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Análisis de entorno | El Nobel de la Paz: llave estratégica para la transición venezolana

MCM
Tiempo de lectura: 8 min.

El otorgamiento del Premio Nobel de la Paz a María Corina Machado esta semana redefine el mapa político y social de Venezuela y multiplica el impacto internacional, poniendo en jaque las nuevas estrategias de quienes siguen defendiendo al autoritarismo y al narcotráfico. Esta noticia sacude el panorama con efectos que exigen redefinir el camino tanto para las fuerzas democráticas como para los actores empresariales y militares, y fue recibida con asombro y alegría por la oposición venezolana.

Y especialmente recibida con asombro por la propia María Corina que no lo esperaba y que se lo atribuye a José Gregorio; lo cual tiene sentido porque la batalla es contra el mal, y Él, junto a José Gregorio, nos está ayudando a ganársela a los malos.

Estados Unidos, que ya se encuentra al borde de una intervención militar en Venezuela, desde el Caribe, debería ver en el Nobel una herramienta inesperada que refuerza la legitimidad internacional que ya tiene la oposición venezolana. La administración estadounidense, probablemente, buscará sumar aliados regionales, mientras focaliza los ataques directos, y profundiza el mensaje/oferta de la entrega voluntaria, que es lo que llamamos el escenario “Optimista de la Transición Democrática”.

El reconocimiento a Machado llega en un momento crucial: la oposición fortalece su exigencia de elecciones libres y gobierno representativo. Este hecho revitaliza la narrativa democrática y refuerza el mandato moral para insistir en una entrega voluntaria, alentando a que actores internacionales se comprometan más activamente en apoyar una transición pacífica.

El Nobel es un catalizador que puede acelerar el proceso si se gestiona con inteligencia y cohesión. ​

Porque para Nicolás Maduro y el sector más duro del chavismo, el premio representa una deslegitimación directa, al reconocer a escala global (ese es el efecto del Premio Nobel) a una líder opositora. Él tiene al menos dos opciones gruesas:

  1. Entender el mensaje y rendirse
  2. Radicalizar aún más su postura

Porque lo que es seguro es que el impacto más fuerte es sobre ese 10, 12, o hasta 15% que, según cuál de las encuestas se lea, que profundizará las dudas sobre sus posturas internas, generando nerviosismo y posibles nuevas deserciones. Y como siempre, la primera reacción resentida de Maduro será tratar de convertir la condecoración en un argumento de "intervencionismo extranjero" para afianzar su base; aunque, con esto, quedará aún más debilitada... o la opción de entregarse (hasta salvajes como Hamás anticiparon y entendieron que si no cedían, los iban a exterminar).​

También habrá un impacto fuerte sobre los sectores de la oposición colaboracionista ("alacranes") que quedan desdibujados: el Nobel refuerza la figura de Machado como líder legítima de la democracia y los deja en una posición marginal, forzándolos a elegir entre integrarse a la verdadera transición o quedar relegados como cómplices del chavismo. Pero conociendo la calidad moral de esta gente, lo más probable es que busquen reposicionarse y negociar espacios en el nuevo mapa político, presionados por las voces internacionales. ​

Y sin duda, los que perdieron el sueño, son los empresarios vinculados al chavismo, porque para ellos el Nobel es una alarma que ahora suena más fuerte: la transición puede significar investigaciones y cambios económicos que socaven sus privilegios.

Los empresarios honestos, por su parte, ven en el galardón una oportunidad histórica para comenzar a reconstruir el tejido productivo y financiero, anticipando que la recuperación de la confianza internacional puede destrabar inversiones y mercados. ​

No hay que perder de vista que el Nobel de la Paz tiene efectos profundos en la narrativa nacional e internacional, porque revitaliza la resistencia ciudadana, hace posible nuevos pactos regionales (por ejemplo, con Colombia y Brasil), y puede propiciar la aparición de figuras que faciliten aún más la transición. A su vez, el galardón empodera a la diáspora venezolana y coloca el tema de la crisis humanitaria y la represión en un foco privilegiado que ya no podrá ser ignorado. ​

Mientras festejamos con alegría este reconocimiento a María Corina, no podemos perder de vista que el reparto masivo de armas de guerra entre militantes chavistas representa un escenario de alto riesgo: aunque carecen de municiones oficiales, el mercado negro puede suplir la demanda, generando focos de violencia que, con el debilitamiento del apoyo popular al chavismo, pueden tornarse imprevisibles.

Se perfilan dos fuerzas: grupos cada vez más resentidos, armados y violentos frente a una sociedad civil mayoritariamente pacífica y reivindicativa. ​

Debemos evitar una guerra civil; y para eso la población pacífica debe evitar enfrentamientos y choques tal como se viene haciendo frente a las fuerzas de la represión. Pero esto es un poco más delicado porque pudiera darse el caso de la “señora chavista” jefa de piso de un bloque, que ahora estará armada, pueda expresar su resentimiento atacando a las familias a las que ella sometió a tortura psicológica y de hambre al jugar con las provisiones del Clap; y ahora, al acabarse esa tortura, busque una especie de venganza. Y ese caso extrapolado a muchas situaciones donde el chavista llano, de calle, con un arma de guerra en la mano, pueda causar estragos.

​Es esencial un gran pacto nacional que priorice el desarme, la reconciliación y la seguridad ciudadana. En caso de estallido, será fundamental el despliegue de fuerzas internacionales de paz y la protección física de los líderes democráticos para que mantengan el orden y la seguridad en la transición institucional y crear rutas rápidas de entrega voluntaria de armas con incentivos legales y económicos.

