El reloj político está marcando que se acerca el día cero para Venezuela, el momento tan anhelado del día después de la tormenta que nos ha azotado por años. La voluntad innegable del pueblo venezolano, expresada con contundencia, está a punto de abrir las puertas a un nuevo capítulo, liderado por Edmundo González Urrutia y María Corina Machado.
Revisando casos emblemáticos del pasado en diferentes países, la caída de los regímenes de facto siempre fue precedida por una intensificación de la represión y los discursos altisonantes con “gallos” en los gritos desafiantes, y con una red de rumores internos -cada vez con menos miedo- pero abiertamente reflejados en los medios y redes internacionales, situación que está ocurriendo cada vez más mientras escribo esta columna.
La era del chavismo, con sus figuras emblemáticas como Nicolás Maduro, Diosdado Cabello et al, está llegando a su fin, confirmando su inviabilidad y visible declive irreversible. Estamos muy cerca del inicio de una transformación radical: la “transición del asistencialismo al mercado”, nombre de mi nuevo libro en vías de edición.
Con el cese del gobierno de facto de Venezuela que, según los americanos, también gobierna el Cartel de los Soles y el Tren de Aragua, las primeras acciones serán cruciales para restablecer la legalidad y la confianza y dar el primer impulso hacia los cambios transformacionales inmediatos, porque lo inmediato es solo para remover escombros, que el polvo se asiente y limpiar la zona, y a partir de allí, cuando se haya dimensionado la crisis multidimensional que dejará el chavismo en su estampida, es que se podrá comenzar la construcción.
Siempre les digo que una buena decisión bajo crisis, no siempre es buena en normalidad, por eso, lo primero será salir de la crisis y estabilizar el terreno, y recién entonces comenzar a poner en marcha los planes que todos sabemos que tienen documentados María Corina Machado y su equipo, preparados para enfrentar un abanico de escenarios posibles, algunos anticipables y otros, sorpresivos. Pero de eso se trata un buen gobierno: estar preparados para sacar al país adelante, pese a todas las “viudas del chavismo” que las habrá por miles… pero del otro lado, habrá millones.
Una primera acción deseable para tomarle juramento a Edmundo González que sea reconocido internacionalmente, pero especialmente reconocido por Estados Unidos, será restablecer la Asamblea Nacional de 2015, último cuerpo legislativo legítimamente elegido, que retomará sus funciones plenas. Y su rol será fundamental para re-institucionalizar el país y desatar la maraña legislativa heredada, sentando las bases para un nuevo marco jurídico.
Por esa misma vía, y casi inmediatamente, se debería proceder al nombramiento de un nuevo TSJ, independiente y profesional, clave para institucionalizar el sistema de justicia y garantizar que sus decisiones no dependan de voluntades individuales ni interpretaciones a conveniencia del salvajismo, la trampa y la corrupción. Este paso es esencial para comenzar a restituir la seguridad jurídica en camino a recuperar la credibilidad jurídica del país.
Para profundizar el federalismo y desahogar el centralismo que ha asfixiado la autonomía regional, debería realizarse una intervención estratégica de las gobernaciones, con el objetivo de reestructurar el gobierno para hacerlo gestionable y eficiente, y redistribuir el poder para acompañar el proceso de reconstrucción. Ya pronto, y pasado el estado de excepción que debería decretarse para hacer el takeover de los despojos que deje el chavismo, se podrán volver a convocar procesos electorales, pero esta vez cumpliendo con todos los protocolos nacional e internacionalmente aceptados.
Y casi sin duda, uno de los cambios más contundentes debería ser la reorganización y redefinición del rol de la Fuerza Armada Nacional (FAN), regresándola a su esencia fundacional y haciendo un trabajo muy fuerte de reinstitucionalización, pasando a disponibilidad a todo aquel militar sospechado de actos de corrupción y de lesa humanidad, para que sean sometidos a la justicia ordinaria. Y nombrando un nuevo alto mando de transición a partir del grado de coronel, contando con gente que haya probado en sus años de servicio ser militares dignos y patriotas. No debe quedar activo y sin proceso de averiguación, ningún general; ni activo ni los retirados en los últimos cinco años.
