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Sofía Nederr

Rocío San Miguel: «La FAN parece condenada a seguir como pilar de la revolución”

Sofía Nederr

La Fuerza Armada está entrando en un punto de inflexión histórica por razones económicas, políticas, sociales y militares, enfatiza Rocío San Miguel, presidente de Control Ciudadano. En entrevista para TalCual, la abogada expresa que la merma del ingreso ha significado una orfandad para el país y ha tenido una repercusión brutal en la FAN

El seguimiento a las nuevas estructuras de la Fuerza Armada Nacional (FAN), en los últimos 24 meses, evidencia el objetivo del gobierno de Nicolás Maduro de reforzar el orden interno. Esto es parte de los hallazgos de uno de los recientes estudios de Control Ciudadano, Organización No Gubernamental (ONG) con experticia sobre la seguridad y defensa del país.

Sin embargo, en entrevista para TalCual, la abogada Rocío San Miguel, presidente de Control Ciudadano, indica que la creación y activación de unidades militares es menor, y «hay una brecha brutal» con lo registrado hace tres años. Atribuye esta situación a muchas razones, entre ellas el impacto de la crisis petrolera sobre la organización castrense.

Puntualiza que el mayor número de unidades creadas, desde 2019, es en la Guardia Nacional, componente que tiene 10 nuevos destacamentos: «Eso obedece a muchas razones. No solo porque también es lo más barato de instalar, también no requiere mayor inversión en logística, ni en la adquisición de sistemas de armas».

San Miguel advierte que la veintena de empresas militares que el gobierno de Nicolás Maduro creó, a partir de 2013, «están en el suelo». En ese contexto resalta que no son suficientes las corporaciones que le han sido entregadas a los militares para sustentarlas, además de ser incapaces de cubrir las demandas estructurales de la FAN.

– ¿Cómo se encuentra la estructura actual de la Fuerza Armada Nacional?

– La Fuerza Armada está entrando en un punto de inflexión histórica por razones económicas, políticas, sociales y militares. Ese tránsito entre el año 2020 y el 2021 pone un acento definitivo en este cuadro de inflexión histórica. La merma del ingreso petrolero ha significado una orfandad para el país en general y para la revolución bolivariana en términos de la maquinaria de inyectar dinero y de la burocracia del Estado, pero esto ha tenido una repercusión brutal en la FAN. En otros ministerios no te das cuenta por la baja presencia que tienen para el país, pero en el sector Fuerza Armada Nacional es clave.

Basta ver el análisis de la activación y creación de unidades hace tres años y como es el funcionamiento actual, basta ver la presencia de militares en otros ministerios donde había recursos económicos y posibilidades de participar en el desarrollo nacional como se ha mermado, ha pasado de 46 a un 25% de participación militar en ministerios desde 2020.

– El gobierno de Maduro, en reiteradas ocasiones, ha dicho que las empresas de la FAN han sido creadas para su mantenimiento

-No bastan las corporaciones que le han sido entregadas a los militares para sustentarlas. La principal de ellas, Camimpeg (Compañía Anónima Militar de Industrias Mineras, Petrolíferas y de Gas), está alimentando los intereses del madurismo en el poder, pero no a la FAN como institución. La Zona Económica Militar Especial de Desarrollo Forestal, activada en diciembre de 2020, para satisfacer las necesidades logísticas de la Fuerza Armada no es ninguna garantía de que vaya a resolver los enormes problemas estructurales que ya tenía la institución. Y en general todo.

Otras empresas que se están reinventando en estos últimos meses no llegan para satisfacer las profundas demandas de la FAN. Se trata de demandas estructurales que vienen arrastradas desde la época de la bonanza, cuando se tuvieron que hacer grandes inversiones en materia de seguridad social, en materia de bienestar de toda la plantilla y de personal y de las instalaciones. Pero no se hicieron y eso se está notando en estos momentos, amén de todo la propia inversión en logística, en entrenamiento de la Fuerza Armada.

-Muchos militares salieron de la industria petrolera para el sector minero

– Hay militares que están el consejo directivo, forman parte de la plana mayor. Pero el dinero no está siendo orientado para las necesidades de la FAN sino para los intereses del madurismo en el poder. Y esto termina por ser evidente ante la merma de la operatividad y de la capacidad de la FAN, pero también a los problemas estructurales.

