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Luis Manuel Aguana

Nueva ruta, nuevo pacto, nuevo enfoque

Luis Manuel Aguana

Después de leer mi última nota un buen amigo me llamó para decirme, palabras menos, palabras más, “Muy bien Luis Manuel, si acepto tu argumento donde ya es un mandato popular no acudir a ningún proceso electoral hasta que Maduro se vaya, entonces estamos desarmados, solo a la espera que vengan a ayudarnos desde afuera ¡y sin posibilidad alguna de movilizarnos!”. Y eso es lo que la gente piensa porque eso es lo que le han hecho creer los enemigos de la Consulta Popular.

El primer resultado concreto de la Consulta Popular es un mandato constitucional vinculante (nótese que digo “es” y no “fue” porque aun está en desarrollo) que les puso una camisa de fuerza a los agentes políticos del país, y que ordena a todos los venezolanos quemar las naves en la exigencia clara de no mover un voto más hasta que la corporación criminal de Maduro abandone el poder que usurpa. Los factores políticos que suscribieron el Pacto Unitario del 7 de septiembre de 2020 en la Hacienda la Vega, donde se anunció por primera vez la ejecución de una Consulta Popular, están en la obligación con los venezolanos de cumplirlo.

Pero aun así, la mayoría de los 37 partidos políticos, en especial los principales, que firmaron esa ruta han movilizado a su militancia en toda Venezuela a participar en unas elecciones regionales con el régimen, ignorando olímpicamente los resultados vinculantes y obligantes de la Consulta Popular que ellos mismos avalaron el 7 de septiembre de 2020. Y en el supuesto negado de que no fuera vinculante, esa expresión tan contundente y mayoritaria no puede ser ignorada y desoída, y mucho menos desobedecida por alguien que se considere demócrata.

¿Quién es entonces el doliente de los 6,4 millones de voluntades expresadas del 7 al 12 de diciembre de 2020? ¿Nuestros “representantes” políticos? Es claro que no son aquellos quienes le han dado la espalda a ese mandato de diciembre los llamados a hacerlo respetar, porque se encuentran activamente buscando cargos que solo existen en su imaginación con una corporación criminal que gobierna en Venezuela. De allí que seamos los ciudadanos los responsables de hacerlo porque ese es un mandato que nos corresponde hacer cumplir a todos los venezolanos, no solamente a los partidos políticos.

Es por eso que luego de ese abandono, aquellos que no hemos dejado de luchar en los distintos ámbitos de la vida del país, hemos propuesto una nueva Ruta Ciudadana con un nuevo Pacto, pero esta vez como consecuencia y en respaldo de algo que constitucionalmente no se había expresado antes de manera constitucional, que no es otra cosa que la exigencia mayoritaria del pueblo venezolano expresada al mundo en una Consulta Popular donde 6,4 millones de venezolanos ordenaron que Nicolás Maduro Moros abandonara el poder para después realizar elecciones libres, justas y verificables, y desconocer en el camino la espuria elección parlamentaria del 6 de diciembre de 2020.

Pero aun así, el régimen con la ayuda de los técnicos electorales de esos partidos opositores han reanudado la marcha para designar un nuevo CNE que será igualmente espurio como lo es ya la Asamblea Nacional que lo designará, rechazada por el pueblo venezolano el 6 de diciembre de 2020 y por la Comunidad Internacional. Ninguno de esos 75 postulados para Rectores del CNE son ignorantes de la situación venezolana por lo que se constituyen en cómplices y agentes –si ya no lo eran antes- de la continuidad del régimen de Nicolás Maduro Moros.

Y como no esperábamos que Maduro obedeciera como cualquier demócrata el mandato popular, los ciudadanos entonces debemos organizarnos para que lo haga, basándonos en las premisas de ese mismo mandato y en la Constitución. Y esa es la razón del Pacto para el Restablecimiento Constitucional que busca unir a todas las fuerzas ciudadanas dentro y fuera de Venezuela, para restituir el orden constitucional, lo que no solo traería como consecuencia el logro del Cese de la Usurpación ordenado en la Consulta Popular, sino el reordenamiento institucional de la República y el saneamiento del resto de los Poderes Públicos desnaturalizados por la corporación criminal de Maduro y sus cómplices.

Esta cruzada es difícil pero no imposible. Pero el enfoque para la lucha que planteamos ahora es muy diferente. Serán otros los que estarán al frente de esta nueva Ruta. Ya no serán los dirigentes de unos partidos con intereses y que privilegian buscar cargos en unas nuevas elecciones pagadas para ellos por el régimen, por encima de idear como salimos de este infierno. No serán aquellos quienes abandonaron al pueblo venezolano al arbitrio de una corporación criminal a favor de sus intereses políticos. Serán los mismos ciudadanos quienes se den a esa tarea. Serán los dolientes directos de esta tragedia venezolana quienes tendrán que pelear por su propia supervivencia. La Consulta Popular nos empoderó como ciudadanos no investidos de autoridad para restituir el orden constitucional con un mandato derivado de la misma Carta Magna. Este es el otro resultado concreto de ese proceso.

¿Y cómo sería la ejecución de ese nuevo enfoque? Los ciudadanos activados por el Pacto acuerdan: “Activar formalmente el procedimiento de restablecimiento del orden constitucional, de conformidad con el artículo 333 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, procedimiento que se sostendrá por la ciudadanía no investida de autoridad, sin perjuicio del deber que tienen al respecto los ciudadanos investidos de autoridad, hasta tanto se haya cumplido el objetivo de asegurar el restablecimiento de la vigencia del Estado democrático y social de Derecho y de justicia pactado en nuestra vigente Magna Carta”.

¿Qué significa lo anterior? Que no tomamos el Artículo 333 Constitucional simplemente como enunciativo de lo que hay que hacer sino que establecemos mediante este Pacto un procedimiento para restablecer el orden constitucional, sustentándonos en todos los considerandos enunciados allí, para finalmente “Promover la conformación de una Conferencia para el Restablecimiento Constitucional y la Reafirmación de la Soberanía Popular, a integrarse conjuntamente con la ciudadanía investida de autoridad, en acatamiento al mandato vinculante expresado el 12 de diciembre de 2020; instancia que asumirá la vocería, representación y coordinación de las acciones señaladas para el restablecimiento constitucional y democrático, y organizará sus réplicas a nivel internacional, regional, municipal y parroquial”. En otras palabras, un accionar de la ciudadanía para organizarse y movilizarse para el rescate de la institucionalidad usurpada.

La «Conferencia para el Restablecimiento Constitucional y la Reafirmación de la Soberanía Popular» se debe entender como una coordinación de organizaciones desde donde deberán salir las acciones en todos los niveles para el logro del restablecimiento constitucional y en consecuencia el Cese de la Usurpación. La Conferencia para el Restablecimiento Constitucional se establecerá en los niveles Nacional, Internacional, Estadal, Municipal y Parroquial, cubriendo en cada uno de esos niveles la representación de los 7 ámbitos de actuación señalados para la sociedad civil en el Artículo 326 Constitucional. La promoción de esta fórmula nos permitirá a todos actuar coordinadamente y en forma transversal en todo el país, canalizando las exigencias de cada uno de los sectores en una sola voz y una sola fuerza capaz de remover los cimientos del régimen.

La articulación de nuestras actuaciones como sociedad civil no investida de autoridad con aquellos poderes legítimos investidos de autoridad, en este caso la Presidencia Encargada y la Asamblea Nacional (hoy actuando como Comisión Delegada) solo dependerá de ellos. La fuerza ciudadana no necesita para expresarse ni movilizarse de ningún tutelaje de los investidos de autoridad pero si respeta su condición de poderes legítimos reconocidos internacionalmente. Es ese mismo reconocimiento el que exigimos de ellos para actuar coordinadamente en una tarea que nos es ordenada constitucionalmente a ambos como lo es la restitución del orden constitucional. De allí que se encuentren también mencionados en el Pacto.

Ya comenzamos a dar los primeros pasos a nivel nacional y regional con la firma de representantes de la Federación Médica Venezolana y con representantes de los trabajadores de las industrias básicas de Guayana (Intersindical de Guayana, ITG).

La consolidación de este movimiento de la Sociedad Civil que ya comenzamos solo será posible de la convicción de todos los venezolanos de que lo que obtuvimos del 7 al 12 de diciembre 2020 con la Consulta Popular nos inviste de la suficiente soberanía para actuar como uno solo y con una sola fuerza. Confundirnos con lo que dicen quienes pretenden engañar a los ciudadanos de que aquí no paso nada, es olvidar que poseemos en esencia esa fuerza concedida por nuestro texto fundamental, y que aplicada correctamente será la llave que le abrirá de nuevo las puertas a la libertad de Venezuela…

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Guaidó versus oposición oficial

Luis Manuel Aguana

Tengo un querido amigo, extraordinario analista político, que está realmente convencido que Juan Guaidó es un fraude. Sí, un fraude que nos ha engañado a todos y que terminará siendo otra decepción para los venezolanos.