Porque no hay que perder de vista que el así llamado Cartel de los Soles lleva su nombre por las insignias militares, las cuales, si bien se refieren a sus altos jefes, hay que tener presente que una operación de narcotráfico a la escala de operación que le atribuyen a ese cartel, requiere de mandos altos, medios y bajos, así como mano de obra y carne de cañón, tal como puede verse en películas y documentales sobre el funcionamiento de los carteles de la droga. Pero en este triste caso, toda la estructura de ese cartel es sindicada por ser constituida por militares activos.
La nueva FAN deberá volver a ser despolitizada y no deliberante, así como profesionalizada, regresando a sus funciones específicas, y abandonando el involucramiento en actividades civiles y empresariales. Se debería ordenar la salida inmediata de todos los militares activos y de aquellos retirados en los últimos cinco años de puestos en la administración pública.
En un nuevo enfoque doctrinario la FAN se concentrará en los conflictos híbridos, no necesariamente respondiendo a fuerzas bajo bandera, entendiendo que las prioridades ya no serán los “países enemigos”, sino las fuerzas informales del terrorismo y el narcotráfico y combatir a las nuevas guerrillas chavistas formadas por algunas de las “viudas del chavismo”, quienes seguramente se asociarán con el ELN y las disidencias de las FARC. Y si cometieran el error estratégico de aliarse también con Hezbolá y Hamás, podrían pasar de chavistas resentidos a terroristas globales sin lugar en la tierra donde esconderse.
Y considerando que las fronteras serán el foco principal de la acción de estas nuevas FAN, los cuarteles y guarniciones deberían redistribuirse con peso en aquellas áreas geográficas que por razones ideológicas y de ventajas para el tráfico de drogas, habían sido abandonadas. Comenzando por sacar Fuerte Tiuna de la capital, y distribuir sus comandos estratégicamente a lugares donde realmente hagan falta. Nunca más debería esperarse que una columna de tanques avance sobre Miraflores desde ese lugar, para intentar un golpe de estado.
Creo que, a estas alturas, y después de tanto sufrimiento, los venezolanos hemos madurado, crecido y, tal vez lo más importante, estamos dejando el país a una nueva generación, muchos de los cuales emigraron, pero pronto regresarán en un masivo esfuerzo de reunificación familiar con el objetivo en mente de construir el mejor país de la tierra.
Regresando al plan de transformación con el que comencé este artículo, los primeros 100 días se enmarcan en lo que, en mi libro mencionado he llamado la etapa de “control de daños", un período de turbulencia y decisiones correctivas urgentes.
El pilar central será apuntar a una economía de mercado abierta, con la privatización total del negocio petrolero, prescindiendo de Pdvsa, y la apertura masiva a la inversión privada. El Estado dejará de ser empresario para asumir un rol regulador transparente e impulsor de análisis estratégicos que sirvan como referencias para identificar las ventajas comparativas y generar los estímulos para transformarlas en ventajas competitivas.
En el caso de las empresas de Guayana, de las mixtas y del resto de las tomas y expropiaciones que ejecutó arbitrariamente el chavismo, habrá que dejar que el mercado decida cuáles son viables y cuáles deben ser liquidadas. No olvidar que en esta nefasta etapa que termina, el mantenimiento y la inversión fueron sustituidas por la corrupción y el pillaje, y que la obsolescencia avanzó sobre todas ellas.
Especialmente la obsolescencia tecnológica, la escala de operación, y los mercados que atendían. A lo mejor algunas se salvan porque algún inversor ve una posibilidad donde nadie más la ve, pero lo más probable es que tengamos que hacer borrón y cuenta nueva, y asumir otra pérdida más, dentro del desastre que nos están dejando.
El asistencialismo será sustituido por la creación de millones de puestos de trabajo dignos y bien remunerados en sectores diversificados como turismo, tecnología y agroindustria. El objetivo permanente durante un largo tiempo deberá ser erradicar la pobreza mediante la productividad y la baja de la inflación.
Para lograr lo anterior se establecerá un marco legal predecible, con mecanismos de arbitraje internacional que brinde seguridad jurídica y atraiga Inversiones. Por supuesto, deberemos renegociar la deuda externa bajo el paraguas del FMI como garante necesario y articulador de parámetros de negociación, de forma tal que otros multilaterales y bancos y fondos privados nos crean, y apuesten por nosotros.