– ¿La merma en la FAN incluye la compra de armas?

-Sobre la compra de armas, hay varias etapas: Las grandes compras desde 2005 al 2012, luego la llegada de Maduro al poder hasta 2017 donde se adquirió pertrecho militar para control del orden público en China y se terminaron de completar algunos contratos que estaban pendientes con Rusia, el centro de mantenimiento de helicópteros, por ejemplo, y algunos otros contratos que se cerraron, completaron con Navantia. Yo diría que, desde 2017, en adelante es nula la adquisición de sistemas de armas para Venezuela.

-Mientras el discurso presidencial y del Alto Mando parecieran vender la idea de que hay más armamento

– Tuvimos dos años con la existencia de ejercicios militares, especialmente esos años que tienen que ver con el 2018, con el 2019 y comienzos de 2020, cuando los ejercicios militares estaban a la orden del día. A partir del covid-19, pero también por la falta de presupuesto, ya no se realizan prácticamente, son mínimos los ejercicios militares. La Fuerza Armada ha dejado de ser respetada por sus adversarios geopolíticos, es decir, cuando en 2020 permites que se hunda un buque de vigilancia litoral por un buque de pasajero, eso equivale a una derrota militar. No solo en términos de un sistema costosísimo para el país, sino también una derrota psicológica.

Y yo añadiría: La consolidación de la guerrilla en Venezuela también significa ese punto de inflexión histórica para la FAN. Es decir, en los últimos 40 años, ha existido la guerrilla en el país, la guerrilla histórica, la que traspasó cuando se firmaron los acuerdos de paz, pero hay un momento clave que es la ruptura de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y cuando la disidencia de las FARC se separa del acuerdo político y claramente echa raíces en Venezuela.

Ya Guyana no respeta a Venezuela, la Fuerza Armada de Colombia ha perdido el respeto por las de Venezuela, Brasil también que han sido las hipótesis tradicionales de conflicto para cualquier escuela de guerra de los cuatros componentes ha perdido el respeto a la FAN.

– ¿Eso significa que hay un proceso de creciente desmoralización a lo interno de la institución castrense?

Entrar en tema del decaimiento es como superficial. Es mucho más profundo hablar de una inflexión histórica que tiene una connotación militar, una económica y política y social. En lo político ha quedado claro para los efectivos de la Fuerza Armada Nacional que todavía siguen en la institución que, sin alternativa real del poder o la posibilidad de alternabilidad política, la FAN parece condenada a seguir como pilar de la revolución, y eso tiene efectos internos muy poderosos.

Hay un proceso de selección natural que termina por echar todos los rasgos institucionales que estén dentro, vamos a ver cada vez más perversiones de las que ya habíamos visto de una Fuerza Armada politizada, partidista, la vigencia de una Ley Constitucional de la FAN que rompe todo sustento precisamente constitucional. Es decir, eso es un carácter político muy poderoso.

-También estaría allí el fortalecimiento que el gobierno le ha querido dar a la milicia

-Todo eso en conjunto. La milicia no termina de arrancar por falta de recursos y yo creo, incluso, que por resistencias internas que han existido en la FAN. Pero la milicia esta cumpliendo una labor de burocracia del Estado muy importante este último año. La milicia cumple las funciones del Ministerio de infraestructura, pero también presta seguridad en las empresas básicas, pero hace cosas peligrosas, eso de repartir alimentos y de ser el soporte armado de las visitas que hace el Seniat es muy perverso, se ha convertido en un brazo armado de la administración pública, con muy cuestionadas características de profesionalismo.

– ¿Cómo ha impactado a la FAN el informe de la Misión de Determinación de Hechos de la ONU?

-Si bien las organizaciones sabíamos de las violaciones a los derechos humanos, que lo diga las Naciones Unidas tiene un impacto demoledor y esto ha divorciado a la Fuerza Armada Nacional de la sociedad, hasta tanto no sea posible establecer mecanismos de justicia o de reparación, no va a superada esa zanja tan profunda que ha quedado allí como herida abierta para el país.

