a salir con éxito de la inmensa tarea de levantar a nuestra Patria.

El milagro es un hecho inusual que se cree es sobrenatural y por lo tanto es atribuido al santo poder de Dios y Adenauer, que era un gran creyente en la existencia del Padre Eterno, agregó al final que el Espíritu Santo los había acompañado en el éxito de esa tarea, que la gente luego calificó de milagro.

Pues, también nosotros podemos lograr el milagro venezolano, solo falta disponernos firmemente con mucha convicción, voluntad, fuerza y entrega total para alcanzarlo, con la seguridad, que como con Adenauer, el Espíritu Santo estará a nuestro lado ayudándonos. Roguemos la intervención de la divinidad en esta hora tan difícil para salir con éxito de la inmensa tarea que estamos en la obligación y emplazados a cumplir, en la seguridad que Dios Padre y la familia nos lo reconocerán y agradecerán por siempre.