En línea con lo anterior, casi sin duda contaremos con el apoyo del equivalente a un "Plan Marshall" o "Plan Fénix" con el aval de Estados Unidos y el FMI, y apoyos como Argentina en los negocios agrícolas para rescatar al campo; y de El Salvador para restablecer y mantener el orden frente a un chavismo que, pese a ser muy, pero muy minoritario pondrán en jaque la seguridad ciudadana en esta etapa inicial.
Así como en el decolaje o despegue, un avión presenta ciertos grados de vulnerabilidad, el nuevo gobierno de Edmundo González y María Corina Machado también presentará ciertos ángulos de vulnerabilidad. Eso será hasta que se logre consolidar y confirmar un grado de gobernabilidad tal que nos asegure que “nunca Más” nadie, pueda hacerse con el poder, usando como excusa, las causas nobles y valiéndose de ellas asaltarnos a todos. Todo muy al estilo Gramsci y al neomarxismo, cimientos de los movimientos woke de pseudo izquierda.
La reunificación familiar bandera de las aspiraciones de María Corina Machado, se manifestará con el regreso de millones de venezolanos de la diáspora, quienes serán un pilar fundamental en la reconstrucción nacional.
Esta nueva etapa exige un cambio mental en la sociedad, dejando atrás el pesimismo y utilizando la historia como referencia, no como ancla. El futuro se construye desde hoy, con creatividad humana y un optimismo realista. La clave es transformar la inviabilidad en oportunidad, guiados por un plan estratégico ejecutable que inspire confianza y garantice la libertad.
No será tarea fácil porque la pésima reputación con la que arrancará Venezuela esta nueva etapa solo podrá ser mitigada con decisiones y acciones concretas, y, fundamentalmente, con la demostración permanente del apoyo masivo popular, que se reflejará a través de los diferentes mecanismos de participación que esta nueva etapa requerirá. Porque no podemos seguir como íbamos, si queremos que haya resultados diferentes; habrá que actualizar y revalidar los mecanismos de representación.
Y sin duda habrá que emprender una lucha frontal contra la corrupción; no tanto para castigar el pasado (porque de eso de encargará la justicia nueva y renovada con fueros especializados), sino implementando estrategias de control fiscal, con penas elevadas y mecanismos de prevención, como la apertura de información sobre la tesorería y compras públicas, y la masificación del uso de tecnología para reducir el contacto humano en los procesos: la corrupción, la gran piedra de tranca, será enfrentada con decisión.
Se priorizará el rescate del sistema eléctrico y las inversiones en infraestructura como carreteras, puentes y ferrocarriles, entendiendo que el PIB de un país está intrínsecamente ligado a su generación eléctrica. Porque nada de lo anterior, ni siquiera el petróleo, podrá efectivizarse si no aplicamos un plan eléctrico adecuado a nuestras circunstancias, que ya no pasa por restablecer lo que teníamos; porque, por un lado, el país cambió, y por el otro gran parte de lo que había fue (creo que deliberadamente) destruido.
Si hay una enseñanza que nos dejó el castro chavismo, fue la importancia de la comunicación estratégica, como un vehículo para la gestión del cambio; ellos lo usaron de una manera oscura para crear una prisión virtual que he llamado “síndrome de Estocolmo sociológico”, y que nosotros utilizaremos como vías de luminosidad y libertad y de información compartida para asegurarnos que el pueblo que llevó a este cambio, no solo está informado, sino que puede retroalimentar información y experiencias, como para asegurarnos que todos estamos y seguimos en la misma página.
Cuando les hablaba de una clara y directa comunicación estratégica, incluye la creación de una "sala situacional" para análisis en tiempo real y la anticipación de problemas, evitando juicios de valor políticos, con un sólido tono de optimismo, enfocado en necesidades y resultados, porque no hay que olvidar que estamos construyendo desde escombros y que debemos escuchar y atender a todos… y que sea visible que si hay que corregir, pues se corrija, y que eso no sea un detrimento, sino un valor que comunique implícitamente que no hay infalibilidad sino esfuerzos bien orientados que pueden ser corregidos y mejorados.
