Adorada Carmen, le dice José Gregorio, por disposición de nuestro Padre Eterno, nos encontramos en esta dimensión divina acompañándolo, lo que nos eleva inmensamente a niveles que jamás imaginamos y desde aquí debemos continuar con nuestra labor vocacional por lograr el Bien Común y la Justicia Social. Debemos velar y esforzarnos por toda la humanidad, pero de manera muy particular por nuestra tierra amada, por Venezuela.
La Santa Rendiles le responde, tienes toda la razón y en ello, con mucha firmeza, te acompaño, nosotros, gracias al Señor, no vivimos la inmensa crisis, tan profunda e inhumana, que confronta muy penosamente nuestro país, tú te nos fuiste materialmente por una infausta tragedia en 1919 y yo fui llamada por nuestro Creador en 1977, pero sentimos, junto a todo el pueblo, todos sus estragos y conmoción como si la viviéramos. Como bien señalas desde esta dimensión divina nos corresponde interceder ante nuestro Padre Eterno para que cuanto antes libere a nuestra amada Venezuela y la devuelva a la democracia y a la libertad.
Entonces, desde ya, le dice José Gregorio, debemos dedicarnos con profundidad, como debe ser, a la oración e imploración para llegarle a nuestro Señor, en la seguridad que Él nos escuchará y procederá a interponer sus definitivos oficios para recobrar la democracia, que hasta ahora es el sistema de gobierno menos imperfecto y la Justicia.
La Santa Rendiles le informa, yo siempre como tú también, he estado permanentemente preocupada por el desarrollo integral, material y sobre todo espiritual, de nuestro pueblo, con la felicidad y bienestar de todos nuestros hermanos venezolanos en la Fe y ahora aquí, en esta dimensión íntegramente divina, nos corresponde como deber ineludible, y hoy impostergable, continuar cargados de inmensa esperanza y optimismo cierto y razonable en un destino inmediato muy distinto y mucho mejor.
Entonces, dice José Gregorio, dediquemos íntegramente nuestro tiempo para orar y ayudar a nuestro querido pueblo para vuelva a ser feliz y gozar de bienestar en medio de los naturales inconvenientes. Venezuela aún dispone de inmensos recursos humanos y materiales, dados por la Divina Providencia, para volver a ser lo que fue y altamente mejorado, solo falta la voluntad de todos unidos, en la seguridad que nuestro Padre nos ayudará para conquistar el país deseado.
De seguida apunta la Santa, vamos desde ya a hablar con nuestro Creador y Padre Eterno en la seguridad que nos escuchará y hará realidad nuestro ruego. Seguimos en la compañía y bendiciones de Dios y de su Santa Madre.
Al final y para despedirse momentáneamente, dice José Gregorio, como bien sabemos, quienes viven materialmente son imperfectos porque así lo quiso el Santo Creador, pero roguemos intensamente para que las debilidades sean inmensamente superadas por las virtudes.