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Emigrar o no emigrar, he ahí la cuestión

Opinión
Artículos de opinión
Tiempo de lectura: 3 min.

En las actuales circunstancias políticas, muchos vislumbran que cada vez está más cerca el fin del presente régimen de gobierno, mayoritariamente rechazado por la inmensa mayoría de los venezolanos y cada vez más acorralado a nivel internacional, con amplios sectores de la sociedad civil más activados que nunca para salir de esta pesadilla.

Sin embargo, muchos siguen pensando en irse del país, en la emigración como solución a sus conflictos existenciales y crisis personales. En la Venezuela de la diáspora migratoria, no se trata simplemente de decidir si irse del país o quedarse; en el fondo, se trata más bien de un problema de sobrevivencia. No es una cuestión de justificar o condenar a quien se va del país. Se trata, más bien, de intentar entender mejor el fenómeno migratorio que sufre Venezuela.

Este problema es tan serio que se ha llegado a estimar que aproximadamente el 10 % de los venezolanos ya ha emigrado y la tendencia es al aumento; en los próximos tres años, si se mantiene esta tendencia, se espera que el porcentaje pueda llegar al 15% o aun más. Estos emigrantes, que son en su mayoría jóvenes con formación y experiencia en diversos campos del conocimiento y la actividad laboral, constituyen un drenaje incalculable de capital humano muy difícil de reemplazar.

Desde el punto de vista personal, el dilema inicial puede surgir al intentar tratar de decidir cómo y dónde se tendrían más probabilidades, no solo de sobrevivir, sino de vivir con un grado aceptable de normalidad; sin tener que estar diariamente en búsqueda de satisfacer las necesidades básicas del ser humano, y lamentar que no se nos respeten los derechos ciudadanos, para tener, en definitiva, una razonable confianza en un futuro mejor. Lo más común es que se vea a la emigración con mirada de esperanza, como una posibilidad de salida por razones de necesidad.

Si tu salud, o la de un familiar cercano, depende de tener a tiempo y en cantidades suficientes la medicina o el tratamiento médico necesario. Si debes decidir entre vivir en la miseria y al borde del hambre o tener una oportunidad de alimentarte bien y no enflaquecer hasta caer en la desnutrición. También si se ha tenido actividad política y se ha participado en protestas u otras actividades en contra del actual régimen de gobierno, públicas o no; si por ello te haces políticamente incómodo y, por lo tanto, sujeto a la represión y posible encarcelamiento y tortura. Finalmente, incluso, si se plantea como una cuestión de decidir entre el desequilibrio psicológico y la tranquilidad y la salud mental. Aunque podría también tratarse, simplemente, de buscar un nivel de seguridad personal y calidad de vida aceptables. En todas estas circunstancias, los deseos de emigrar se pueden hacer presentes, y muchas veces llegan a concretarse.

Es también pertinente recordar la enorme importancia de las transferencias de dinero desde el exterior; muchos salen del país para poder ayudar a mantener a los familiares que se quedan, aprovechando la ventaja de la tasa de cambio debido a la gran devaluación del bolívar. Un estudio de Datanálisis al respecto indica que el 6% de las familias del país se benefician de estas transferencias; en un año es posible que lleguen al 10%.

En todo caso, el ser humano, ante condiciones de vida negativas y desfavorables, busca cambiar su situación y evitar así un futuro francamente adverso. Se trata de decidir cómo sobrevivir en medio de la más profunda crisis económica que ha tenido el país, con una gran inestabilidad social e inconformidad popular, amén del creciente estado de ingobernabilidad que cada vez nos acerca más al caos social. Hay que tratar de comprender la situación, tanto de los que deciden quedarse como de los que deciden emigrar, ponerse en el lugar del otro, considerar sus circunstancias de vida, motivos y razones, necesidades y esperanzas.

¿Quién cree que pueda ser el juez del compatriota que se queda o de aquel que se va? A fin de cuentas, cada quien puede elegir como desea vivir. En las actuales condiciones de la generalidad de los venezolanos, para muchos es necesario, incluso llega a ser urgente, decidir si quedarse o irse del país.

Profesor UCV
felipeedmundo@gmail.com