-El Estado pareciera no acusar recibo de las denuncias que se hacen sobre torturas en instalaciones militares

– Lo más grave es que el Estado no ha investigado. El fiscal Tarek William Saab ha presentado un informe a la Fiscalía de la Corte Penal Internacional que no conoce el país, él tiene obligación de informarle al país, pero que es un informe que no se compadece con la realidad. No ha existido ni un solo mando militar investigado por las violaciones a los derechos humanos. Hasta que esto no ocurra no será creíble ninguna investigación real e imparcial en Venezuela.

De los mandos militares están las investigaciones que hace la Corte Penal Internacional (CPI) del control de las protestas de 2017, ninguno de los mandos militares donde ocurrieron asesinatos contra civiles ha sido investigado. Por el contrario, en su mayoría han sido ascendidos en la estructura militar. Luego están los casos de las torturas en las dos instituciones de inteligencia, el Servicio Bolivariano de Inteligencia Militar (Sebin) y la Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim), dirigidas por militares, donde tampoco ha habido investigación contra los mandos militares en el momento en que ocurrieron estos hechos.

El Estado no quiere o no puede juzgar y cuando el Estado no puede o no quiere investigar o juzgar, ¿Qué sucede, de acuerdo con el Estatuto de Roma? Entra la Corte Penal Internacional a abrir casos contra las personas que cometieron delitos de lesa humanidad.

Pero esos procesos en la CPI son más largos

– Yo creo que sí, pero no podemos depositar la justicia en su totalidad a la Corte Penal Internacional. Creo que eso es un error. Aspirar al que país tenga justicia o reparación de las víctimas es una esperanza deformada por varias razones. Porque primero es una justicia muy lenta, quien se encarga de los casos más graves y de los más responsables, deja sin mirar las llamadas responsabilidades intermedias o casos que no configuran delitos de lesa humanidad, pero son graves.

En Venezuela, hay que construir un plan, una propuesta y establecer un diálogo de negociaciones creíbles, allí aparece la justicia transicional que tiene que construirse. Todos estos elementos tienen que trabajarse y trabajarse seriamente, sino irremediablemente la sociedad en ciclos histórico aparece irrepetiblemente frustrada que es lo que ha venido ocurriendo en Venezuela históricamente en los últimos 60 años.

– ¿Hasta cuándo puede extenderse el atornillamiento de Padrino López ?

-Hay un relevo importante en la Fuerza Armada Nacional por la salida de la promoción del 87. Las promociones del 88 y la del 89 muy pronto van a coronar la cúspide. Es cuestión de tiempo para que Padrino salga, probablemente, el principal problema ya no es buscar un sustituto, que los hay. El problema del relevo de de Padrino viene el tema de donde ponerlo .

– ¿Cuál es el alcance del registro que hizo Control Ciudadano sobre las brigadas del Ejército?

-Hicimos una infografía con la estructura de las brigadas del Ejército. Esto es importante para transparentar los grandes comandos de Venezuela, es una labor para reconocer el alcance y funcionamiento de la FAN, establecer cuáles son y quiénes las dirigen. En los últimos años está ocurriendo la invisibilización de las autoridades diferentes a los jefes de las Regiones Estratégicas de Defensa Integral (REDI) y del Estado Mayor superior de la FAN. Cuando nos conoces los jefes de las unidades no hay reconocimiento ni responsabilidad de esas unidades, se ha ido desdibujando esto en el quehacer del país, pero además ex profeso.

En algunos casos, hemos visto comandantes que buscan invisibilizarse en sus cargos y también hemos visto los contrario. El comandante de la GN, Fabio Zavarse Pabón, hace un par de años estaba estruendoso en declaraciones y de corte político partidista, hoy en día está comedido. Ese cambio de comportamiento es real, ya los comandantes no se expresan con el mismo fervor político, no hay que olvidarse que hay la vigilancia internacional sobre Venezuela, hay una Misión de Determinación de los hechos sobre Venezuela, hay una Oficina de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos en Venezuela instalada, hay 52 militares sancionados militarmente, todo eso tiene su efecto en el comportamiento militar.

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Tormenta en la oposición impone reacomodo, evaluar rendijas electorales y fuerza social

Sofía Nederr

La tormenta opositora impone un reacomodo. El politólogo Oscar Vallés indica que la oposición debe hacer todo lo que está a su alcance para debilitar al régimen político, lo que incluye participar en las elecciones de 2021; mientras que Ángel Álvarez cree que a la oposición solo le queda la construcción de una fuerza social para el futuro

Tras la tormenta que ha sufrido en 2020, el nuevo año inicia con varios escollos para la oposición mayoritaria cuyo bastión de lucha ha sido la Asamblea Nacional (AN).

