Pasar al contenido principal

A propósito del diálogo en Barbados

Opinión
Artículos de opinión
Tiempo de lectura: 2 min.

A propósito del dialogo que se está desarrollando en la isla de Barbados entre el oficialismo y la oposición, vaya este comentario: según mi manera de percibí las cosas, nuestro país es el resultado histórico de grandes batallas, guerras civiles, golpes de estado y 176 revueltas armadas que nos condujeron hasta el lugar donde actualmente nos encontramos.

En consecuencia, dentro de nuestro inconsciente colectivo existe la creencia de que ante cualquier problema político que se nos presente, la solución está en el golpe de estado. Y esto no ha sido, ni es, ni jamás será bueno, por cuanto nos mantiene anclados al subdesarrollo; por lo tanto, hay que modificar esa conducta. Y para modificar esa conducta colectiva, pareciera lógica inducir un cambio en nuestra manera de pensar; pues:

-Si cambiamos de manera de pensar, cambiaran las actuales condiciones socioeconómicas predominantes en Venezuela.

-Si cambian las condiciones socioeconómicas predominantes en Venezuela, cambiaremos de mentalidad.

-Si cambiamos de mentalidad superaremos el subdesarrollo y si superamos el subdesarrollo, entonces nos incorporaremos al concierto de las naciones desarrolladas del planeta.

En este orden de ideas, presupongo que la mejor estrategia para comenzar a cambiar es aceptando con valentía que el problema que los venezolanos somos para nosotros mismos, solo en nosotros mismos tendrá solución y no atravesando la frontera para buscar ayuda en otros países.

Por ejemplo, todos sabemos que la solución a nuestra actual crisis política está en convocar a elecciones generales, designar un nuevo Consejo Nacional Electoral, actualizar el actual registro electoral y garantizarle el derecho al sufragio a todos los compatriotas que, sin rumbo fijo, deambulan por esos tortuosos y peligrosos caminos de la vida.

Y por añadidura, también estamos conscientes de que resuelto el problema político y después que los vientos del sur se hayan llevado estos tiempos borrascosos, comenzará a surgir un venezolano distinto, con otra mentalidad y totalmente deslastrado de la carga genética e histórica que heredamos de nuestro antepasado indígena, español y africano; es decir, la falta de afecto por el trabajo. Y en contra de este flagelo social, tenemos que luchar todos los días; pues, solo el trabajo creador hace grande a un pueblo.

Ahora bien, amigo lector, todo este comentario por cuanto presumo que la salida del laberinto donde actualmente nos encontramos, debería ser la consecuencia de que todos y cada uno de los venezolanos contribuya con su granito de arena, e independientemente de la capacidad laboral, técnica e intelectual de cada quien, a la solución de esta crisis socioeconómica que estamos soportando con estoicismo digno de mejor causa.

En conclusión, no hay que marcharse lejos para ver amanecer ni buscar otro lugar ni otro vino que beber, pues, Venezuela con sus problemas, virtudes y defectos, es el único país que tenemos; por ello, debemos que cuidar y proteger….

Así que, deberíamos resolver nuestros problemas domésticos “ahí mismito no más”; es decir, en Caracas, Margarita o Villa de Cura. Y dialogar, negociar y acordar, lo que haya que dialogar, negociar y acordar, con voluntad política y sin agendas escondidas…

Villa de Cura, julio 2019.