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Antonio Ecarri

Arrebato electoral Siglo XXI

Antonio Ecarri

La historia enseña a quienes quieran aprender de ella, pero parece que los actuales mandatarios no les importan o no conocen experiencias nefastas, de arrebatos electorales precedentes, que hicieron naufragar a gobiernos que se veían mucho más sólidos que el actual.

Dos ejemplos deberían servir –hay otros, pero no quiero abrumar- a quienes hoy gobiernan Venezuela para que vean, en ese espejo retrovisor de la historia, cómo el monstruo de la arbitrariedad, que produjo aquellos desaguisados, se nos viene acercando a toda velocidad. Nos referimos a dos ejemplos: uno acontecido el siglo XIX y otro ocurrido el siglo XX, que en términos históricos es como decir antier y ayer.

El del siglo XIX, en 1878 para ser exactos, ocurrió cuando el General Francisco Linares Alcántara, después de haber llegado a la silla presidencial gracias a la decisión de su jefe político, Antonio Guzmán Blanco, se le tuerce a éste, aconsejado por quienes no habían podido gobernar con aquel -buena parte de la elitista sociedad caraqueña despreciaba al hijo de Antonio Leocadio, por ser nieto de “la Tiñosa”- le dio la “patada histórica” a su jefe y pretendió impulsar una reforma constitucional para prorrogarse el mandato. Convocó unas elecciones para una Asamblea Constituyente y como el pueblo se dio cuenta de la añagaza, dejó solas, íngrimas, las Plazas donde se iban a efectuar los comicios y no le quedó otra cosa por hacer, al gobierno, que convocar la Constituyente saltándose todo procedimiento legal, incurriendo en un auténtico golpe de estado. La Providencia fue la que intervino en este caso, pues Linares Alcántara enfermó de repente y murió, dando al traste con todo el entramado anti guzmancista que provocó el regreso de éste, pero esa es otra historia.

Lo importante señalar es que las añagazas electorales, si el pueblo no las secunda, de no ser ignorante o alcahuete, se desploman sus afanes y sus protagonistas. Al pobre José Gregorio Varela, quien pretendió mantener el legado de Linares Alcántara, lo depusieron en menos de una semana, desde Carabobo, con la Revolución Reivindicadora.

En el siglo XX también hubo una intentona de arrebato electoral, cuando el General Marcos Pérez Jiménez -siempre generales, atravesándosele al pueblo- quiso saltarse a la torera el proceso electoral que debía convocarse para el relevo presidencial y aconsejado por el abogado –cuando no son generales son abogados, unos y otros… sin probidad, son unos azotes- Laureano Vallenilla Planchard, en vez de convocar elecciones libres como lo preveía la Constitución se fue, por peteneras, a invitar al pueblo a un plebiscito donde muy pocos concurrieron y un Consejo Supremo Electoral, igualito al actual, proclamó ganador al dictador. Eso ocurrió el 15 de diciembre de 1957 y el resultado, anunciado, por el Consejo Supremo Electoral, fue el siguiente: a favor de la continuidad del régimen (del Presidente, Congreso, Asambleas Legislativas y Concejos Municipales): 86.7%; y en contra, (la oposición) obtuvo el 13.3%.

Obviamente, ante ese “triunfo” apabullante del régimen, en ese mes de diciembre rodaron botellas del mejor champagne por las escaleras de Miraflores y, apenas cinco semanas después, por esas mismas escaleras corrían despavoridos los capitostes de aquel régimen de oprobio que gobernó por diez largos años (¿dije largo?... estos llevan 19 y les parece poco) y pretendió, al cabo de esos dos quinquenios de tiranía, saltarse a la torera la legalidad electoral democrática, siendo defenestrado por una alianza cívico militar. Es que sean civiles o militares, generales o abogados, juntos o separados, cuando hay probidad nunca hay azote.

Si después de conocer los precedentes históricos, el gobierno decide continuar con esta farsa electoral, cuyo resultado todo el mundo conoce –aunque haya quien se haga el distraído- le va a acontecer algo inesperado, pero intuyo que nada bueno puede ser. Porque vemos no solo por el retrovisor del carro de la historia, sino por el parabrisas también se otea lo que viene por delante: una comunidad internacional que no va a reconocer ese “triunfo”, por truculentamente descarado; y, todo lo que han pensado hacer Maduro, junto a Raúl y Díaz Canel en Cuba, de darle una vuelta a la manivela de la dialéctica comunista, como hicieron chinos y vietnamitas, se les va a dificultar enormemente y cuidado si no lo pueden hacer. Maduro propone un diálogo post mortem después del 20 y, otra vez en Dominicana. A estos solo se les puede creer si los avalistas son gringos y cubanos, lo demás es “bullshit” (los cubanos son más gráficos, que los gringos, con el calificativo, digo, pero es lo mismo).

Mientras tanto, al pueblo venezolano solo le sale repetir, en el siglo XXI, lo que supo hacer en los siglos XIX y XX: dejar solas las calles el 20 de mayo, de lo demás se encargará la historia, a ver si se repite como farsa, como tragedia o como futuro luminoso. De nosotros depende.

aecarrib@gmail.com

@EcarriB

La entrega del futuro en el Esequibo

Antonio Ecarri

Resulta sospechoso, por decir lo menos, que el Presidente de la República y su Ministro de la Defensa que se las pasan dragoneando contra la “intervención imperialista”, cada vez que el Departamento del Tesoro norteamericano sanciona a algún sospechoso de corrupción, en cambio hagan mutis en un tema tan grave como es la explotación petrolera en la zona en reclamación del Esequibo.

