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Américo Martín

La tarea del indio

Américo Martín

La tarea del indio, la llaman, para mencionar la más pesada de todas. La fórmula da por cierta la versión del fraile dominico Bartolomé de las Casas sobre las penurias impuestas por los conquistadores peninsulares a las etnias amerindias que florecieron en las Indias Occidentales antes y después de los hallazgos de Colón. Si exageraba con propósitos piadosos o reflejaba realidades fidedignas, es asunto que discuten los autores. No obstante, aceptemos que “la tarea del indio” era extenuante.

Tarea del indio es en nuestros días tratar de debatir amablemente con quien hace punto de honor aferrarse a lo que enfáticamente postuló y considera verdad apodíctica. Es agobiante tratar de introducir racionalidades en fortalezas artilladas.

Días agónicos padecen los venezolanos víctimas del desastre, e igualmente los padece el régimen que lo causó. A un gobierno carente de conciencia de las dimensiones de su fracaso, parece corresponderle la incomprensión de opositores honestos que disparan contra la acera que no es y no aprecian el enorme valor de instituciones como la Asamblea Nacional. El arma favorita contra la AN y contra las soluciones políticas en lugar de anti-políticas, es tachar de “legitimadoras” las flexibilidades estratégicas. Según un viejo proverbio inglés “The proof of the pudding is in eating it” que en cómoda traducción al Castellano dice: “La prueba del buñuelo se hace comiéndolo”. En fin, someterse a los hechos.

Siendo tantos los cargos de “legitimación”, el señor Maduro debería haber ganado espacios de comprensión en alguna parte, pero hasta el más inocente descubrirá que está entre los más des-legitimados del planeta. Pese a tan claro dictamen de los hechos, siguen dándole vueltas a la noria. Incluso gentes experimentadas, “tocadas” de alguna manera por la anti política, desprecian un arma vital como ese posicionado eje del cambio que es la AN, única institución del Estado reconocida por el mundo entero.

Poco me importa “ganar” discusiones. Solo quiero ayudar a la unión nacional –nacional y por tanto plural- debido a la urgencia de superar pacífica y democráticamente esta sombría situación. Venezuela necesita progresar en libertad, sin hambre, sin inseguridad. Cuando he llamado a fortalecer la AN, varios reaccionan destacando errores de diputados. ¡Diríjanse a ellos sin menoscabar la AN! Y al hacerlo respeten el debido proceso, incluido el derecho a la defensa. ¡Hombre!: no confundan acusación con sentencia condenatoria, que ya nos separan ocho siglos de la Inquisición.

En Zimbabue la AN conduce el cambio pacífico, constitucional y pronto, electoral. Los militares se sometieron al Parlamento. Cuando pedí observar esa experiencia respondieron favorablemente los más, otros postularon que Zimbabue no era modelo de nada, y otros más alegaron que fue un puro golpe militar. Opinan de buena fe, lo sé, pero evidencian escaso interés en otras apreciaciones.

Exhorto, pues, a todos a reencontrarnos en la unidad y a recuperar el juicio desapasionado que durante años fue emblema de nuestra agraciada nación.

Disparos o disparates

Américo Martín

Los debates, al igual que los contratos, deberían someterse al principio de la buena fe. “Deberían”, es lo que he dicho, porque los de nuestro tiempo parecen guiados por la mala. Pero dejemos eso y encaremos las contradicciones que desvían de cauce los que se han encendido en nuestros días, particularmente los relacionados con el destino marcado del gobierno de Maduro, el vapuleado de la MUD y el de quienes desesperan por abrirse paso a codazos para imponer una nueva dirección opositora sobre los escombros de la unidad.

Lo primero que se espera de los flamantes líderes es su oferta política, alrededor de la cual agruparse con la esperanza de convertirla en fuerza real susceptible de resolver las muchas tareas que le den carne, nervios y sangre a la creatura, si no quieren reproducir el Frankenstein de Mary Shelley. Tendrían quizá su oportunidad, dado que la abulia parece haber invadido a la MUD. Sus líderes no defienden lo que hacen, no obstante haber sido la única forma de unidad que palpita sobre la arena, la única que hace cosas importantes o no, pero las hace, y por eso es la que conduce procesos electorales y gestiones internacionales, incluyendo complicados consensos y exitosas primarias. Su desempeño transcurre bajo el sañudo ataque oficialista, que ha presenciado la metamorfosis de la oposición en mayoría nacional, tras una sucesión de llamativos logros de la MUD.