Le he contestado a esa afirmación que si eso es así y tiene la razón entonces el último que salga que apague la luz de Venezuela (ya al parecer algo de eso está pasando con el apagón del país del 7 y 8 de marzo). Pero si queremos ser objetivos, tengo que aceptar que Guaidó ha acompañado al G4 en la aprobación de la inconstitucional Estatuto para la Transición que secuestra las atribuciones constitucionales del Presidente de la República, ha aceptado de buena gana el nombramiento chimbo de Embajadores sin experiencia diplomática, ha acompañado la no aprobación del uso de misiones militares extranjeras en el país para el ingreso de la Ayuda Humanitaria, etc., etc., etc… Muchos errores que hacen dudar a cualquiera.

Pero hay algo muy en el fondo que me dice que mi amigo está equivocado. No sé si porque como venezolano siento que de todas las oportunidades que hemos tenido esta es la más cercana, y que puede tener éxito en deshacernos de esta plaga que se adueñó de Venezuela.

Quiero por necesidad creer que este muchacho de 35 años –y no lo digo despectivamente ya que puede ser mi hijo- debe tener por construcción el gen del cambio en su ADN, teniendo la grandiosa, la enorme oportunidad de introducirnos como sociedad al Siglo XXI como lo hizo Eleazar López Contreras con la sociedad venezolana en el año 1935 del Siglo XX.

Juan Guaidó era apenas un niño de 16 años cuando fue damnificado de Vargas en diciembre de 1999. Ni siquiera pudo haber votado por la Constitución vigente que se decidió debajo ese palo de agua. No pudo saber ni entender en ese momento qué significaron los últimos años del desastre político que trajo a Hugo Chávez, ni su insurgencia golpista del 4F 1992 cuando Guaidó contaba apenas con 9 años. No es de ninguna manera un puente entre el pasado cuarto-republicano y el presente madurista.

Él es una mezcla rara de una juventud que por contacto familiar sabe lo que pasó pero no vivió lo que vivimos muchos venezolanos del “ta’barato dame dos”, ni del Plan de Becas Gran Mariscal de Ayacucho, porque eso había que vivirlo.

Esa juventud si desea salir de esto para algo nuevo pero no lo sabe a ciencia cierta porque eso hay que fabricarlo de cero, y lo mejorcito que tiene a la mano como experiencia lo representa esa especie opositora que sobrevive aun en la Asamblea Nacional, con especímenes como Henry Ramos Allup, Omar Barboza, Edgar Zambrano y el resto de “próceres de la cuarta” quienes tuvieron en su oportunidad el poder real para cambiar a Venezuela en los años de la democracia y no lo hicieron. Esa gente es como los insectos que sobrevivieron a una explosión atómica y ahora ven la oportunidad de volver. No podemos dejar que eso pase porque esos muchachos no tienen la experiencia debida y no vivieron lo que nosotros si vivimos de las decisiones que esa gente tomó y que trajeron la peste de Hugo Chávez.

Y yo sí puedo decirlo con propiedad, como muchos que fuimos testigos de esos años, que esa gente no es de ninguna manera ejemplo político para Guaidó ni para ningún otro muchacho de la política actual. Es como si López Contreras hubiera visualizado un país nuevo con el paradigma gomecista pero peor, porque no lo vivieron. López vivió como Ministro los años de Juan Vicente Gómez y sabía con mucha mejor certeza para dónde conducir al país.

Entonces la especie de que Juan Guaidó está “secuestrado” como muchos otros jóvenes por esa manada de viejos puede ser posible por esa inexperiencia, pero deposito mi mayor confianza en ellos porque a esa generación no le queda otra alternativa que acabar con esa claque so pena de que nos hundamos todos. No se acaba de morir el castro-chavismo-madurismo, pero tampoco acaba de nacer lo nuevo adonde llevar al país. La nefasta influencia en esa juventud de grupos como los de AD y UNT (que en el fondo son lo mismo), máximos exponentes de ese pasado y responsables directos de la aparición de Chávez, pone la mesa servida para una lucha por la definición de un nuevo panorama político para Venezuela. ¿Estará Juan Guaidó agavillado con eso para regresar a una Venezuela que no conoció, donde AD como factor regresivo de la política sea el principal actor por encima del resto? No me lo creo. Si eso es así, sería suicida para los venezolanos. Y la manera más expedita de retorno de los chavistas al poder después de la transición. ¡Cuidado con eso!

Por alguna razón intuitiva no veo a esa nueva juventud política ni a Guaidó en ese plan, a pesar de todos los indicios que indican lo contrario. Veo a unos jóvenes inexpertos cometiendo errores graves como los del 23F donde un grupo de “boys scouts” intentaron meter una ayuda humanitaria al país sin custodia militar extranjera, o pretender acabar con la usurpación sin aprobar expresamente la presencia de militares extranjeros en el país desde la Asamblea Nacional. Esa inexperiencia y tozudez pueden costarnos cientos de vidas en Venezuela. Ya está pasando.

Allí si veo la mano peluda de esa oposición oficial del G4 que desea el fracaso del joven Guaidó y lo deja equivocarse, incluso sugiriendo esas estrategias, porque no quiere por ningún concepto que éste pase de esos 30 días que indica el Estatuto de la Transición, yéndose directamente a una elecciones que no se pueden hacer en ese tiempo, sin pasar por un verdadero Gobierno de Transición, porque esa transición la quieren hacer ellos y con los candidatos que ya están cantados. Desean a Guaidó jugar un papel desechable para sus fines. Por ningún lado lo más rancio de esa claque política cuarto-republicana que está en la Asamblea Nacional desea que Guaidó ejerza ahora mismo plenamente sus competencias constitucionales como Presidente Encargado y menos aún por más de 30 días, así tengan que usar ese mismo CNE castro-chavista-madurista. Es por eso el acelerador de los Rectores del CNE.

Pero no tienen alternativa. Lo que ha pasado dentro y fuera de Venezuela desde el 23E ha sido determinante. Guaidó es un fenómeno político del que no se pueden desembarazar y están condenados a hacer esa transición con Guaidó a la cabeza porque es a Guaidó a quien la Comunidad Internacional ha reconocido y el pueblo de Venezuela quiere como Presidente Encargado para esa Transición. Guaidó se ha convertido en un fenómeno que difícilmente podrán apartar sin un costo difícil de asumir. La UNICA manera en que ese Gobierno de Transición tenga éxito es que Juan Guaidó lo ejerza plenamente después del “cese de la usurpación”. No es posible una nueva elección como la pretenden hacer sin un cambio institucional de envergadura del CNE, acelerando la designación de nuevos Rectores y sin cambiar estructuralmente el Poder Electoral, como ya lo explique en mi nota anterior.

Y eso es lo que creo que está esperando pacientemente el presidente encargado Juan Guaidó. Una vez realizada la primera fase de la trilogía, “cese de la usurpación”, Guaidó tendrá la libertad de arreglar con la gente apropiada todos los entuertos del comienzo producto del maridaje con los factores del G4. Sería un Guaidó versus oposición oficial de manera taimada y encubierta donde el que tenga más aguante gana. Si resiste y se mueve políticamente bien se podrá apartar inteligentemente de aquellos que desean su fracaso, y al neutralizarlos podrá marcar un nuevo comienzo. Pero debe escuchar fuera del círculo que lo rodea, y en especial a la gente que sabe, y decidir por él mismo y su intuición, no por lo que le dicen los dinosaurios. Todos queremos su éxito y sus peores enemigos los tiene a su lado.

Si Juan Guaidó tiene éxito en comenzar un nuevo Gobierno de Transición sin entregarlo a la influencia nefasta del cuarto-republicanismo, Venezuela podrá tener la oportunidad de oro de una transición como verdadera entrada al Siglo XXI, como la tuvieron los venezolanos en 1935, de las manos de Eleazar López Contreras, y no como una extensión de lo peor de finales del Siglo XX. ¿Será capaz Juan Guaidó, fiel exponente de esa juventud que murió en las calles por una mejor Venezuela, de traicionar eso a favor de lo peor de la política venezolana de los últimos 60 años, y que todavía anda vivita y coleando en esa Asamblea Nacional? Si es capaz de esa traición, habrá tenido razón mi querido amigo y yo me habré equivocado de nuevo –no es la primera vez- pero lo habré hecho creyendo en la juventud venezolana que tanta sangre ha derramado por Venezuela…

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Ciudadano Bolívar

Luis Manuel Aguana

A pesar de saber que existe una infinito río de documentos históricos, opiniones de expertos políticos y militares alrededor de la figura de Simón Bolívar, hoy me gustaría modestamente dedicar unas líneas, no a esa figura mítica manoseada por todo el mundo del héroe latinoamericano, Libertador de 5 naciones, sino al ciudadano, al político, cuya perspectiva más allá de lo militar, es lo que creo que podemos analizar el común de las personas.

Cuando a los venezolanos nos presentan por primera vez en nuestra vida escolar la figura de Bolívar, no nos muestran la faceta ciudadana del Libertador. Nos muestran la faceta del militar, la del héroe de la Independencia. Todos los venezolanos hemos crecido con ese estereotipo en la mente.

