Dubái y Venezuela, sé que la comparación es absurda y sin sentido, por lo que es Dubái hoy, y muy lamentablemente, somos nosotros.
Dubái es una ciudad de los Emiratos árabes, una de las siete que lo forman. Su desarrollo empieza con la aparición de sus recursos petroleros que se inició en 1930, cuando los primeros equipos realizaron estudios geológicos y descubrieron la riqueza de su suelo. Cuando empezó la explotación en forma del recurso hidrocarburo, en 1969, supieron utilizarlo como palanca de su desarrollo y lograron la diversificación económica que se propusieron, hasta tener un vasto sector financiero de primera, un turismo de lo alto, y exportaciones que hoy son sus principales fuentes de ingresos, tanto que el petróleo sólo influye en esas fuentes en un 25%.
Resolvieron sabiamente promover y estimular los espacios a la iniciativa privada y por ello Dubái es una de las mejores ciudades para vivir, ofreciendo un alto nivel de vida y una infraestructura de primer nivel, incomparables servicios públicos e inigualables opciones de estilo de vida. Estar en Dubái es ver una película cargada de fantasía y de lo impensable. El verdadero desarrollo de Dubái se inicia a principio de la década de los setenta y cuarenta años después paso a ser lo que es hoy.
Nosotros en treinta años hemos sufrido una involución increíble pese a ser el país de las mayores reservas petroleras del mundo. Dubái no es ni la vigésima parte de lo que somos nosotros en petróleo. Este impresionante retroceso se debe al desgobierno del chavismo y madurismo que destrozaron todo lo bueno y empeoraron lo malo, llegando a la monumental crisis que confrontamos y sufrimos. La involución ha sido tan grave que, de ser el país más rico de Latinoamérica, ahora somos uno de los más pobres del planeta. Antes éramos una atracción para el turismo y ahora a nadie se le ocurre visitarnos. PDVSA fue la tercera empresa en importancia del mundo y ahora es una chatarra fuera del ranking de importancia. Alguien dijo que, si ponen a administrar el desierto de Sahara a este régimen, en meses no habrá arena.
Si se hubieran dedicado con la misma intensidad que lo hicieron para destruir al país, a su desarrollo integral, seguro fuésemos otro país. Ahora, como si fuera poco, desafía el régimen a la primera potencia del mundo, creando a todos preocupación e incertidumbre.
El tiempo que invirtió Dubaí en su desarrollo integral, este régimen lo utilizó para destrozar la República y cargarnos de todos los males.