Un reportaje de The New York Times detalla cómo una combinación de intereses estratégicos —el combate al narcotráfico, la política migratoria, el control energético y la presión sobre el gobierno de Nicolás Maduro— llevó al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a ordenar operaciones militares contra carteles de droga en el Caribe, con un fuerte impacto en Venezuela.
Según la investigación, el tema venezolano escaló dentro de la agenda de política exterior estadounidense cuando Trump buscaba endurecer su postura frente a Maduro sin perder influencia en el sector petrolero del país sudamericano. Y para ello, consultó al secretario de Estado, Marco Rubio.
En ese contexto, el papel de la empresa Chevron fue clave. La petrolera estadounidense mantenía operaciones en Venezuela bajo una licencia especial, considerada por la Casa Blanca como un contrapeso a la creciente presencia china en la industria energética venezolana.
El debate interno se intensificó en medio de presiones de legisladores cubanoamericanos, quienes exigían poner fin a esa licencia. No obstante, Trump evaluó distintas opciones para mostrar firmeza política sin ceder completamente el terreno petrolero. Lo que derivó en una estrategia más agresiva en materia de seguridad.
Drogas, migración y control de la región: factores detrás de la ofensiva de Trump sobre Venezuela
De acuerdo con el reportaje, otro factor determinante fue la lucha contra el narcotráfico. En este punto, Stephen Miller, asesor de Seguridad Nacional de Trump, dijo tener ideas. Si bien Venezuela no es productor de fentanilo, comenzaron a vincular al gobierno de Maduro con redes del tráfico regional.
Esta narrativa permitió justificar una directiva secreta, firmada en julio, que autorizó operaciones militares contra embarcaciones sospechosas de transportar drogas en aguas internacionales, muchas de ellas frente a costas venezolanas.
El resultado de ello ha significado mucha más presión para el gobierno de Nicolás Maduro debido a la fuerte presencia militar estadounidense. Esta misma ha estado marcada por ataques a embarcaciones que, según The New York Times, ha matado al menos a 105 personas en el Caribe y el Pacífico oriental.
Por otro lado, la política migratoria también ha jugado un papel central. El endurecimiento de las acciones contra grupos criminales venezolanos fue presentado como parte de un esfuerzo para frenar la migración irregular hacia Estados Unidos. En paralelo, la administración exploró mecanismos legales para acelerar deportaciones, utilizando figuras jurídicas de carácter excepcional.
Fue entonces cuando Marco Rubio llegó a un acuerdo con el presidente de El Salvador, Nayib Bukele. Estados Unidos pagaría cerca de 5 millones de dólares a cambio de enviar a unos 300 venezolanos acusados de pertenecer a pandillas como El Tren de Aragua, al Centro de Confinamiento Terrorista de El Salvador (Cecot).
No obstante, muchos de esos venezolanos no tenían ningún tipo de vínculo con el grupo delictivo, ni tampoco antecedentes penales notables. De hecho, el centro lo han descrito como un lugar de tortura y abuso generalizado.
Presión creciente
The New York Times señala que todas estas decisiones fueron tomadas en un círculo reducido de funcionarios, con escaso debate interinstitucional. Y que, además, derivaron en una campaña cada vez más militarizada en el Caribe.
Las operaciones incluyeron ataques a embarcaciones, incautaciones de activos petroleros y nuevas sanciones, medidas que han tenido un impacto directo en la economía venezolana y han elevado la tensión bilateral.
El enfoque, concluye el medio, refleja cómo los intereses energéticos, la seguridad regional y la política interna estadounidense convergieron en una estrategia de presión creciente sobre Venezuela.
Lee el artículo completo en The New York Times.
https://www.elnacional.com/2025/12/the-new-york-times-explica-por-que-trump-endurecio-su-ofensiva-contra-carteles-vinculados-a-venezuela/