Las pinturas y cuadros más representativos de la época en su mayoría nos muestran a un Bolívar vistiendo uniforme militar, y no es extraño que esto sea así porque, la mayor parte de su cortísima existencia –recuerden que murió a los 47 años- transcurrió organizando ejércitos y batallas para la liberación de Venezuela y 4 naciones más. Será por eso que la faceta que siempre he pensado como la más importante de la vida de este ser humano ha quedado escondida, al punto que me atrevería a decir que Bolívar fue militar por las circunstancias que le toco vivir, siendo a mi juicio la faceta más importante la del político y ciudadano. Y siendo esta la fundamental, la del militar se vio potenciada como consecuencia.

Tal vez en mi impertinencia de analizar la quintaesencia ciudadana del Libertador, trato de darle sentido al esfuerzo que tuvo de liberar repúblicas. Si la idea era construir naciones, eso no podría llevarse a cabo sin gente que entendiera el verdadero sentido de la libertad. Esto lo resumió el Maestro Simón Rodríguez al sostener la tesis de que es una contradicción desear Repúblicas sin republicanos. De acuerdo con el Maestro del Libertador, la única manera que hay es formándolos en las escuelas, para que las Repúblicas que estaban naciendo y obteniendo su libertad de la espada de sus soldados, se pudieran sostener. De acuerdo al Maestro la materia más importante de esa formación debía ser “la sociabilidad”. Esto en palabras modernas se llamaría enseñar ciudadanía.

De acuerdo a Arturo Uslar Pietri, el Maestro Simón Rodríguez afirmaba: “el que nada sabe, cualquiera lo engaña, el que nada tiene, cualquiera lo compra”. Uslar Pietri indicaba que en esta tesis, “se trataba de enseñar para que nadie pudiera engañar a otro y de darle una base productiva para que nadie pudiera comprarlo, para que fuera un ciudadano” (ver Simón Rodríguez, Parte 3, en https://youtu.be/2ExSCFfHMe4).

Este es realmente el cemento que garantiza la estabilidad de las naciones y eso lo sabía el Libertador, al punto que envió a su Maestro al territorio que hoy lleva el nombre de Bolivia para organizar esa escuela de ciudadanos. Lamentablemente el experimento fracasó y se libertaron militarmente naciones pero sin ciudadanos que las hicieran prósperas y estables. Esa enfermedad nos alcanza todavía en pleno siglo XXI. No podemos perpetuar ese error so pena de no haber terminado de romper las cadenas de las que nos liberó Simón Bolívar.

Eso explica la caída de la democracia venezolana y la pérdida de nuestra libertad a manos de un pueblo esclavizado por una dictadura como el cubano. ¡Da dolor decirlo! “Un pueblo ignorante es un instrumento ciego de su propia destrucción; la ambición, la intriga, abusan de la credulidad y de la inexperiencia de hombres ajenos de todo conocimiento político, económico o civil; adoptan como realidades las que son puras ilusiones; toman la licencia por la libertad, la traición por el patriotismo, la venganza por la justicia”. Eso lo dijo el ciudadano Simón Bolívar al despojarse de todo su poder ante el Congreso de Angostura del 15 de febrero de 1819.

El ciudadano Bolívar dijo en ese discurso “Un gobierno republicano ha sido, es y debe ser el de Venezuela; sus bases deben ser la soberanía del pueblo, la división de los poderes, la libertad civil, la proscripción de la esclavitud, la abolición de la monarquía y de los privilegios. Necesitamos de la igualdad, para refundir, digámoslo así, en un todo, la especie de los hombres, las opiniones políticas y las costumbres públicas…”. ¿Cómo es posible que un gobierno que se dice “bolivariano” atropelle ese legado histórico del Libertador? ¿Cómo es posible que cualquier gobernante venezolano sea capaz siquiera de atender cualquier política que vaya en contra de nuestro legado mas preciado?

El Simón Bolívar que deberíamos cultivar de ahora en adelante al recuperar nuestra libertad es el Bolívar ciudadano, no el militar. De haber respetado los militares la memoria histórica del Bolívar militar, nunca nos encontraríamos en esta deplorable situación con un régimen que atropella su memoria y va en contra de sus principios fundamentales.

Deberemos enfatizar en las escuelas el Bolívar ciudadano y político de la Sociedad Patriótica de Caracas del 3 de junio de 1811: “¿Qué nos importa que España venda a Bonaparte sus esclavos, o que los conserve, si estamos resueltos a ser libres? Esas dudas son el triste efecto de las antiguas cadenas. ¡Que los grandes proyectos deben prepararse con calma! Trescientos años de calma, ¿no bastan? ¿Se requieren otros trescientos todavía?”. Todavía sufrimos “el triste efecto de las antiguas cadenas” donde los partidos hacen con los venezolanos lo que les viene en gana, porque no existen todavía ciudadanos capaces de comprender de donde proviene la soberanía.

Y volviendo a Angostura: “Un pueblo pervertido, si alcanza su libertad muy pronto vuelve a perderla; porque en vano se esforzarán en mostrarle que la felicidad consiste en la práctica de la virtud; que el imperio de las leyes es más poderoso que el de los tiranos, porque son más inflexibles, y todo debe someterse a su benéfico rigor; que las buenas costumbres, y no la fuerza, son las columnas de las leyes; que el ejercicio de la justicia es el ejercicio de la libertad.”. En este discurso Bolívar primero se consideró ciudadano primero antes que Libertador: “Yo someto la historia de mi mando a vuestra imparcial decisión; nada añadiré para excusarla; ya he dicho cuanto puede hacer mi apología. Si merezco vuestra aprobación, habré alcanzado el sublime título de buen ciudadano, preferible para mí al de Libertador que me dio Venezuela, al de Pacificador que me dio Cundinamarca, y a los que el mundo entero puede dar.”.

La única manera de asegurar que esta tragedia que vive Venezuela no vuelva a ocurrir después de salir de la tiranía, es aprender del ciudadano Bolívar. Nos quedamos en el Bolívar militar de las plazas, montado a caballo con la espada desenvainada en contra de los enemigos de Venezuela. Nos toca comenzar a entender que los verdaderos enemigos de ahora son la falta de educación y la lamentable falta de ciudadanos. Eso es lo que verdaderamente nos ha llevado a esta tragedia. Enterremos al Bolívar militar y rescatemos al ciudadano Bolívar. Es el mejor homenaje que podemos hacerle los venezolanos en este nuevo año de su nacimiento, y en desagravio por haber olvidado sus palabras que fueron escritas para nosotros, y que no hemos sido capaces de honrar como Nación…

Caracas, 24 de Julio de 2018

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En la consulta está la respuesta

Luis Manuel Aguana

Es natural el escepticismo de la gente ante una nueva Consulta Popular. Y no es para menos. Después de la estafa a la voluntad popular perpetrada por la Asamblea Nacional expresada el 16J, aplica el viejo dicho que el pueblo asume: el picado de culebra le tiene miedo al bejuco.

Sin embargo, el hecho que los factores políticos de la Asamblea Nacional no hayan obedecido el mandato del pueblo el 16J, no invalidó la consulta como la herramienta política, al punto que esta sentó definitivamente a Venezuela y el mundo lo que el pueblo venezolano desea.

La consulta del 16J tuvo resultados políticos tangibles en todo el mundo, tanto que el respaldo dado a la oposición venezolana fue de tal magnitud que era posible ejecutar el mandato sin ningún obstáculo en el país. Un gobierno surgido desde la Asamblea Nacional el 17J hubiera tenido una legitimidad incuestionable ante el mundo, y a las Fuerzas Armadas se les hubiera puesto muy cuesta arriba no obedecer ese mandato.

Y aun cuando los partidos se hayan escondido detrás de un supuesto “no vinculante” legal muy discutible para no hacerle caso a lo que el pueblo grito y demostró con sangre en las calles antes de la misma consulta, el pueblo se expresó claramente en relación a lo que deseaba: un rechazo a la Constituyente del régimen y un cambio inmediato de gobierno. Eso todavía gravita sobre las cabezas de quienes son todavía los principales responsables de los partidos de la Asamblea Nacional.

Cualquier consulta que se le haga al pueblo de Venezuela es políticamente vinculante. Aquí no hablo de lo legal, hablo de lo político. Esto es, de obligatorio cumplimiento por los factores políticos convocantes. Es la voluntad popular de la mayoría expresada abiertamente, en temas de trascendencia nacional, a través del voto en una consulta. ¿Quiénes son los partidos, que son precisamente los mandatarios de esa voluntad, para ignorar un mandato expreso de esa naturaleza?

Entonces el mecanismo de la Consulta Popular no es el problema. El problema surge cuando una vez expresado el mandato, se garantice su cumplimiento por aquellos que deben ejecutarlo. Y para todo el mundo no existe ninguna duda que el 16J la Asamblea Nacional era el mandatario e ignoró la voluntad del pueblo.

¿Qué debemos hacer entonces? Debemos volver a crear el escenario político de la fuerza popular expresada en las urnas, con un árbitro transparente tal y como ocurrió el 16 de julio de 2017, pero con un enfoque completamente diferente. En ese día se creó ese escenario, y la fuerza popular se hizo presente pero nadie la canalizó hacia el objetivo planteado, que no era otro que el rechazo a las acciones del régimen y su sustitución. Debemos canalizar ahora esa fuerza popular.

