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Mayo Francés

Opinión
Artículos de opinión
Tiempo de lectura: 3 min.

Visión y Análisis

Hoy quiero hablar del Mayo Francés, mayo de 1968. Su contexto fueron los célebres años 60’s. Me voy a tomar el atrevimiento de decir que los años 60 y parte de los 70 del siglo XX fueron años de transformación, y uno de los períodos brillantes de la Historia de la Humanidad; significaron una fuerte ruptura con el pasado, doy gracias por haber vivido un atisbo de esa época.

Fueron los años del fin del colonialismo; de los movimientos de liberación nacional; de la píldora anticonceptiva y de la liberación sexual; de los hippies, del rechazo al consumismo y a la moral puritana de los años 50; de rechazo al racismo y que crearon una música rebelde y maravillosa. En general, parecía que la Humanidad evolucionaba hacia estratos superiores donde todos los sueños eran posibles.

Tuvieron su lado oscuro: el enfrentamientos entre dos grandes potencias hegemónicas, la Unión Soviética y los Estados Unidos, que desarrollaron la Guerra Fría, un enfrentamiento soterrado, realizado mayoritariamente a través de terceros, pero no por eso menos mortífero y amenazador. En Cuba había triunfado la que se pensó que era la “revolución buena”, se esperaba que no tuviera los vicios de la soviética; en China Mao atacaba el “aburguesamiento” de la élite dirigente.

Francia vivía sus propias tensiones. La liberación de Argelia había fracturado la sociedad francesa. Charles de Gaulle aprovechaba su prestigio como héroe de guerra para gobernar de forma muy presidencialista. Sartre, Reich y Marcuse dominaban la esfera intelectual, con un marcado tinte izquierdista. En Vietnam, antigua colonia francesa, Estados Unidos y la Unión Soviética se enfrentaban, con vietnamitas en medio, era un conflicto que los franceses sentían como propio.

Luego de una década de desarrollo económico, bajaron los salarios, los conflictos sociales brotaron. Como casi siempre, la rebelión la iniciaron los estudiantes; un grupo de la universidad de Nanterre, protagonizó disturbios y manifestaciones anticapitalistas y contra la guerra de Vietnam, intervino la policía, violando la autonomía universitaria; esto originó más protestas y una huelga de estudiantes y profesores, el conflicto llegó a la Sorbona. Los sindicatos de la zona, infiltrados òr estudiantes, declararon una huelga en apoyo a los movimientos estudiantiles, para el 13 de mayo, en la cual participaron 9 millones de personas.

Se paralizaron miles de empresas, otras funcionaron bajo el “control obrero” y algunas localidades se establecieron controles de precios y distribución controlada de víveres, por los huelguistas. Bajo lemas como “prohibido prohibir” o “estamos condenados a ser libres” la rebelión se extendió. Se habla de vacío de poder, se pide la renuncia del presidente y llamado a un nuevo gobierno.

De Gaulle busca apoyo del ejército, generando gran inquietud; no renuncia, pero disuelve la Asamblea Nacional y convoca a elecciones parlamentarias. El partido comunista francés, dependiente de directrices soviéticas, no se anima a la rebelión; los obreros inician negociaciones; los estudiantes, con tendencia anarquista, rechazan los partidos políticos de izquierda, sus aliados naturales; el movimiento, sin una dirección clara y sin vocación real de poder, perdió fuerza y fue a las elecciones, en las cuales el de gaullismo obtuvo una victoria que lo ratificó en el poder.

Sin embargo, poco tiempo después De Gaulle perdió un plebiscito sobre su gestión, retirándose definitivamente de la política y abriendo el camino a una nueva generación que llevaría adelante reformas de la sociedad francesa, cuyas necesidades habían sido desnudadas por el Mayo Francés. Los trabajadores obtuvieron mejoras laborales, los estudiantes, sus reivindicaciones, la universidad se convirtió el reducto de la izquierda, como ocurriría también en América Latina por esos años.

El Mayo Francés no solo impactó la sociedad francesa. En varios países los estudiantes trataron de repetir el fenómeno francés: Alemania, Suiza, España, Italia, Argentina, Estados Unidos. México vivió la tragedia de la Plaza de Tlatelolco; Venezuela tuvo revueltas que condujeron al cierre de la Universidad Central por el gobierno de Rafael Caldera. Checoeslovaquia llegó a pensar que podía aflojar la correa soviética, implantando un “socialismo con rostro humano”, ilusión destruida por medio millón de soldados soviéticos y 2.300 tanques sofocando la Primavera de Praga.

¿Fue una “oportunidad perdida”? O ¿Fue una “salvación milagrosa”? Si el movimiento hubiese tomado el poder se hubiese creado una Francia Libre o una Francia Soviética? Quizás lo mejor fue lo que pasó, en todo caso, yo prefiero una sociedad liberal y libre y no una sociedad socialista y restrictiva de las libertades individuales.

Este movimiento demostró de que el movimiento estudiantil es un pionero de las reformas, de las libertades, que la universidades no “lavan el cerebro”, sino lo abren a nuevas ideas, a nuevas expresiones, a nuevas esperanzas, al cambio y a la mejora; pero también demostró que sin una idea clara, un plan definido y coherente y una participación del resto de la sociedad, ningún movimiento por sí solo no puede lograr los cambios que la sociedad necesita.

19 de mayo de 2018

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