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La llegada de España a América

Opinión
Artículos de opinión
Tiempo de lectura: 3 min.

Cuando Cristóbal Colón zarpó desde el Puerto de Sanlúcar de Barrameda comandando La Pinta, La Niña y La Santa María, no solo ignoraba hacia donde se dirigía con sus tres carabelas, sino que no tenía la menor idea del inmenso territorio que le anexaría a España. El primer impacto que recibió este hombre extraordinario al desembarcar por estos lares, fue la belleza de las mujeres, la corpulencia de los hombres y lo exuberante del paisaje. Esta percepción le hizo suponer que se había topado con el paraíso terrenal, cuestión que le informó a los Reyes de España a través de una extensa carta que les entregó personalmente al regresar de su larga travesía. En este orden de ideas, es obligante comentar que inexplicablemente a ninguno de los Reyes de España se le ocurrió la idea de venir a conocer esta tierra de gracia.

Ahora bien, si es cierto que España nos enseñó un idioma, nos organizó políticamente e inculcó una religión, no menos cierto es también que casi nos extermina a fuerza de encomienda y cepo. Por lo tanto, y después de trescientos treinta y tres (333) años de ocupación española, El Libertador tuvo que combatir en 477 batallas y cabalgar 124.000 kilómetros para poder libertar dicho territorio de la España Imperial.

Lograda la independencia, Venezuela fue incorporada a la Gran Colombia que, como República, pudo haber sido toda caminos como la voluntad y todos horizontes como la esperanza; pero que va, los mercaderes de la trapisonda y los enreda pueblo de todas las épocas condujeron al Libertador hasta las puertas del sepulcro y el proyecto se vino a pique.

Desaparecido Bolívar y con él, La Gran Colombia, Venezuela cayó en manos de una serie de caudillos que utilizaron su fuerza bruta y la temeridad de su ignorancia para gobernarla y perpetuarse en el poder y este karma siempre nos ha acompañado y en mi opinión, es el origen de todos nuestros problemas.
Por otro lado y como buena madre, de sus entrañas comenzó a manar petróleo a borbotones para que fuese sembrado como lo recomendaba uno de sus mejores hijos, pero no le hicieron caso y todo lo contrario, en vez de sembrarlo, lo despilfarraron.

En este orden de ideas, no se puede dejar de reconocer que, durante los cuarenta (40) años de democracia representativa alcanzamos cierto nivel de bienestar socioeconómico, pero la corrupción y el abandono de los más pobres por parte de los gobiernos de aquellos tiempos, sirvieron de argumento, justificación y plataforma para que un grupo de hombres y mujeres de izquierda, comenzaran a experimentar las viejas predicas del socialismo como modo de producción y en esa experimentación han transcurrido veinte (20) años.

Por otro lado, a Venezuela se la considera como la nación con las más grandes reservas petroleras del mundo; paradójicamente, se encuentra a un pasito de ser asistida por la caridad internacional como resultado de que la desunión, la irreconciliación, la intolerancia política y la corrupción, la fueron llevando poco a poco y lentamente hasta el intrincado laberinto donde se encuentra.

Ante esta situación de desunión, evidentemente hemos olvidado la recomendación que nos dejó el Padre de la Patria: "Únanse o la Anarquía los Devorará" y hasta la irrefutable verdad que predica nuestro Himno Nacional: "Compatriotas la Fuerza es la Unión".

De no llegarse a resolver la desunión y de no lograrse una verdadera reconciliación entre los venezolanos, todo cuanto se pueda hacer para sacar a Venezuela de esta crisis, no pasará de ser más que pastoreo de nubes sobre el cielo azul de la patria buena; pues, en la unión está la fuerza…

Finalmente, vaya el primer verso de uno de los más hermosos poemas compuestos por Andrés Eloy Blanco: “Canto a España”

Yo me hundí hasta los hombros en el mar de Occidente,

Yo me hundí hasta los hombros en el mar de Colón,

frente al Sol las pupilas, contra el viento la frente

y en la arena sin mancha sepultado el talón…

Villa de Cura, viernes 12 de octubre del 2018