Lo que paso el 16J-2017 se asemejo en mucho a lo que sucedió el 11A-2002 aunque los resultados no fueron similares: El pueblo se expreso de una manera objetiva y contundente a los ojos de todo el mundo. El 11A-2002 las calles de Caracas se llenaron de gente exigiendo la salida de Hugo Chávez y este respondió con una masacre en la Av. Baralt. Ante ese hecho, las Fuerzas Armadas como un todo se pronunciaron. Y no estamos hablando de un batallón que se alzó o que algunos Generales o Comandantes decidieron que Chávez debía salir, sino el consenso general de todas las Fuerzas cuyos principales actores gritaban días antes “Patria, Socialismo o Muerte” en el desfile de Los Próceres. Es esa fuerza la que debemos expresar de nuevo en las urnas pero en esta ocasión con un dispositivo para canalizarla.

Si el 16J los diputados de la Asamblea Nacional se escondieron detrás de eufemismos legales para ignorar lo que el pueblo les ordeno, esta vez el pueblo debe señalar expresamente el cómo y con quien se debe hacer efectivo ese mandato, dejando muy clara la ruta de actuación con preguntas precisas al pueblo venezolano.

¿Cómo debe activarse de nuevo esa Consulta? La ANCO ya hizo el 6 de Noviembre de 2017 -como para que no queden dudas- la solicitud a la Asamblea Nacional para activar el Articulo 71 de la Constitución. Esta comunicación es protocolar porque es la Asamblea Nacional la vía expedita y de primera instancia para activar inmediatamente por mayoría simple ese mecanismo, tal y como lo hizo el 5 de julio de 2017. En noviembre pasado proponíamos cuatro preguntas. En este momento la situación y las preguntas han cambiado, así como el país, pero no la esencia y la necesidad de que se exprese la voluntad popular.

Aunque tenemos razones para pensar que la Asamblea Nacional engavete esta solicitud, como ya lo ha demostrado hasta ahora, no se puede desestimar un cambio en la actitud política de los partidos que produjeron el 16J, aunque por sus actuaciones esto sea lamentablemente muy improbable. No hay que olvidar lo inestable de la situación política venezolana.

Si la Asamblea Nacional no activa de nuevo el mecanismo plebiscitario, entonces quienes deberemos activar ese mecanismo somos los ciudadanos, siendo convocado este nuevo plebiscito bajo las condiciones que la ciudadanía establezca. Esto no es otra cosa que la prerrogativa de participación ciudadana que nos da la Constitución de 1999 en su Artículo 70, y que fue refrendada por la decisión del Tribunal Supremo de Justicia Legítimo con sede en Washington DC, del 30 de noviembre de 2017: “…por lo tanto, cualquier salida de la crisis que se pretenda en el escenario político, debe hacerse dentro de los mecanismos de participación popular que consagra el artículo 70 de la Constitución, y nunca a espaldas del pueblo, con el fin primordial de provocar la salida inmediata de todo aquello que ha generado la crisis por la que atraviesa el país…”.

Si la ciudadanía decide abordar la crisis del país a través de una Consulta Popular que establezca dentro de ella la ruta a través de la cual se hará efectivo el resultado de esa consulta, entonces los ciudadanos estaremos haciendo uso de los mecanismos constitucionales establecidos, y dando una respuesta a la frustración del 16J. En la consulta está la respuesta. Y de eso se trata precisamente la Agenda Alternativa para Venezuela…

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Pueblo versus Diálogo

Luis Manuel Aguana

Ante la huida hacia delante de la oposición oficial, que en un giro inusitado de supervivencia ha decidido profundizar, para no perecer, la relación simbiótica con el régimen, los venezolanos no podemos quedarnos paralizados ante semejante falta de moral y ética de aquellos que hasta ayer consideramos dirigentes de la oposición.

Después de ver a Manuel Rosales ante las cámaras de Fernando del Rincón en CNN en Español (ver entrevista en https://youtu.be/BIrfXjRTn5M) resulta imposible seguir considerando a este dirigente y su partido como opositores al gobierno. De la misma manera es imposible seguir considerando opositor al partido Avanzada Progresista de Henry Falcón, quien en abierta manipulación favor del régimen surge como el primer partido impulsador de candidaturas municipales que le están haciendo el juego “opositor” a los candidatos del gobierno en unas elecciones que pretenden dibujar una situación democrática que no existe en Venezuela.

Esa relación de simbiosis mutualista con el gobierno de los partidos integrantes de esa “unidad” electorera que se extinguió el pasado 15 de Octubre, se entiende porqué de la única manera que esos dinosaurios de la política opositora puedan sobrevivir ante la gravísima situación en la que nos han puesto todos ellos, es que se abracen al régimen con todas sus fuerzas, creando una situación irreversible que los haga perdurar en la política venezolana a costillas del hambre, la muerte y la miseria de todos los venezolanos.

Es por eso que lo que queda de la ex MUD está intentando desesperadamente resucitar el diálogo en República Dominicana, convenciendo a parte de los países amigos del Grupo de Lima que esa es la solución para Venezuela. Sería bien importante que los embajadores de Chile, México y Paraguay, que han sido convencidos por estos pseudo opositores concurrieran a la sesión de la Fórmula Arria el lunes 13 de Noviembre en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para que se enteren de la verdadera situación política de nuestro país y decidan si van a acompañar a esta nueva trampa de un “dialogo” con régimen venezolano, utilizada para seguir en el poder en Venezuela. Para que lo entiendan bien esos países, es como si en República Dominicana estuviera reuniéndose el Mariscal Philippe Petain con representantes del Tercer Reich alemán para decidir el futuro de la Francia de los años 40.

Al no tener referentes opositores por la traición y consecuente muerte de la oposición oficial reunida en la MUD, los venezolanos nos encontramos en una suerte de limbo de no saber de dónde agarrarnos para salir de esta crisis inconmensurable donde nos ha puesto el régimen. Y cualquier “salida” que brinde cualquiera de esos “opositores” puede lucir atractiva si no ven más propuestas a considerar sobre la mesa a pesar de que las haya. Pero como no son impulsadas por aquellos que nos hundieron el 15-O y porque no tenemos los altavoces que tienen ellos, no son lo suficientemente conocidas por el pueblo venezolano.

Desde el 28 de Octubre la Alianza Nacional Constituyente ha propuesto al país y principalmente a aquellos que todavía son Diputados de la Asamblea Nacional y tienen aún la responsabilidad de ser el único poder legítimo en Venezuela, una ruta que involucra a todos los venezolanos en la solución de la crisis política venezolana. Esa solución la resumimos en nuestro comunicado “La solución reside en el pueblo soberano” (verla en http://ancoficial.blogspot.com/2017/10/la-solucion-reside-en-el-pueblo-s...), e implica una consulta al pueblo venezolano que sufre y padece el régimen de Nicolás Maduro, para que sea partícipe y señale el rumbo a seguir en esta Venezuela destruida.

Hemos dirigido una comunicación formal a la Directiva de la Asamblea Nacional para solicitarles como venezolanos a esos diputados, que tienen la responsabilidad de convocar al pueblo a decidir su destino y actuar en consecuencia (ver Carta a la Asamblea Nacional 06-11-2017, en http://ancoficial.blogspot.com/2017/11/carta-la-asamblea-nacional-06-11-2017.html). Deseamos saber si se pondrán o no a favor de una solución o son parte del problema. Ningún directivo de la Asamblea Nacional, ni los diputados o jefes de los partidos que allí hacen vida, tienen la autorización del soberano pueblo de Venezuela para negociar ningún acuerdo con el régimen en diálogos y menos aun en el actual estado de cosas de la oposición oficial. Solo el soberano pueblo de Venezuela tiene ese derecho, ni los partidos de la oposición, solo el Pueblo a través de su propia convocatoria. Es por eso que la solución reside en la voz del mismo pueblo convocado en Referendo Consultivo.

En este estado de gravedad de las cosas en Venezuela y la descomposición final de todos los partidos opositores y sus dirigentes, responsables de esta gran tragedia de nuestra población, lo menos que deben hacer los diputados que fueron electos con gran esperanza el 6 de Diciembre de 2015 es preguntar al depositario de la soberanía que se debe hacer en Venezuela. Nuestro planteamiento es claro: que se consulte inmediatamente al pueblo de Venezuela en un Referendo Consultivo convocado por mayoría simple por la Asamblea Nacional en los siguientes términos:

1) Aprueba o no, que los venezolanos concertemos un verdadero proceso de reencuentro y reconciliación nacional, que garantice en paz, la transformación y refundación del país, y evite una confrontación dolorosa entre hermanos con graves e irreparables consecuencias;

2) Aprueba o no, declarar disuelta la Asamblea Nacional Constituyente convocada por el gobierno y revocar y declarar nulos todas sus decisiones;

3) Aprueba o no, que el pueblo de Venezuela como depositario del poder constituyente originario, convoque a una legitima Asamblea Nacional Constituyente por Iniciativa Popular con Bases Comiciales, que incorporan proporcionalmente, la más amplia representación ciudadana y el principio de la universalidad del voto. En caso positivo firmar la Planilla de Recolección de Firmas adjunta;

4) Aprueba o no, que una legitima Asamblea Nacional Constituyente Originaria, nombre un Gobierno de Transición de Unidad Nacional y la Renovación de los Poderes Públicos en acatamiento al mandato de la Consulta Popular del 16 de Julio.

