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El chantaje como herramienta política

Artículos de opinión
Tiempo de lectura: 4 min.

ABC de la política 

La reunión de la OTAN, en la Haya, Países Bajos, para acordar el aumento del gasto militar al 5% del PIB, marcó un giro histórico para la alianza atlántica, pero también para el mundo. Fue un mensaje muy fuerte en cuanto a lo que privilegia el liderazgo mundial, que no le importa sacrificar la calidad de vida de la gente por prepararse para la guerra. Con lo cual ceden a la imposición del presidente norteamericano Donald Trump. Lo grave de esto es que de ahora en adelante será el chantaje, la manipulación, la post verdad y el maniqueo, lo que se impondrá. 

Que de 32 países sólo España levantara su voz para decir que su realidad económica y social no le permitía asumir tal compromiso, es realmente muy grave. Porque es un tema de prioridades, de fomentar la guerra dejando de lado los problemas de los ciudadanos, que quedan relegados a un segundo plano. Pero, además, en una actitud servil se pusieron de rodillas para complacer la imposición de Donal Trump. 

Con lo que vemos una peligrosa línea ascendente del autoritarismo en el mundo. Son varios los autores que han observado este fenómeno como Moisés Nain, cuando plantea que, al ser el poder más fácil de obtener, pero más fácil de perder, la mentalidad autoritaria utiliza herramientas, dentro de la democracia, para que no se le escape. Con ello, utilizan las elecciones, las manipulan, limitan la libertad de expresión, eliminan a sus adversarios políticos y utilizan la ley a su conveniencia. También, Levitsky y Ziblatt, lanzan una alerta cuando dicen que las democracias mueren en las urnas. Además, Gide Rachman, hace énfasis en el culto a la personalidad, al populismo, al miedo y al nacionalismo.

De ahora en adelante la forma de relacionamiento de los países será en base al chantaje y la amenaza. Funcionó la estrategia de Trump porque los intereses de los demás está a su mismo nivel que es sacar dinero de las necesidades de los pueblos para gastar en armas y arsenal bélico. Porque ¿quién se beneficia? las grandes empresas fabricantes y exportadoras de armas son los norteamericanos, que hasta ahora no han tenido escrúpulos para venderle armas a los guerrilleros en África, ni a los grupos fundamentalistas. Es decir, los causantes del problema son los beneficiarios ¡qué tal!

Por ello, lo que quiero recatar de las guerras que están en puertas es el carácter autoritario, utilitarista e irresponsable del liderazgo que las promueve, que, en el fondo, a mí juicio, es lo que aviva la llama de la guerra. Entonces, ahora tenemos a Estados Unidos en su afán hegemónica mientras que Rusia, China, Turquía… abogan por un mundo multipolar. Dos bloques encontrados fijan posición en medio del populismo, el personalismo, la corrupción grosera y despiada, pero ninguno de los dos le dice nada a ese hombre o a esa mujer que está esperando solución para sus problemas, por más oportunidad de estudio o de superación personal. Por no hablar de los desplazados, de esos millones de almas que han perdido sus familias, sus viviendas, sus vidas… gracias a una guerra. 

Este panorama agudiza la insatisfacción de la gente con la “supuesta” democracia en que vivimos, que no es más que una trampa engaña bobos. Decimos que es democracia, pero realmente no lo es, porque el accionar político no es para satisfacer a los ciudadanos. En el fondo los intereses mezquinos de los poderosos se imponen con el apoyo del liderazgo mundial. Entonces, sí, tanto la democracia como el orden mundial han perdido eficacia e interés en el sentimiento de la gente. 

Al oír el violento discurso de Estados Unidos porque la OEA no ha podido hacer nada con Venezuela, que según la narrativa es un peligro para el mundo. Reflexionamos ¿no es un peligro Netanyahu que asesina a diario en Gaza a palestinos muertos de hambre? ¿no es un peligro Rusia que ha tomado el 20% del territorio ucraniano por la fuerza? ni Trump que a diario atropella a los inmigrantes latinos sin el debido proceso y sin respeto a los derechos humanos. 

En medio de esta descomposición es el personalismo lo que se impone Donald Trump, Erdogan, Putin, Xi Jinping, Urban, Modi… No sólo se trata de visiones guerreristas por territorio o religión, sino también de una forma de gobernar autoritaria que sólo se sirve de la democracia para llegar al poder. 

En efecto, sí, hay posiciones cargadas de contenido valorativo. Por ejemplo, el movimiento MAGA (Make America Great Again), por la grandeza norteamericana supuestamente perdida, con los pilares de políticas proteccionistas, restricción de la inmigración, valores conservadores, cargado de populismo; la ultraderecha que busca espacio en el nacionalismo o la izquierda que se dice democrática por igualdad; pero es sólo narrativa que no se acompaña con ejecutorias. 

Entonces, como decía Francis Fukuyama, aparecieron las contradicciones, no es el fin de la historia, rememorando a Kojéve.  En una dimensión muy peligrosa de la política global que está surgiendo en medio del chantaje y la imposición.  

Por lo tanto, la crisis mundial es estructural y compleja, ya que los temas que interesan a la gente no son tomados en cuenta, no están en la agenda pública para ser atendidos, como la pobreza que desequilibra cualquier balanza. Como lo dice Amy Chua, cuando hace la relación entre el fenómeno de las minorías dominantes del mercado que contrastan con las grandes mayorías empobrecidas, lo cual genera odio y violencia. 

Pensamos que la estructura del poder político del Estado contemporáneo abrió paso a un sentimiento de orfandad institucional, que no puede pasar desapercibido, como si nada. En efecto, ese manto protector de millones almas se desdibujó en el liderazgo personalista y autoritario de turno.