El país se dirige hacia lograr una Venezuela próspera y reintegrada, con la clara visión de convertir a Venezuela en un modelo de prosperidad para las américas. Este "control de daños" con el que necesariamente debemos comenzar, es el inicio de un plan a 30 años, con etapas definidas para, "reinvención" y "estabilización" (partes de mi mencionado libro), que nos llevarán al crecimiento sostenido.
El país se realineará geopolíticamente con Estados Unidos, Europa y sus vecinos, priorizando los intereses económicos sobre las afinidades ideológicas; y eso es algo que ya dejó claro María Corina Machado en foros como CERAWeek y el plan del trillón de dólares, que, ya, y desde el vamos, subraya esta apertura al mundo.
Debemos abandonar la mentalidad de proveedores de materia prima para enfocarnos en la agregación de valor, la diversificación económica y el desarrollo industrial y tecnológico. “Aprovechar el daño" que nos hicieron para, desde los escombros, "elegir" los negocios en los que queremos estar; donde es que están los mercados, qué necesitan, y descubrir en cuáles de esas necesidades podemos ser competitivos y confiables como para participar. Es un trabajo altamente motivante pues nos fuerza a pensar desde cero o más abajo.
Y las empresas que sobrevivieron y que hoy están activas aportando valor a la sociedad, esas serán la semilla de ese futuro venturoso que espera por nosotros para alcanzarlo.
Porque en este caso más que en ningún otro se confirma la frase leit motiv de nuestra firma de consultoría Nueva Tecnología de Negocios-NTN que es que “el pasado nos explica cada vez menos sobre la forma que tendrá el futuro… entonces, hablemos del futuro”.
Recomendaciones
- Para el chavismo (que está de salida): como pueden ver a su alrededor, dentro y fuera de Venezuela, el reloj de su inviabilidad avanza sin tregua. La evidencia es abrumadora: han perdido el apoyo popular, la FANB ya no les responde de la misma manera, y los ingresos petroleros y otras fuentes, sus otrora salvavidas, se han ido evaporado. Ante el costo incalculable de un colapso caótico, la única vía pragmática para ustedes consiste en aceptar la realidad y abrir canales de negociación, reducir inmediatamente la intensidad de la represión y liberar a los presos políticos (a todos); y comenzar a desregular y liberar la actividad económica. El tiempo de las dilaciones se ha agotado: negocien ahora una salida controlada.
- Para el gobierno electo: el pueblo les ha conferido una legitimidad inmensa, un capital político que debe ser gestionado con precisión quirúrgica. Su liderazgo es el pilar de institucionalidad en un país que anhela un futuro distinto. Es imperativo que comiencen a comunicar cómo se garantizará el agua, el transporte público, las medicinas y la seguridad desde el día uno; lanzar una campaña global de atracción de inversiones y retorno de talento. Unificar y blindar la comunicación estratégica, estableciendo una sala situacional para anticipar y neutralizar la desinformación del chavismo, proyectando una imagen de control, seriedad y verdad irrefutable. Refuercen la movilización y la resistencia interna y prepárense para todos los escenarios, porque la victoria se recalcula, pero no se negocia.
- Para la dirigencia empresarial (abiertamente cooptada por el chavismo): que la inviabilidad económica del modelo actual es una realidad del tamaño de una catedral, y su supervivencia y su rol futuro en la nueva Venezuela dependerán de acciones rápidas y decisivas. Es el momento de implementar de inmediato mecanismos de gobernanza corporativa transparente, y desmarcarse públicamente de las prácticas corruptas y políticas; priorizar la protección y documentación de su patrimonio y activos (en un escenario de colapso, lo operativo es secundario, y lo fundamental es la legalidad y la propiedad). Déjense de peleas internas que no conducen a nada, y asuman un verdadero liderazgo social y empresarial, advirtiendo sobre el tsunami que se avecina. Marquen la cancha y tomen distancia de un gobierno de facto que está de salida. No se confundan con aires frescos temporales: el barco de la revolución que los tiene a ustedes a bordo, se hunde.
- E-mail: btripier@ntn-consultores.com
- Instagram: @benjamintripier
- Twitter: @btripier
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