Y, apalancándose en el Nobel, no perder de vista que hay que:

  • Mantener el optimismo en la comunicación: el Nobel es señal de que el cambio es posible
  • Fortalecer las alianzas internacionales, aprovechando la visibilidad del galardón y la presión mediática
  • Convocar a empresarios honestos a preparar propuestas de reconstrucción productiva para la nueva etapa
  • No dejar de lado la seguridad democrática e insistir en acuerdos vinculantes de desarme y reconciliación

El Nobel marca el inicio de una Venezuela nueva; las próximas semanas serán determinantes y, aunque los riesgos existen, la oportunidad de transición pacífica, justa y esperanzadora está más cercana que antes… aunque tratándose del chavismo, creo que dejarán pasar la oportunidad… Ojalá que la tomen…

Para cerrar, quiero revisar los tres escenarios que utilizamos para caracterizar y hacer seguimiento a la situación de Venezuela, los cuales han tenido algunos cambios:

  • Optimista con transición democrática: El chavismo cede sin daños, facilitando una transición rápida y ordenada con apoyo internacional, especialmente de Estados Unidos. Su probabilidad puede haber aumentado por lo del Nobel, forzando a la entrega voluntaria… Pero ellos son lo que son y que, pese a las divisiones internas en el chavismo, es posible que ignoren el mensaje que les está dando la humanidad y se mantengan en sus posiciones originales. Este escenario sigue alrededor del 50%, un poco más o un poco menos pero siempre con una inercia a la baja. No hay que perder de vista que este escenario ya no contempla un exilio dorado, sino el sometimiento a juicio en EEUU
  • Inocuo de estancamiento político (actual): El chavismo resiste día a día, perdiendo sostenibilidad, pero manteniendo el poder por la fuerza, con una supervivencia agonizante, que se mueve en el campo de lo mediático y comunicacional. Ya sin contar con El Vaticano o Qatar, solo le quedar un Petro maltrecho que más que una ayuda es un lastre que terminará cayendo con ellos
  • Pesimista por conflicto o intervención: Con escalada de violencia y ruptura forzada para sacar al chavismo. La probabilidad de este escenario sigue aumentando y ya supera ampliamente el 50% desde las 6 lanchas hundidas, la aprobación de los ataques por parte del Congreso de EEUU, y la orden de POTUS al almirante jefe del Task Force de proceder cuando lo crea militarmente conveniente

La opción de que el chavismo "se quede y no salga", tiende a difuminarse, y esto del Nóbel a María Corina, confirma su inviabilidad manteniendo el gobierno de facto.

Una reflexión final: El Premio Nobel de la Paz 2025 a María Corina Machado la consagra como faro global de la democracia en la era pos-ideológica; y se convierte en un hito histórico que fractura al chavismo desde adentro, mientras dota a EEUU y aliados de un mandato moral para una "estabilización quirúrgica" que desmantele redes narco sin guerras prolongadas. Debilitando a su vez la influencia de China y Rusia en el Caribe Sur y marcando un precedente para la geo-gestión del siglo XXI, donde un liderazgo individual, desmantela autoritarismos y redefine el futuro de Venezuela como eje de resistencia y resultados. transformando así el péndulo acelerado de la crisis en un eje favorable al efectivismo pos-ideológico.

Recomendaciones

  • Para el gobierno chavista (de salida): La mejor estrategia para el chavismo gobernante de facto es evitar cualquier provocación militar y tomar medidas excepcionales para facilitar una transición negociada que minimice daños civiles, abriendo un proceso de entrega voluntaria de poderes a Edmundo y María Corina, bajo supervisión de EEUU, para evitar daños a la población civil. Desmilitarizar inmediatamente zonas sensibles y asegurar a fuerzas no leales del aparato militar un canal seguro de colaboración con las autoridades democráticas y con posibles fuerzas de paz internacionales. ​ También facilitar el acceso a la prensa internacional y organizaciones humanitarias para documentar el proceso, evitando operaciones encubiertas que puedan ser un pretexto para justificar ataques. ​

Si no se facilita una salida voluntaria inmediata… eso es “ya”, el chavismo corre el riesgo de su destrucción total, juicios internacionales, y aislamiento absoluto; facilitar la transición, aunque implique perder la libertad, podría salvar sus vidas y las de mucha gente, así como recursos que ya anticiparon los gringos que serán destruidos. Porque con sus actitudes de soberbia se perdieron la última oportunidad de participación en el futuro institucional de Venezuela. ​

  • Para el gobierno electo (liderado por Machado y González): Promover la figura de los “embajadores empresariales” en la diáspora: empresarios expatriados actúan como puentes para atraer inversiones específicas, mentoría de negocios y nuevos mercados para marcas venezolanas emergentes. Crear un laboratorio acelerador de talento privado, con programas de formación exprés para nuevas gestiones locales y centrales, atrayendo parte de la diáspora para cubrir brechas críticas en administración, innovación y servicios.​ Establecer “vouchers de innovación social” para ONGs y comunidades, que financien soluciones tecnológicas y comunitarias a la crisis humanitaria en alimentación, salud e inclusión
  • Para los empresarios honestos y trabajadores (ya no perderé más tiempo con la dirigencia cooptada por el chavismo): Formar consorcios multisectoriales de reconstrucción, en los que participen micro, pequeñas y grandes empresas, con foco en proyectos pilotos de infraestructura, energía renovable y transformación digital, premiando la asociatividad y el impacto de triple resultado (económico, social, ambiental). Fomentar el acceso masivo a plataformas de educación en línea para actualizar habilidades técnicas y de gestión, en alianza con universidades y organismos multilaterales, apostando a una rápida integración al nuevo modelo productivo y formalización del empleo
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