Aunque el sector del Parlamento que dirige Juan Guaidó instaló un periodo adicional 2021-2022, su sostenibilidad está en veremos; en parte porque varios de los diputados electos en 2015 se apartaron de esta línea y los acuerdos entre todos los grupos opositores parecieran, por ahora, esquivos.

Sobre los desafíos de este nueva y dura etapa luego del Poder Legislativo bajo control del oficialismo, el director de la encuestadora Delphos, Félix Seijas Rodríguez, ve como un imperativo el reacomodo que se desprende de los nuevos escenarios opositores, lo que pasa por ponderar el escenario interno y la posición de la comunidad internacional. Destaca que la reconfiguración pasa por estudiar todos los escenarios por cuanto se cerró un ciclo importante y habrá que ver cómo transcurre el nuevo.

“La oposición tiene un problema importante y es que cualquier liderazgo que los vaya a unir tiene que tener algún tipo de legitimidad, y ese mecanismo de legitimación es complicado. En el caso de Guaidó era el presidente de la AN. En este momento, eso queda un poco vacío, sigue siendo el Presidente interino según la mecánica que ha venido ocurriendo, instalan el Parlamento de nuevo y sigue siendo Presidente. ¿Pero, qué fuerza real va a tener eso? Eso es complicadísimo y operativamente la tienen difícil y hay que ver cómo se empieza a reconfigurar todo, ojalá sea rápido”, plantea Félix Seijas Rodríguez.

De allí que el director de Delphos recuerda que tanto la AN como las elecciones primarias, en su momento, impulsaron esos liderazgos; pero insiste en que la gente le es fiel a ideas, a deseos, no a personas. Pone como ejemplo que eso fue clave en el respaldo a Guaidó, un dirigente desconocido en su momento y apuntalado por la plataforma del Legislativo, y a quien ve bastante debilitado.

“Incluso, la comunidad internacional tiene un problema si quisiera respaldar a un líder diferente a Guaidó, cómo podría hacerlo y a cuenta de qué”, añade.

Tormenta unitaria

Oscar Vallés, politólogo y profesor de la Universidad Metropolitana, coincide con el director de Delphos en que los desafíos opositores para 2021 pasan por la reordenación de fuerzas. Añade que el liderazgo nacional urge de una profunda, abierta y clara renovación.

Explica que a la oposición no se le puede mirar de forma unitaria por cuanto no lo es. “El problema es que mientras sigamos pensando que la oposición es un actor unitario estamos mal, eso no existe en Venezuela. En la revolución hay dificultades y tendencias, pero actúan unitariamente frente al país y frente a sus adversarios políticos” indica Vallés.

Expresa que Guaidó y quienes le acompañan no tienen la misma posibilidad de actuar estratégicamente sin el respaldo de otros actores importantes que, a lo mejor, no tienen la misma membresía de partidos políticos a su alrededor. Pero, a su juicio, cuentan con la vocería y la suficiente capacidad para desarticular cualquier estrategia.

“Hay que entender que mientras se siga pensando que personas ubicadas en Madrid, en Bogotá o en Miami tienen el mismo peso sobre lo que hay que hacer en Venezuela, frente a personas que están luchando literalmente por sus vidas, libertades y bienes, la revolución seguirá avasallando”, subraya el politólogo de la Universidad Metropolitana.

Para Vallés, aunque el llamado que hizo Juan Guaidó el 5 de enero a varios dirigentes nacionales desde una Asamblea Nacional «aérea, paralela o ficticia” es válido, los habitantes de las ciudades y pueblos del país no pueden esperar que se pongan de acuerdo para una visión nacional. De allí se desprende su consideración de descentralizar la lucha política opositora: “Cada ciudad, cada caserío, cada pueblo debe decidir su propia estrategia de lucha”.

Por su parte, Félix Seijas Rodríguez cree que el llamado de Guaidó a otros dirigentes, conlleva a uno de los pasos que debe ocurrir dentro de la oposición, las críticas de cada uno tienen que ser escuchadas, y, de manera neurálgica, debe acordarse cómo se definirá el liderazgo y cuál es la línea a seguir.