Insólito es el ataque persistente e implacable proveniente de la propia acera opositora, precisamente en el momento de mayor precariedad del gobierno. A ratos invocan el derecho a la crítica, que nadie podría regatearles, porque la situación es complejísima y la MUD no es precisamente un dechado de virtudes. El problema es el curso enigmático de esas legítimas críticas. En la práctica, ambas ofensivas han confluido, se inter ayudan en el curso de la feroz misión de destruir el objetivo común, que por cierto ha contribuido a su desgracia por desarmonía interior.

En las supuestamente novedosas propuestas que pueden pescarse resaltan, una, referida al objetivo y otra, a los métodos. Se casaron con la “abstención” usando argumentos puramente éticos y precariamente políticos. Nunca entendieron que el voto, burlado o no, activaría a la oposición, y pondría al gobierno contra su consciencia, precisamente cuando la solidaridad mundial con la democracia venezolana crece como la espuma. Abstención siempre fue quedarse en casa, retirarse del juego con la inflada dignidad de duques ofendidos, rumbo al sofá doméstico. ¡Y sin el consuelo de denunciar fraude! pues tal aparece cuando te roban el voto, no cuando lo regalas.

Y en cuanto a los métodos, la hiperbólica calle-calle. Probado está que la calle no se sostiene indefinidamente como tampoco el paro-paro. Desde Espartaco, se desgastan con el uso. Si se busca melodía y no aburrida monotonía, el piano ha de tocarse con los diez dedos.

No espero pomposos programas sino políticas realistas, no espero berrinches exaltados sino hechos emanados de cabezas frías, para saber a qué atenerme con el nuevo paquete…. de San Nicolás.

Boxeo y filigrana

Américo Martín

“El más grande es Ali”, según sus propias palabras, que deberíamos dar por verdaderas. ¿El mejor boxeador de la Historia? No sabría decirlo, pero viendo su desenvolvimiento dentro y fuera del cuadrilátero resulta difícil encontrar alguien más espectacular.

–Vuelo de mariposa y picada de avispa, repetía.

El boxeo es un deporte salvaje, pero no se limita a golpear; tan o más importante es anticiparse al otro y con ágiles movimientos recolocar el asunto: es lo que llaman “side steps”. De ahí que aun en las actividades más cruentas como la guerra y el boxeo, la fría razón predomina sobre la ardiente pasión, por muy necesaria y legítima que ésta sea. Alí golpeaba muy bien, pero era mejor defendiéndose y descifrando al rival.

Dada la imposibilidad de matar al último enemigo o de morir el último amigo, la desgarradora guerra entre EEUU y Vietnam, la carnicera guerra federal venezolana de 4 años y la colombiana de 67 (no de 53) culminaron con agendas negociadas. El asunto no consiste en aniquilar totalmente a un contrario muy impopular pero súper armado, ni en derramar la última gota de sangre heroica, sino en combinar versátiles energías para lograr el triunfo de la agenda democrática y levantar la nación del pantano donde el régimen la ha sepultado.

Lo primero es situarse. La ANC fue un fracaso total prueba de lo cual son los efectos que, a la vista del mundo, están horadando la integridad del sistema. Subrayaré varios altamente significativos 1) más de 40 países denuncian el fraude y no reconocen la ANC. Y lo más importante: parecen inclinados a la solidaridad efectiva ¡y Maduro a provocarla! lo que explica el alocado, inviable, contraproducente e inútil toma y dame que ha desatado 2) el ausentismo en todos los centros de votación sin miedo a las peores amenazas del Poder visibiliza el desmoronamiento del oficialismo. Las cifras inventadas por el CNE han sido objeto de befa mundial 3) se multiplicaron duras críticas en el chavismo contra el gobierno y la ANC. Es la radiografía de una realidad deplorable, acelerada por el fraude del domingo 4) se oyen condenas de militares superiores proclives a salidas electorales. Aparentemente no son voces solitarias.

El pronóstico para el régimen ya era negativo; ahora es peor. Sus males se inter-estimulan. Ni soñar con superar la horrenda crisis económica, más con un mundo que han puesto en su contra y una oposición a la que quieren aplastar y no pueden. Una misteriosa urdimbre unió la colosal victoria del 16 con el triunfo indirecto del 30, erigido éste sobre los escombros de una ANC que se inoculó su propia ponzoña.

Laboratorios del poder rebajan a la condición de traidores a quienes propongan coronar con políticas versátiles la bravura estudiantil, la resistencia popular y la experiencia acumulada en intensas luchas. La madre de las tareas es la reunificación en democracia, progreso y justicia de nuestra amada Venezuela. Reto al valor y la inteligencia.