Estamos dando a conocer al mundo esta solución. Los ciudadanos Diputados tienen la palabra.

Caracas, 10 de Noviembre de 2017

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Terremoto político

Luis Manuel Aguana

Luego de un terremoto que siempre se recomienda en prudencia, es esperar tranquilo un breve tiempo que aparezcan las replicas del sismo para no quedar en peor situación, porque se supone que el terremoto ya ocasionó por lo inesperado un daño importante.

Lo que ocurrió en Venezuela con el fraude del régimen el 15-O fue un terremoto político de unas consecuencias que no podemos todavía sopesar en su magnitud ni despachar como un simple robo en las elecciones de gobernadores. Luego la réplica, representada por la juramentación de los gobernadores electos de Acción Democrática, se terminaron de caer las estructuras restantes que creímos que se sostendrían pese a lo fuerte del terremoto inicial.

El primer edificio en caerse fue el de la MUD. Muchos venezolanos creyeron de buena fe que aun cuando el terremoto del fraude se llevara el supuesto “triunfo” opositor ofrecido por la MUD de “mas 20 gobernaciones”, aun así los pocos gobernadores electos opositores que quedaran de pié “no se juramentarían ante una Constituyente fraudulenta”, como gritara la MUD en sus comunicados.

Vana ilusión. El férreo dominio del Secretario General de Acción Democrática sobre su partido prevaleció sobre la voluntad de los electores de los gobernadores adecos electos. Esperaba esa conducta, no porque tuviera una bola de cristal sino porque es parte de un comportamiento consistente de la oposición oficial frente al régimen (ver mi nota ¿Quien será el ganador el 15-O? http://ticsddhh.blogspot.com/2017/10/quien-sera-el-ganador-el-15-o.html). Sin embargo deseaba haberme equivocado. Acción Democrática actuó a los ojos de los venezolanos a espaldas a su glorioso pasado histórico. Si no fue así, deberá entonces la base de ese partido corregir lo que haga falta corregir para que Venezuela no pierda lo que ha sido un importante bastión de la democracia venezolana.

Indicaba en esa nota que lo harían, y lo hicieron. Se fueron a postrar vergonzosamente frente a Delcy Rodríguez en la constituyente fraudulenta. Y no se equivoquen con el caso de PJ en el Zulia. Si la situación hubiera sido a la inversa, esto es, si le hubieran tocado a PJ esas 4 gobernaciones, Julio Borges hubiera tomado la misma decisión de Henry Ramos Allup. Así que esos supuestos golpes de pecho de honorabilidad de ese partido no son más que la toma de ventajas de posiciones políticas frente a su principal contendor en las Presidenciales que esperan tener con el régimen, ante una decisión que ambos partidos ya habían tomado muchísimo antes de las elecciones. Que Guanipa le venda ese discurso a los pendejos. Ya muchos salieron con posición adelantada lanzando al gobernador electo del Zulia como candidato presidencial. ¡Por favor, hasta cuándo se van a aprovechar de las inocentes ilusiones de cambio de los venezolanos!

Ahora bien, Henry Ramos Allup sale de la réplica de ese terremoto como una de sus principales víctimas. Y yo me pregunto ¿esperaban que brotara una naranja de una mata de mango? Me voy a atrever aquí a decir que Henry Ramos Allup no puede ser el chino de Recadi. Esto es, el único culpable de una tragedia que tiene muchísimo más fondo y responsables de los que vemos a simple vista. Si existe algún “culpable”, si es que lo podemos llamar asi, es una manera de hacer y concebir la política, que atropella todo lo moral, todo lo ético, toda la lógica, incluso hasta toda la racionalidad con tal de seguir conduciendo los destinos del país y administrar una ubre que pareciera que es inagotable en el medio de la mayor miseria material -y peor aún, moral- que ha vivido la Nación después de la Guerra de Independencia.

Podremos volcar en una sola persona toda nuestra “frustrachera” por lo sucedido el 23 de Octubre viendo los gestos de genuflexión de esos Gobernadores adecos electos frente a las cámaras y a la vista de todos. Ya ellos deberán responder por eso ante la historia. Pero lo que no se ha resuelto todavía es la razón por la cual los dirigentes políticos hicieron lo que hicieron, que no es otra cosa que un sistema de partidos incapaz de renovar su dirigencia y de poner por delante al país y a sus ciudadanos en lugar de sus propios apetitos de poder e influencia. Eso es lo medular de este problema.

Mientras un régimen corrupto, sea este o cualquier otro, maneje la caja y distribuya cargos a su antojo porque tiene control de la renta y el reparto de posiciones de poder mediante el control de la maquinaria electoral, en este estado de cosas ético y moral, habrá siempre alguien que haga el papel que hizo Henry Ramos Allup, que para su infortunio le correspondió a el en esta oportunidad. Si le hubiera tocado a Borges seria Ramos Allup quien se estaría rasgando las vestiduras como lo hace Guanipa.

Esto no indica que Ramos no tenga parte de esa responsabilidad, como también la tuvo el famoso chino de Recadi. Lo que digo es que nos tenemos que ver en todos retratados en este espectáculo. Los jefes de esos partidos políticos no podrían haber llegado tan lejos en una entrega del país de no haber mediado un apoyo popular masivo a sus actuaciones; y Ramos Allup no actuó por su sola cuenta en esta traición monumental al pueblo de Venezuela mas allá de lo que ha sido el sistema de complicidades que todavía existe en Venezuela.

¿Seguiremos tolerando que la competencia para resolver este gravísimo problema se base en carismas, en quien insulta mejor al régimen, echa mejores discursos en la Asamblea Nacional, o en si es un muchacho “echao pa’lante” que se bate en las marchas con la policía? Ya va siendo hora de EXIGIR PROPUESTAS, analizarlas y debatirlas, y ver con mucho cuidado quien las hace y porque las hace. Es hora de exigir a los liderazgos una ruta, no candidaturas ni salvadores de la patria. Cambiando a los choferes no arreglaremos este autobús destartalado donde viajamos todos. Esto dejó de ser desde hace mucho un debate electoral para todos los venezolanos para convertirse en un camino espinoso y duro en el que se nos puede ir la vida, como ya lo hemos podido dolorosamente constatar.

Y es por eso que en la fase que se nos abre ahora en una Venezuela post-MUD, no se puede aceptar que se le pongan gríngolas al pensamiento de la gente permitiendo que las viudas y los herederos de Henry Ramos Allup nos lleven de nuevo como ganado al matadero electoral. Como quisiera una Venezuela que haya aprendido esa lección y sea mucho más exigente.

Como lo cerré en mi nota justo antes del megafraude del 15-O, “Abstención en tiempos de colaboracionismo” (verla en http://ticsddhh.blogspot.com/2017/10/abstencion-en-tiempos-de.html): Si nos venden, tanto a los que votaron como a los que no, ya sabremos a qué atenernos… Pues bien, ya nos vendieron. Comencemos ahora a actuar de acuerdo con eso, dando el primer paso para construir una oposición antisísmica. Se lo debemos a las nuevas generaciones…

Caracas, 27 de Octubre de 2017

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La Fiscal, cabeza visible

Luis Manuel Aguana

En realidad esta era la nota que iba a publicar cuando se atravesó la MUD con lo del 333 y el 350. Tuve que apartarla por considerar prioritario publicar mi anterior nota (http://ticsddhh.blogspot.com/2017/06/y- … l-350.html) y aportar para crear opinión en relación a ese tema porque, aunque ustedes no lo crean, aun existe mucha confusión, en especial en aquellos que tienen la responsabilidad de indicarnos el camino. Y cuando ellos por flojera o incompetencia -más de lo segundo que de lo primero, salpicado con mucho de colaboracionismo- deciden en favor de lo que grita la galería, este barco donde vamos todos va directo al precipicio. Y eso es lo que creo que también nos está pasando con el caso de la Fiscal Luisa Ortega Díaz.

La primera impresión que tuvimos todos cuando la Fiscal declaró la ruptura del hilo constitucional con las famosas sentencias 155 y 156 de la Sala Inconstitucional del TSJ, fue que era una trampa del régimen. Pero en la medida que fueron pasando los días y los pronunciamientos adicionales del Ministerio Público, se fue poco a poco develando otra cosa que podría cambiar el curso político del país.

Es claro que la Fiscal no está descubriendo el agua tibia con las irregularidades de este régimen delincuente, en especial cuando la titular de la acción penal anda suelta por su cuenta, con todos los años de mora que solo puede tener un régimen que se ha enriquecido a costa del hambre y la muerte de los venezolanos. ¿Cuántos secretos y expedientes tendrá Luisa Ortega Díaz por cada alto funcionario del régimen en las gavetas de su escritorio? Eso me hace recordar el caso del primer Director del FBI norteamericano, J Edgar Hoover, quien sabía los secretos a todos los políticos de Estados Unidos, lo que lo hacía un hombre muy poderoso y sumamente peligroso. Este sorpresivo giro de la gestión de la Fiscal tiene un indudable objetivo político que el régimen difícilmente le va a tolerar. Pero es un riesgo que vale la pena correr si en ello se juega el Poder.