Guaidó llamó a Henrique Capriles Radonski, María Corina Machado, Henry Ramos Allup, Leopoldo López, Julio Borges y otros dirigentes de la oposición, a lo que calificó como “el momento del último llamado de la patria”. Dijo que la exhortación es para reconstruir una vía definitiva y conseguir la restitución de la democracia.

Félix Seijas señala que, dentro de la oposición, hay tres grandes líneas: una línea es la de ruptura por choque, la transición por impacto, por abdicación, sacando a las primeras cabezas de juego, del gobierno, es lo que ha venido empujándose con más fuerza en los últimos dos años.

«La otra línea es la de los partidos pequeños, en la que algunos tienen otras intenciones, que dicen participamos e intentamos meternos allí y desde adentro intentamos hacer algo, pero esto ha fracasado», agrega.

La tercera línea plantea que el cambio debe hacerse a través de la reinstitucionalización del país, ir rescatando espacios y derechos, se requiere ir fortaleciendo la posición para ir alcanzando acuerdos y echar mano de, incluso, la sociedad civil, expresa. Destaca que la oposición debe decidirse por una de las tres líneas y este es otro de los desafíos de 2021.

Elecciones y resistencia

El politólogo Oscar Vallés señala que las rendijas electorales no deben ser desaprovechadas por la oposición, especialmente, en un año de elecciones regionales y municipales. Enfatiza que hay malos entendidos como el que asocia la participación en comicios con la colaboración con la revolución.

Para el analista, esa visión representa una pésima comprensión de lo que ocurre. Indica que debe distinguirse entre lo que es la oposición a un gobierno y la resistencia a un régimen político. Añade que no se hace oposición a un régimen, pero sí a un gobierno que se presume que entre el gobierno y la oposición hay un conjunto de reglas, organismos e instituciones, con lo cual la oposición puede acudir a esas instancias y solicitar que el gobierno corrija políticas.

«En Venezuela estamos en la resistencia a un régimen político, por eso la oposición debe hacer todo lo que está a su alcance para debilitar al régimen político. En ese escenario, las elecciones lo que hacen no es competir en popularidad con el gobierno, pero un liderazgo de resistencia buscar debilitar el poderío del régimen político y reducir los espacios donde el régimen tiene predominio. Un movimiento y liderazgo de resistencia participa en cuanto proceso electoral existe en el país, como lo lo hizo Lech Walesa en Polonia y como lo han hechos varios movimientos de resistencia», puntualiza Vallés.

El politólogo cree que cualquier debate y escenario es una oportunidad. Asevera que esto pasa por escenarios en los que la revolución no espera que participe la oposición.

Sobre la vía electoral, Seijas señala que las regionales son un obstáculo en el camino; pero añade que ojalá termine siendo un catalizador.

«Hay muchos liderazgos regionales que se van a ver tentados por las elecciones y con toda razón. El mismo 6D los pone frente a una oportunidad por el mismo hecho de que el gobierno no haya podido inventar cifras o abultarlas de manera exacta. Eso hace ver que si se organizan bien, tienen chance. No creo que esos espacios vayan a quedar vacíos, habrá movimientos y eso aumentará la tensión dentro de la oposición», enfatiza.

Asimismo, el director de Delphos advierte que aunque los liderazgos regionales son importantes, ese esfuerzo requiere ser apuntalado por la existencia de un liderazgo que impulse el llamado a votar para ir creando condiciones para una transición política. Esto debe estar acompañado de una narrativa clara, seria, y coherente.

Tras la fuerza social

Sin embargo, el politólogo Ángel Álvarez no visualiza a las elecciones como una opción para la oposición venezolana.

«Las elecciones regionales serán exactamente iguales que las de AN. Tal vez con participación de algunos pocos opositores más, pero igualmente los que logren ganar algún cargo no podrán gobernar sin el consentimiento de la Presidencia», expresa el politólogo Ángel Álvarez.

Para Álvarez, a la oposición solo le queda «construir una fuerza social (movimiento social o partido) enraizado en la sociedad y surgido de las necesidades y reivindicaciones de los necesitados. Eso en sí mismo no construye una garantía de cambio, pero sería una herramienta indispensable para la democratización cuando y si, algún día, hay una crisis dentro del madurismo que permita la liberalización o la transición democrática», concluye.

8 de enero 2021

TalCual

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