Pasar al contenido principal

Encuentro José Gregorio Hernández y Maduro

San JGH
Tiempo de lectura: 2 min.

La posibilidad de un encuentro imaginario entre el Santo José Gregorio Hernández y Nicolás Maduro en el contexto del año de su canonización ofrece un contraste dramático entre la espiritualidad, el servicio desinteresado y la realidad del poder político en Venezuela.

Este encuentro hipotético se centraría inevitablemente en la crisis humanitaria que aflige a la nación.

El Escenario del Encuentro

El encuentro podría tener lugar no en un palacio de gobierno, sino en un hospital público venezolano deteriorado o en una comunidad afectada por la pobreza crítica; el entorno real de la crisis.

José Gregorio Hernández (Símbolo de Servicio): Representaría el ideal del Servicio Desinteresado, la Ciencia y la Fe. Su figura es un recordatorio de la ética profesional, la dedicación al "pueblo pobre" y la compasión, valores que parecen estar ausentes en la gestión de la crisis.

Nicolás Maduro (Símbolo del Régimen Gobernante): Simboliza un sistema autoritario con un partido hegemónico (el PSUV), la supresión de la democracia mediante la inhabilitación de partidos y la persecución de la oposición, y el uso de la represión y la instrumentalización de la miseria como herramientas de poder. Se destaca una gestión económica que ha llevado a la crisis social y al colapso de servicios básicos, y una política exterior de alineamiento con países regidos por dictaduras. El régimen ha sido considerado ilegítimo por numerosos actores internacionales desde el fraude a las elecciones de 2018

Diálogo Imaginario y Confrontación de Realidades

El diálogo no sería sobre política partidista, sino sobre ética de gobierno y responsabilidad moral:

JGH

El Resultado Simbólico

El encuentro terminaría sin una resolución política, pero con una condena moral. La presencia de José Gregorio Hernández pondría en evidencia la distancia insalvable entre el ideal de un Estado al servicio de sus ciudadanos y la realidad de un sistema donde la carencia de recursos y la falta de compasión han prevalecido. El fervor por Hernández es un fenómeno que une a venezolanos de todas las clases sociales, regiones e ideologías políticas. Este sentimiento de unidad y fraternidad nacional se opone a la política de polarización y división promovida por el autoritarismo.

La canonización de Hernández en ese año servirá como un recordatorio para Maduro y para el país: la única legitimidad duradera es la que se construye con la ética, la ciencia y la caridad, no con el control político, autocrático, represivo y totalitario. En esencia, la fe en José Gregorio Hernández se convierte en un estandarte moral que, sin ser directamente político, reafirma la identidad venezolana con los valores de la democracia, la decencia y la justicia social, haciendo de su veneración un silencioso pero potente rechazo a los regímenes autoritarios.