La Comisión Permanente de Energía y Petróleo de la Asamblea Nacional (AN) aprobó un acuerdo de rechazo a las operaciones petroleras en la zona de reclamación del Esequibo, por parte del gobierno de Guyana, por violar el acuerdo de Ginebra firmado en 1966 y el artículo 10 de la Constitución de Venezuela, que establece la soberanía nacional de ese territorio. Ese acuerdo, aprobado por unanimidad, fue propuesto por el Diputado zuliano Elías Mata, Vicepresidente de la Comisión y quien ha mantenido una firme posición al respecto.

La explotación del área, por parte de la empresa Exxon Mobil, violenta lo establecido en el Acuerdo de Ginebra, pues allí quedó previsto, en su artículo 5º, la prohibición expresa de explotar recursos naturales en toda esa zona sin acuerdo previo de las dos naciones que mantienen ese diferendo. El diputado Mata dijo en su intervención en la Asamblea Nacional lo que sabemos todos los venezolanos y que el gobierno oculta por razones inexplicables: “Guyana realizó operaciones petroleras en Mayo de 2015 y la empresa Exxon-Mobil informó sobre un descubrimiento en el pozo Liza-1 ubicado en el bloque Stabroek, y el 17 de noviembre de 2016 anunció la comercialidad entre 800 millones y 1.4 millardos de barriles de petróleo crudo de alta calidad perteneciente a las aguas costeras del Esequibo, región que pertenece a Venezuela”.

Además el parlamentario explicó que el 12 de enero de 2017, la compañía Exxon Mobil anunció un descubrimiento de petróleo en el pozo exploratorio Payara-1 ubicado dentro del Bloque Stabroek. Para que nuestros lectores vean la magnitud del problema, debemos informarles que el bloque Stabroek ocupa un espacio marítimo de veinte y seis mil ochocientos kilómetros cuadrados (26.800 Km2) que comprende desde aguas territoriales guyanesas, área en reclamación e incluso aguas territoriales venezolanas. En éste último caso se encuentra el pozo Payara 1, es decir en la zona conocida como del Esequibo venezolano.

La semana pasada el presidente de Guyana, David Granger, anunció un nuevo hallazgo y se trata del sexto descubrimiento de petróleo desde 2015 en ese yacimiento y el más grande hasta la fecha. .El pasado año Guyana anunció que trabajaría con Exxon Mobil en el desarrollo del sector petrolífero en el país sudamericano, lo que supondría una inversión de 5.000 millones de dólares por parte de la petrolera estadounidense.

Uno se pregunta, ¿cuál puede ser la explicación de un gobierno y una élite militar que se llenan la boca a diario con una eventual “guerra asimétrica” ante una imaginaria invasión imperialista, y mientras tanto no digan una palabra, ni ejerzan ningún acto de soberanía frente a esa flagrante agresión?

No se trata de aparecer como guapetón de barrio, echando plomo a la plataforma exploradora y explotadora de petróleo de la Exxon Mobil – aunque Jaime Lusinchi, por una agresión menor a esta, amenazó con bombardear el Caldas en aguas territoriales venezolanas y preservó nuestra soberanía- pero el gobierno de Venezuela le debe exigir al representante del Secretario General de la ONU para la controversia fronteriza, entre Venezuela y Guyana, el reputado diplomático Dag Halvor Nylander se sirva ordenar suspender, ipso facto, la explotación de petróleo dentro del área en reclamación, mientras se busca un arreglo pacífico de la controversia.

Ha sido tan descarada la actitud de la Exxon Mobil que ha ofrecido 20 millones de dólares como fondo de ayuda a Guyana para los gastos judiciales frente a una eventual reclamación judicial venezolana. Obviamente que no se nos escapa la influencia de la Exxon Mobil en el gobierno de Trump, habida cuenta que Rex Tillerson, Secretario de Estado de ese gobierno, viene de ejercer la Presidencia de la Exxon Mobil. Lo que se ve como una amenaza para Venezuela podemos convertirla en ventaja comparativa, si se ve a la nación ejerciendo su soberanía con dignidad y firmeza. Todo lo contrario a lo actuado hasta ahora, porque el mismísimo finado Hugo Chávez llegó a la vileza de decir que la reclamación venezolana contra Guyana era una controversia adeca del pasado. Ya vemos cuáles son los efectos de la ignorancia y la traición a los intereses de la patria por ataduras ideológicas.

Lo cierto es que estamos hablando de las reservas petroleras más importantes del mundo, lo que fue reconocido por el Servicio Geológico de los Estados Unidos como: “la segunda mayor área del mundo con petróleo sin explorar”. La zona total en disputa con Guyana comprende unos 160.000 kms cuadrados y eso representa dos terceras partes del territorio de Guyana, sin embargo estimo que lo más importante, en este momento, es precisar que esa zona rica en petróleo, de 26.800 kms cuadrados, debe ser preservada para explotación conjunta y nunca como explotación exclusiva de Guyana, a quien no le pertenecen esas áreas marinas y submarinas.

Esperemos a ver si los arrestos anti imperialistas de este gobierno se orientan hacia la defensa de ese inmenso potencial de riqueza venezolano y no sigue alardeando, de antiyanki, solo para proteger corruptos sancionados, con razón, por la comunidad internacional.

aecarrib@gmail.com

@EcarriB

Vicepresidente de “Acción Democrática

Caracas, sábado 13 de enero de 2.018