Luisa Ortega Díaz parece ser la cabeza visible de un movimiento que esta “rescatando” las banderas olvidadas -pero no muertas- de lo que pudiéramos denominar el “chavismo originario”, algo que en algún momento se calificó como el “chavismo sin Chávez”, que está aprovechando una oportunidad única que les está dando el régimen para reagruparse alrededor de una bandera: la defensa del “legado” del Comandante Eterno y Galáctico Hugo Chávez Frías, la Constitución de 1999. Como extraordinario beneficio colateral están obteniendo el apoyo de la ciudadanía opositora que se niega a vivir en comunismo, esto es, prácticamente todo el país.

En una jugada política muy audaz, la Fiscal coloca al régimen contra las cuerdas favoreciendo las posturas opositoras, causando que la MUD apoye su reciente “conversión”, lo que la transforma de la noche a la mañana en un factor político aglutinante de los dos polos que se disputan el poder en contra del régimen, poniendo sobre la mesa a su favor algo que la oposición oficial no tiene: el apoyo de factores militares afectos al chavismo originario “cuatrofebrerista”.

Esta movida está dejando sin piso político a los presuntos precandidatos opositores, quienes muy a su pesar no les ha quedado otra que apoyar las acciones de esta funcionaria, que en la práctica es la responsable directa de todos los presos políticos que existen en el país, en especial el primero de ellos, Leopoldo López.

Pero también le ha dado nombre al “chavismo originario”, quienes se encontraban en vías de extinción frente a los talibanes castristas del régimen, adoradores de Cuba, y cuya existencia terminaría con la eventual aprobación de una nueva constitución.

Esta división en las filas del PSUV en la práctica aumenta la oposición a las pretensiones del régimen de aprobar una nueva constitución pero también crea una situación inesperada: la viabilidad de una transición conjunta oposición-chavismo que saque fuera del juego a Maduro y a los castrocomunistas, con un interés de negociación común: la preservación de la Constitución de 1999.

En la coyuntura tan desesperada en que se halla el país, nos encontramos en la situación absurda de que es preferible defender lo indefendible, que es una constitución que hace inviable el desarrollo como lo es la de 1999, sostenida por aquellos que nos llevaron al caos del chavismo en 1998, aliados con quienes lo protagonizaron, para salir de la delincuencia organizada que tiene secuestrado el gobierno y todas las instituciones del Estado. En otras palabras, decidir entre el menor de los dos males.

Ante el cuadro dramático que nos dibuja Evan Ellis, profesor del Instituto de Estudios Estratégicos (SSI) del Army War College de Estados Unidos, especializado en la investigación del acontecer latinoamericano, en reciente entrevista con Deutsche Welle, “lo que ocurre en Venezuela no es una cuestión de política o de relaciones internacionales, sino un golpe del crimen organizado de gran escala: un grupo de criminales ha tomado control del Estado y asaltado su tesorería.” (ver http://m.dw.com/es/evan-ellis-venezuela … a-38722778), al parecer tendremos que transitar por caminos que nunca hubiéramos considerado posible (recuerden esta frase que he mencionado antes en el blog: “politics makes strange bedfellows”).

Los próximos días serán cruciales para la definición del rumbo político del país. No queda duda que Ellis tiene razón al indicar en esa entrevista que la “gobernanza y el orden globales exigen que, independientemente de lo que pase, los funcionarios del Ejecutivo de Maduro sean procesados judicialmente con toda la dureza de la ley por haber saqueado las arcas del Estado, por haber violado los derechos humanos de su población y por haber pisoteado la Constitución Nacional.”. No se van a ir lisos pero tampoco sin llevarse a mucha gente por el medio. Es por eso que la Fiscal jugará un papel tan importante como lo jugó Vladimiro Montesinos en la salida de Alberto Fujimori del Perú.

Soy de la idea de sostener –por ahora- la constitución de 1999 en aras de la salida del crimen organizado que nos desgobierna, pero de ninguna manera a que esta sea la plataforma que sostenga un nuevo “establishment” de poder entre lo viejo cuarto-quinto-republicano y una nueva República. Esa nueva plataforma nos tocará construirla a los venezolanos después que despertemos de esta pesadilla.

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Vox populi, vox Dei

Luis Manuel Aguana

“La voz del pueblo es la voz de Dios”…
Dedicado a los caídos del 11 de Abril de 2002

No cometo ninguna indiscreción al contar que una vez el Dr. Enrique Tejera París me dijo en una reunión, en tono de fuerte reclamo: “¡Jovencito! ¡Yo he estado en tres golpes, dos buenos y uno malo, y en todos la constituyente se hizo después que estás en el gobierno!”. Y digo que no la cometo porque el mismo Dr. Tejera declaró su participación en esos tres golpes a la prensa ucevista (ver Homenaje a Enrique Tejera París, en http://univnoticias.com/wp/index.php/20 … era-paris/ ). Con mucho respeto le contesté, “será entonces esta la primera vez”, poniéndome a contravía en esa oportunidad de lo que todo el mundo pensaba y todavía piensa del curso histórico que debe llevar ese proceso.

Y no era la altanería de un “jovencito”, que por lo demás yo era –y todavía soy- en comparación con el recorrido histórico de ese bastión de la historia contemporánea de Venezuela que fue el Dr. Tejera París, sino del razonamiento que en esa ocasión le di, y todavía le doy, a aquellos que piensan que esa es una suerte de designio histórico inevitable, que se debe repetir como un mantra una y otra vez en Venezuela, sugiriendo que la historia debe volver a repetirse para la desgracia de todos los venezolanos.

Venezuela está pasando por un proceso de destrucción nunca antes visto, semejante al de una guerra, con muertos incluidos. No tenemos en nuestros anales históricos alguna referencia con la que comparar esta plaga que ha descendido sobre nosotros. Podemos efectivamente analizar todas las causas por la cuales caímos en esta desgracia pero de ninguna manera la historia pasada nos sirve como orientación para estudiar qué es lo que debemos hacer para salir de ella. ¡Debemos innovar! “O inventamos o erramos” decía el Maestro del Libertador, Don Simón Rodríguez…

La solución que indicaba el Dr. Tejera París y aun sugieren tercamente algunos lideres políticos opositores, a los que se suman connotados formadores de opinión pública, es que debe ocurrir primero la “caída del régimen”, y que de la mano de un “gobierno de transición cívico-militar” se convoque posteriormente a un proceso Constituyente. Esa es, de acuerdo con ellos, la receta histórica que debe aplicarse en Venezuela. O mejor, debo decir, la aplicación de la manida foto amarillenta de la historia de los cambios bruscos de gobierno en Venezuela.

Pero esa foto amarillenta debe ahora actualizarse a una película digital de alta resolución y trasladarse a las condiciones del presente, tomando en consideración ahora a unas Fuerzas Armadas completamente desmanteladas y secuestradas por el narcotráfico, prácticamente dueñas del negocio de la comida en el país, un sistema de inteligencia del régimen, entrenado por quienes fueron formados en la Stazi de la Alemania comunista, que conoce quien, cuando y donde se mueve algún componente militar a cualquier hora, una oposición oficial completamente desarticulada y ansiosa de poder y dinero, sin ningún plan coordinado adonde conducir el país. Ese panorama lamentable hace extremadamente difícil que se repita la receta histórica del golpe “bueno” que algunos aspiran que se produzca en Venezuela.

Tengo la teoría de que la situación trágica de Venezuela se ha alargado innecesariamente porque precisamente mucha gente de la oposición formal, conjunta o separadamente, se han dedicado a esperar que esa foto amarillenta se repita; y en el medio de esa desesperación, que es también la de todos, están perdiendo el control, y cualquiera que diga “¡calle!” puede ocasionar un descalabro trágico, esperando que el gobierno caiga debido a la violencia generalizada. Eso puede, como puede no pasar. Y dependerá de hasta donde decida el régimen aplicar la represión. Cuba ya lleva más de 50 años en eso, llevando la represión a extremos inimaginables, como ya estamos empezando a experimentar aquí, al ver el ejemplo de la Guardia Nacional y la PNB disparar sobre los manifestantes, dejando caer bombas lacrimógenas desde helicópteros sobre la multitud, disparando gas toxico dentro de los centros comerciales y de salud, persiguiendo venezolanos.

En otras palabras, la estrategia que percibimos de la oposición oficial es salir del régimen a como de lugar, con toda la gente que se pueda reunir en la calle, sin importar quien salga herido, muerto o desaparecido, sin un horizonte claro de quien o que vendrá luego, después que hipotéticamente el gobierno caiga por crisis, para ver después lo que hacemos. Esa es la versión clásica del “como vaya viniendo vamos viendo” de Eudomar Santos. Al menos cuando teníamos la fotografía vieja y amarillenta, “alguien” sabía lo que vendría y estaba en control. ¿Es ese el mismo caso de ahora? Viendo en retrospectiva a los actuales personajes opositores, lo dudo mucho. Entonces, algunos de ellos están apostando que de ese caos salga la libertad. Mala apuesta porque eso, mis queridos amigos, no existe.