Precisamente los dos componentes del “boxeo integral”, diría muy ufano el más grande de los pugilistas de la historia.

9 razones del corazón

Américo Martín
  • El pavoroso caos madurista alteró la relación entre las ardientes emociones y la helada reflexión. Dicho metafóricamente: la residencia de las emociones es el corazón, y la de la razón, el cerebro. Son dos factores imprescindibles en cualquier lucha porque sin el calor de la pasión no hay iniciativa, riesgo o ímpetu, y sin la fría razón será difícil evitar el asalto de la anarquía, la egolatría y la pugna entre “salvadores”, cuyos pálpitos han de seguirse sin riesgosas vacilaciones. Durante los turbulentos años 60, en EEUU acuñaron la voz “hot headed” (intolerance, turbulense, explosión) para referirse a personas y movimientos ciegamente impulsivos. En esos mismos años, el presidente Betancourt llamó “cabeza-calientes” a los jóvenes que dividieron su partido y más tarde protagonizaron la desastrosa guerra de guerrillas.
  • El desastre que hoy padecemos revive esos conceptos, nuevamente en forma invertida: el cerebro en el corazón y el corazón en el cerebro. La justificada rabia colectiva podría dejar sin oficio la serenidad del juicio, sustituyéndolo por el desahogo emocional y la pérdida de espacios y formas de lucha que concurrirían al logro del resultado. El piano se toca con los diez dedos. Machacar una sola tecla da ruido monótono pero nunca melodía.
  • Las luchas victoriosas resultan siempre del mismo postulado: combinan, sí, cabeza y corazón, pero quedando claro que analiza y gobierna aquella; y proporciona heroísmo y fuerza de entrega, éste.
  • Desde la fundación de la MUD repetí en TalCual, El Nuevo Herald, ABC de la semana y numerosas entrevistas que su fuerza –escrito está- consiste en su pluralismo. La unidad de lo diverso es la única forma de unidad digna de ese nombre. Es falaz la supuesta unidad “granítica” de quienes aceptan una sola doctrina y un líder infalible, porque la sociedad es plural y termina rechazando las arbitrariedades monolíticas, así se refugien en prácticas totalitarias, poder absoluto, armas, dinero y fétida corrupción.
  • De allí la amplísima representatividad de la alternativa democrática, que le permitió hacer primarias inobjetables de millonaria participación, ganar las elecciones del 6D con tarjeta única, gozar de reconocimiento mundial y erigirse en holgada mayoría nacional, paladinamente reconocida por el régimen al abolir virtualmente el sufragio. Son éxitos extraordinarios que tienen al gobierno de Maduro contra la pared y contra su conciencia.
  • La fuerza de la unidad es también, paradójicamente, su debilidad. Una sola voz suministra rapidez, ciega obediencia y relación dictatorial contra la mayoría disidente, pero su representatividad será igual a CERO. Más vale “representatividad” que “pétrea unicidad”. Aquella es el futuro que va disolviendo el mando autocrático.
  • La MUD postula correctamente la vía pacífica, electoral y constitucional. Para eso fue creada. En elecciones, su desempeño es brillante, pero todo está cambiando. El régimen cierra ahora ese mecanismo. Fuera del marco electoral, la MUD es sobrepasada por la quemante lava social. El bravo pueblo venezolano -el estado Bolívar convertido en emblema- impone su reestructuración y ampliación.
  • Quizá haya tormenta perfecta en los albores de 2017. Mandan los mariscales Hambre y Miseria. La disidencia crece incluso en el seno del Poder civil y militar. Maduro es indefendible. Su renuncia o sumisión a comicios preservarían la amenazada paz. Para afrontar la crisis debe ampliarse la unidad democrática. El adversario no está aquí sino allá. Uno de los extravíos de la pasión escala epítetos contra la unidad, suponiendo que sus limitaciones provengan de “traiciones”, eternizadas como conjeturas que nadie confirma. Recomiendan acertadamente ampliar la unidad hacia la disidencia chavista, pero si hostigan lo que ya tienen es difícil ir más allá.
  • El notable matemático Pascal, en frase memorable, consagró en el siglo XVII el desencuentro entre razón y emoción. “El corazón tiene razones que la razón no entiende”. Excelente don Blas, pero usando palabras propias de su profesión, déjeme decirle que más vale sumar y multiplicar que restar y dividir.

http://www.talcualdigital.com/Nota/135788/9-razones-del-corazon