El jueves 27 de este mes de noviembre, en los Estados Unidos se celebra en todas las familias de ese país el “día de acción de gracias” (thanksgiving day, en inglés), es una fecha nacional que en los últimos doscientos años la celebran religiosamente. Tiene su origen en 1621 cuando colonos ingleses de Plymouth, Massachusetts y nativos americanos del pueblo Wampanoag compartieron un festival de tres días para celebrar la primera cosecha exitosa después de un invierno extremadamente difícil; la festejaron con pavo, calabazas y frutos secos. Más tarde, en 1863, el Presidente para la época, Abraham Lincoln, proclamó el último jueves de noviembre de cada año como “Día Nacional de Acción de Gracias”.
Escribo lo anterior para decirles que recibí la información que los comandantes de todas las naves apostadas en la cercanía de nuestra costa caribeñas de los Estados Unidos a propósito del conflicto con el régimen que aún tenemos, le notificaron a todo el personal que tienen a sus órdenes, más de 8.000 marines, que para el día de acción de gracias todos estarían en sus casas con sus familias, es decir, para este próximo jueves 27 de noviembre, entiendo que por órdenes superiores.
Ahora bien, para que ello ocurra las naves deben estar partiendo a más tardar una semana antes, es decir, el jueves 20 de este mes y si ocurre así debemos suponer que para esa fecha de partida todo el conflicto planteado estará resuelto, es decir, el régimen abandonó el poder y se sometió a la justicia. Lo otro, que Trump se retire sin nada en las manos, lo descarto totalmente; se está jugando su palabra, su prestigio y su nombre y si lo llega a hacer la historia lo tendrá como un sin palabra, cobarde y falso, recibiría un cuestionamiento muy severo del mundo.
Como debe suceder el abandono del poder y el sometimiento a la justicia, espero y deseo, para menores traumatismos que pueden ser fatales, sea por entrega sin oposición. Entonces seguimos esperando el desarrollo de estos días que pueden ser los últimos de este enfrentamiento. Solo pudieran cambiar las fechas anteriores citadas, la aparición de imprevistos de muchísima importancia que alteren notablemente lo que hoy presenciamos, de no ser así, todo sucederá como lo hemos informado. Continuamos en la espera sin desesperarnos.