Y de paso algunos indican que del gobierno que salga de ese caos, alguien se “comprometerá” a garantizarnos a los venezolanos un proceso constituyente limpio para reconstruir institucionalmente al país. Después que me cuenten una de vaqueros. Es eso precisamente lo que han hecho los gobernantes desde hace más de 180 años en Venezuela después de acceder al gobierno por la vía rápida: acomodar la constitución como un traje a la medida para su permanencia en el poder. De ocurrir eso prefiero defender la maltrecha Constitución de 1999 y seguir en la lucha por el cambio político de la mano del Poder Originario.

Me preguntarán ¿y cuál es tu planteamiento entonces? Innovar. Desde la ANC le planteamos al país un procedimiento inédito, constitucional, pacifico y electoral, pero sobre todo controlado para solucionar la crisis, que recorre un camino difícil pero posible, sobre la base del ejercicio del derecho ciudadano de los venezolanos a la participación política; y que de acuerdo al Artículo 347, al ser depositarios del Poder Constituyente Originario, podemos convocar a una Asamblea Nacional Constituyente. Lo llamamos “Bases Constituyentes, Propuesta de los Ciudadanos para la Reconciliación y el Cambio” (verlo en http://ancoficial.blogspot.com/p/docume … tales.html ). En ese procedimiento se ejecutan todos los artículos del Titulo IX, De la Reforma Constitucional, Capítulo III, De la Asamblea Nacional Constituyente, de la Constitución, haciendo efectivos los Artículos 347, 348, 349 y 350, concretando así el desconocimiento a la autoridad constituida a favor de los ciudadanos.

De esta manera seguimos una ruta apegada estrictamente a la Constitución comenzando por la organización ciudadana para recoger las manifestaciones de voluntad necesarias, establecidas en el Artículo 348 (15% del Registro Civil y Electoral) para convocar al Poder Constituyente Originario y elegir a una Asamblea Nacional Constituyente, sin intervención de los Poderes Constituidos (Presidente de la República, TSJ, CNE, AN, y Poder Moral). Es allí donde contestamos “como se come” el desconocimiento establecido en el Artículo 350, dándole curso a lo he hemos llamado una Insurrección Civil Constitucional (ver http://ticsddhh.blogspot.com/2017/02/in … ional.html ), canalizada de una manera ordenada y organizada.

Una vez reunidas esas voluntades, acto seguido, una entidad establecida por el mismo pueblo al firmar la convocatoria, el Consejo Nacional Constituyente, tomará el control de la administración del proceso constituyente hasta la elección final de los Constituyentes. A partir de su instalación, la Asamblea Nacional Constituyente tiene la potestad de hacerse cargo de la remoción de los Poderes Públicos que considere convenientes, y proceder a la designación de un gobierno de transición hasta la aprobación de una nueva Constitución, con la subsecuente elección de los nuevos Poderes Públicos. De acuerdo al Artículo 349, “los poderes constituidos no podrán en forma alguna impedir las decisiones de la Asamblea Nacional Constituyente”.

El Consejo Nacional Constituyente no gobernará al país, ni le dará un golpe de Estado al gobierno. Su misión es conducir el proceso constituyente originario hasta la elección de la Asamblea Nacional Constituyente. El gobierno deberá permanecer en su lugar hasta que la Asamblea sea electa y decida su destino. Aquí no hay “golpe de Estado”.

Y algunos me dirán, ¿y ustedes creen que el gobierno lo va a aceptar? No, no lo creemos. Sin embargo, está en la obligación de hacerlo y quien lo debe garantizar es la Fuerza Armada Nacional, a tenor de lo siguiente: Artículo 5: “La soberanía reside intransferiblemente en el pueblo…Los órganos del Estado emanan de la soberanía popular y a ella están sometidos”; Articulo 7: “La constitución es la norma suprema y el fundamento del ordenamiento jurídico. Todas las personas y los órganos que ejercen el Poder Público están sujetos a esta constitución”; Articulo 347: “El pueblo de Venezuela es el depositario del Poder Constituyente Originario…”; Artículo 328: “La Fuerza Armada Nacional constituye una institución esencialmente profesional, sin militancia política, organizada por el Estado para garantizar la independencia y la soberanía de la Nación…”.

Entonces, la Fuerza Armada Nacional estará en la obligación de garantizar y hacer cumplir la voluntad del pueblo de Venezuela expresada en sus manifestaciones de voluntad, al alcanzarse el mínimo requerido del 15% establecido en el Registro Civil y Electoral, de acuerdo al Artículo 348 de la Constitución.

Pero, ¿será eso posible en el estado ya descrito de las Fuerzas Armadas? Pienso que no les quedará otro camino como un todo institucional si no desean, como estamos seguros que no desean, salir a matar gente en las calles. De hecho creo que esperan una solución como esta. Sería la puerta franca, abierta y civilizada que les estaría brindando el pueblo venezolano para canalizar constitucionalmente la crisis y re institucionalizar al país. Sería la presión correcta, precisa e institucional que no implicaría el ya manoseado “golpe cívico-militar” salido de las componendas por el poder, marcado por intereses inconfesables, sino la subordinación a las que se deben como militares a un gobierno de civiles, en el acatamiento de la decisión del Soberano.

El pueblo venezolano tiene el legítimo derecho de echarse a las calles a protestar por una situación que ya es intolerable, pero la dirigencia política tiene concomitantemente la altísima responsabilidad de conducir esa protesta de una manera clara y efectiva que la conduzca al éxito de sus reivindicaciones. De otra manera, seguiremos viendo a un pueblo frustrado y hambriento muriendo en las calles a manos de una dictadura genocida.

La Constituyente Originaria no está reñida con la protesta cívica, todo lo contrario. Será producto de ella si entendemos que debemos ganarnos ese derecho en la calle si se canaliza correctamente la energía popular en esa dirección, por parte de una dirigencia responsable. ¿Será posible que la sindéresis y la racionalidad de la dirigencia política venezolana priven sobre ese designio histórico que me martillaba el Dr. Enrique Tejera París, como curso inevitable de la situación política de Venezuela? No lo creo, pero les doy el beneficio de la duda. Al menos no será por falta de propuestas y voluntad de cambio de la gente. Al final la decisión será siempre del Soberano pueblo de Venezuela: Vox populi, vox Dei…

Caracas, 11 de Abril de 2017

PD. Hoy se cumplen 15 años de los trágicos sucesos del 11 de Abril del año 2002. Un homenaje a los caídos en la histórica marcha y una oración por el descanso eterno de sus almas. Sus vidas no se habrán perdido en vano si los que quedamos vivos seguimos luchando por hacerles justicia, recuperando la libertad por la que ellos murieron…LMA

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Mercadeo constituyente

Luis Manuel Aguana

Una de los obstáculos más importantes que hemos tenido en posicionar el tema constituyente en la opinión pública en nuestro país no es precisamente la resistencia de la clase política de aceptar un cambio de magnitudes en el sistema político venezolano que hace aguas desde hace décadas. Es la comunicación simple y clara del porqué de esa idea, así como todo cuanto ella conlleva para la población. En esencia, es un problema de mercadeo a las grandes multitudes.

Sin embargo, desde el secuestro de los grandes medios de comunicación – impresos, radio y televisión- por parte del régimen que domina a los venezolanos, quien imponiendo su hegemonía comunicacional se terminó saliendo con la suya, debemos entonces usar nuestra máxima creatividad para utilizar eficientemente la herramienta que nos queda, las redes sociales, y en particular los espacios en portales, blogs, artículos, audios y videos, para comunicar nuestras propuestas y expresar nuestras opiniones en el ejercicio de nuestra libre libertad de expresión.

El espacio de este blog nació hace 7 años en la red (ver ¿Por qué un Blog venezolano para comentar acerca de las TICs y los Derechos Humanos?, enhttp://ticsddhh.blogspot.com/2010/02/porque-un-blog-venezolano-para-comentar.html) como una respuesta a la utilización indebida de la tecnología de información y comunicaciones y su impacto en los derechos humanos. El tiempo ha hecho evolucionar los temas que se han tratado, haciendo que TICs y Derechos Humanos haya ido buscando su propio espacio de actuación, convirtiéndose en una tribuna especial para impulsar el cambio político fundamental que requiere una Venezuela convulsa y llena de necesidades.

Nuestra propuesta desde la Alianza Nacional Constituyente se traduce en poner en funcionamiento un nuevo estado de cosas, contenido en un proceso de reingeniería del Estado venezolano, explicado ampliamente en un proyecto denominado Proyecto País Venezuela reconciliada vía Constituyente (http://ancoficial.blogspot.com/p/documentos-fundamentales.html). Lo que está escrito en ese Proyecto solo es posible convocando a una Asamblea Nacional Constituyente.

Es ese Proyecto lo que debemos explicar. Y solo hay una manera de hacerlo: escribiendo profusamente de él y todos los ejes que lo componen, haciéndolo posicionar adecuadamente en la red. He investigado detenidamente el tema a los fines de hacer lo más amplio posible la penetración de los contenidos del Proyecto País Venezuela, buscando ideas que nos puedan ayudar en esa labor sumamente técnica.

