Por qué las autocracias no ceden el poder
Las autocracias se sostienen sobre un equilibrio tan frágil como implacable: el poder no es solo un instrumento de mando, sino un escudo de impunidad y la llave de una red de intereses que se desmorona en cuanto el líder se aparta. Por eso no entregan el mando sin presión: temen las consecuencias políticas, judiciales y personales que aguardan fuera del palacio.