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José Luis Vera

Dilemas después del 21N

José Luis Vera

Desde el 22N, tenemos de nuevo objetivos democráticos comunes y una gran oportunidad, si respetamos las razones válidas que sostuvieron las diferentes posturas alrededor del 21N.

¿LA RUTA ES O NO ELECTORAL?

Ese no es un dilema real, pues ambas opciones pueden ser convenientes o no. Lo trascendente es que la decisión se adopte oportunamente, con la mayor y más amplia UNIDAD posible del campo democrático.

Como no estamos en democracia, la lucha tiene que darse en todos los terrenos, incluso el electoral, pese a Bolívar/2017 y Barinas/2021.

Para lograr esa UNIDAD, la decisión debe ser consultada con el 80,6% de los electores que no apoyaron a los candidatos del régimen: los que votaron en contra (22,5%), más los que se abstuvieron (58,1%).

Las condiciones de los procesos electorales sí se deben discutir, luego de tomar la decisión primaria sobre la pregunta de este subtema.

¿REVOCATORIO SÍ O NO?

Por encima de la discusión filosófica en torno a la legitimidad de debatir o no con los "secuestradores", lo más importante es que los "secuestrados" demostremos tener la capacidad de conquistar nuestra libertad.

Esa demostración de nuevo puede surgir de una amplia y unitaria consulta con la mayoría de los electores.

De nada valdría solicitar un Revocatorio (a partir del 10.01.22), si no confirmamos antes que podemos acercarnos a 7.000.000 de voluntades, para superar ampliamente los 5.988.430 votos que supuestamente obtuvo en 2018 quien detenta de hecho el poder.

¿RENOVACIÓN O EXPERIENCIA?

No falta quien reclame la renovación de la dirigencia política. Pero la votación obtenida el 21N por varios veteranos dirigentes apunta en dirección contraria.

Es decir, por encima de la juventud o veteranía de los dirigentes, lo que realmente importa es que esa dirigencia tenga el respaldo de la mayoría de sus colectividades.

Por eso, cada partido debe acometer con urgencia la legitimación de sus cargos de dirección, en todos los niveles de su estructura.

Eso haría incontestable su actuación.

¿CON QUÉ ALIANZAS?

En los anteriores planteamientos, de simple sentido común, hay elementos para trazar una ruta común, de unidad por la base, en la cual podría coincidir una amplia mayoría de los electores venezolanos, sin que los partidos tengan que firmar pactos forzados con aliados difíciles.

¡Que la gente decida!

Sobre la sociedad civil en la Venezuela actual

José Luis Vera

UBICACIÓN Y ALCANCE

Sociedad civil es una categoría inmensamente amplia, de la cual no existe una clasificación universalmente aceptada.

La componen organizaciones sindicales y empresariales, estudiantiles y juveniles, académicas y profesionales, de mujeres y de tercera edad, de DDHH y de desarrollo personal, comunitarias y vecinales, confesionales (religiosas), culturales, deportivas, etc. etc., e incluso partidos políticos, en cierta acepción (que comparto) que los define como parte de esa sociedad civil y representantes ante el Estado de la sociedad no militar.

En tal archipiélago organizativo, formal e informal, sería utópica la uniformidad de criterios. En cada organización social (una gran corporación, un condominio, un club de excursionistas...), lo normal es que haya diferencias entre sus integrantes.

En consecuencia, nunca será correcto hablar en nombre de LA sociedad civil como un todo único, ni considerarse su representante mayoritario. Habrá que hacerlo, modesta y humildemente, como "parte de" u "organizaciones de" ella, aunque con frecuencia algunos se atribuyen ser LA sociedad civil, cuando en realidad son una pequeña parte de ella.

ARTICULACION SOCIAL

Está claro entonces que no es posible la unificación total de objetivos de la SC, pues existen tantos objetivos particulares como organizaciones haya. Lo que sí es deseable es la mayor articulación social posible, para unir esfuerzos en pro de objetivos específicos comunes.

Un ejemplo claro es empujar todos unidos a favor del cambio para alcanzar una Venezuela democrática. Ese es un objetivo común, dado que sin lograrlo no se podrán resolver los profundos problemas sociales del país, pues está claro que con el estatus quo no habrá soluciones verdaderas a la crisis múltiple que sufrimos.

Hablamos de articulación entre organizaciones sociales y también entre estas y los partidos políticos que también luchan por un cambio democrático.

Dicha articulación no significa que las organizaciones sociales -formales o informales- se subordinen a instancias que las supervisen, ordenen o dirijan. Se trata de acompañamiento mutuo, tal como dos lados de una bisagra, armonizados pero independientes.

VENEZUELA AQUÍ Y AHORA

En Venezuela, como en todo el mundo, la metáfora de la bisagra no es cabalmente entendida. Muchas veces los partidos tratan de controlar a las organizaciones sociales y otras veces las segundas tratan de sustituir a los primeros.

Asignatura pendiente de lado y lado. Durante el necesario aprendizaje, debemos actuar en función de:

- Procurar el logro de los objetivos específicos de cada organización.

- Hacer sinergia con organizaciones afines del mismo sector (empresarial, sindical, profesional, comunitario, etc.).

- Acompañar e influir a organizaciones partidistas "del otro lado de la bisagra" común, manteniendo el foco en el objetivo general, en este caso, la recuperación democrática del país, que nos permita luego alcanzar los objetivos sectoriales y de cada organización.

Lo anterior implica unidad de acción, eficiencia organizativa y cero dispersión.

12 de junio 2020

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