La red ha sido generosa en ubicar una amplia gama de alternativas para esta labor, como por ejemplo aquella conocida técnicamente como SEO (Search Engine Optimization): El posicionamiento en buscadores, optimización en motores de búsqueda u optimización web es el proceso técnico mediante el cual se realizan cambios en la estructura e información de una página web, con el objetivo de mejorar la visibilidad de un sitio web en los resultados orgánicos de los diferentes buscadores. (https://es.wikipedia.org/wiki/Posicionamiento_en_buscadores).

He encontrado algunas alternativas de sencilla aplicación para aquellos que deseen comenzar a utilizar la optimización de contenidos a los fines de darle penetración a nuestro mensaje. De todas las exploradas recomiendo particularmente una en nuestro idioma que me pareció muy interesante por lo refrescante y directa (ver Romuald Fons en Cómo Optimizar Contenidos, https://romualdfons.com/como-optimizar-contenidos/) con videos y textos explicativos. Siguiendo los pasos descritos allí se pueden efectivamente ubicar contenidos de una manera relevante en la red para ser localizados y leídos por la mayor cantidad posible de personas. Ese es el tipo de estrategias que deberemos estar utilizando para poder evitar la hegemonía comunicacional que nos están imponiendo en el resto de los medios de comunicación y hacer más eficiente el único medio que nos queda en el país.

Esta confrontación solo la ganará quien este mejor preparado para ejecutarla. Solo con inteligencia y un mensaje claro y preciso a la población, con un método visiblemente explicado, lo lograremos. Venezuela está pidiendo a gritos una solución, y si nosotros estamos convencidos de que la tenemos, solo nos hace falta hacerla llegar inteligentemente a la población. El resto dependerá de ella…

Caracas, 6 de Marzo de 2017

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El Comandante

Luis Manuel Aguana

Han pasado 25 años y la gente olvidó. En 1992 el país discurría en una dinámica diferente cuando unos militares alzados irrumpieron en la vida de todos nosotros. Moisés Naim hizo un extraordinario trabajo al recordarnos esos días con la nueva serie de Sony, “El Comandante”, inspirada en la vida de Hugo Chávez, que transmite en la actualidad RCN en Colombia (ver entrevista a Moisés Naim en NTN24 en https://youtu.be/ftCh9tLYv9c).

Me sorprendió conocer que Naim había sido el creador de la serie y uno de sus principales productores, porque comencé a ver los capítulos de “El Comandante” antes de saberlo y ahora entiendo porque esta historia me enganchó desde el primer capítulo. Nadie como Naim podría contextualizar tan bien la Venezuela de esos días, no solo por haberse desempeñado como ministro de CAP II, particularmente en una cartera como la que el él tuvo en el Ministerio de Fomento, sino por el extraordinario analista político que es. Ese conocimiento transformado en novela política es lo verdaderamente valioso de esa producción.

Al ser una serie de ficción en un género que particularmente me fascina, que es la historia fabulada, los productores pueden darse unas licencias bien sabrosas basándose en la realidad vivida en la Venezuela de ese entonces, que aunque pasaron ya hace 25 años y algunos recordamos muy bien esos días, no dejan de reflejar el por qué razón Chávez resultó el fenómeno telúrico que fue en esa Venezuela y porque aun sigue teniendo la aceptación que tiene su causa en una gruesa capa de la población. Hay que entender ese fenómeno si se quiere lograr sobrevivir con éxito a esta pesadilla que representa ahora los antivalores más despreciables, lo más alejado de aquella idea de cambio que movió a muchos venezolanos a votar por él en 1998.

De la serie resaltan de inicio dos cosas muy importantes que todavía no se resuelven. Lo primero, el derrumbe del entonces sistema político y la percepción generalizada de los venezolanos que los políticos estaban tan distanciados de los problemas de la gente llana que vieron con muchísima simpatía que alguien irrumpiera haciendo algo para sacarlos. Naim me recordó lo que todos decíamos de los adecos y los copeyanos. La gente los mimetizó, eran a los ojos de todos la misma vaina corrupta. Caldera, al alejarse de su partido y aglutinar sin una base militante a una población descontenta logró ganar las elecciones presidenciales en 1993. Pero aún así, no tomo las decisiones necesarias para salvar un sistema que ya estaba condenado.

Lo segundo es que recordé algo que yo mismo había olvidado: “¡por fin llegó alguien que se responsabiliza por algo en Venezuela!”, al ver a Chávez con su “por ahora” en televisión. Todos los venezolanos queríamos, deseábamos esa irrupción. Para mí significaba una cosa, pero para la mayoría de los venezolanos se traducía en otra muy diferente. Yo era –y sigo siendo, aunque disminuido- de la clase media. Me eduqué en un estrato social diferente de esa gran mayoría de personas que sintieron al golpista como una suerte de héroe que venía a su rescate, y en consecuencia tenía una percepción distinta.

Uno de los personajes populares de la serie ya lo ponía el un altar con la Virgen para que nada le pasara en Yare. Y ese detalle es muy significativo. Allí empezó a gestarse un mito, una cercanía popular muy difícilmente igualada por otro dirigente político en Venezuela. Eso será tal vez lo más difícil de resolver en el futuro, aun cuando Chávez haya muerto. Es el mismo mito de los “descamisados” peronistas que todavía llevó hasta anteayer a Cristina Fernández de Kirchner a la presidencia de Argentina.

Otro aspecto muy importante de la historia y que para pocos era conocido en ese entonces, es que Chávez no era solo un golpista cualquiera, era un conspirador ideologizado desde hacía muchísimo tiempo, proveniente de las mismas Fuerzas Armadas. Con el disfraz “bolivariano” escondía en el fondo la misma idea de transformación de la izquierda comunista que mueve a los movimientos guerrilleros en el continente, particularmente en Colombia.

¿Pero de donde vino eso? Del mismo lugar de siempre, de la pobreza en la que han vivido –o mejor aún, sobrevivido- nuestros países producto precisamente del olvido de la dirigencia política de gobernar para disminuir progresivamente ese cordón de miseria que nos ha rodeado históricamente. Chávez y sus sucesores se encargaron de usar esa mayoría en pobreza estructural para afianzar su poder y seguir generando más pobreza.

Llama particularmente la atención la importancia que le dio la producción de la serie a la pobreza que rodeó el origen del protagonista en el interior de Venezuela, donde sabemos que la necesidad es mucho mayor de la que se vive en Caracas. Las vicisitudes pasadas por ese niño pobre dan lugar a un resentimiento que persiste en su vida adulta y que se tradujo en una “viveza” que concibe el éxito de una manera distorsionada. Como dicen los expertos, la pobreza se lleva en la mente, pero aun cuando muchos se deslastran de ella, la mayoría sucumbe. Y Chávez encarnó ese sentimiento de venganza resentida de esa mayoría…

Pero ahora hay más pobreza y más resentimiento, que el régimen se está encargando de desviar muy astutamente desde ellos, que son los responsables, hacia donde siempre lo han hecho los comunistas (“el imperio” o “la derecha entreguista”), afianzando ese círculo vicioso que fue el origen del mal que nos acompaña. Se han agravado entonces esas dos cosas presentes en la Venezuela de 1992: a) la percepción generalizada que los políticos siguen aprovechándose de sus posiciones de poder para negociar y enriquecerse, y; b) esperan a que otro alguien aparezca para que los rescate.

¿Cómo enfrentamos eso? Es claro que no será fácil. Debemos volcarnos hacia nosotros mismos y entender que no podemos seguir haciendo lo mismo. Que la cosa no es simplemente decir que Chávez fue el malo de la partida –que lo fue- sino que el mal que lo creó sigue allí presente, vivito y coleando, exponenciado en muchos órdenes de magnitud, y que la cosa no es regresar a lo que había antes, porque eso fue precisamente lo que el venezolano despreció, abrazando a Chávez como su salvador.

El proceso constituyente tal vez no sea la panacea para resolver un problema de hondas raíces humanas, culturales y políticas, pero si ofrece la oportunidad de volver a empezar. Discutir con qué país debemos comenzar de nuevo. De allí debería salir una nueva clase política. Una muy diferente, no la que había antes ni mucho menos la que hay ahora. Nos debe permitir darles la oportunidad a voces que nunca han sido oídas, de todos los rincones del país, y provenientes de todos los sectores, no solo del político, que exigirán la reivindicación de sus luchas más sentidas.

Por otro lado, de esa discusión constituyente deberá salir una propuesta estructural y política que determine el comienzo de la solución de la pobreza, con una nueva manera de concebir al país. Nosotros proponemos una, la autonomía de las regiones y darle a cada venezolano a lo largo y ancho del país la oportunidad de explorar sus alternativas de desarrollo desde la entidad territorial más básica, el Municipio. El Proyecto País Venezuela es nuestra propuesta para sacar al país de la pobreza. Nos gustaría oír otras que no sean volver al pasado, a lo mismo que gestó a un fenómeno como Chávez. Tal vez esa sea la manera de evitar que otro muchacho, incapaz de deslastrarse de la pobreza de su mente y resentido de espíritu, recorra la historia de El Comandante convirtiéndose en Presidente de la República para desgracia de todos los venezolanos.

Caracas, 28 de Febrero de 2017

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