

Si la educación y el trabajo son los procesos fundamentales para alcanzar los fines del Estado (Art.3), resulta indispensable encontrar las razones que expliquen la destrucción de ambos procesos y particularmente en lo relacionado con la universidad venezolana.
Para quienes actualmente detentan el poder, la educación es un aparato ideológico del Estado que se encuentra al servicio de la clase dominante. Es por ello que, desde el inicio del actual proceso político la toma del sistema educativo constituyó un objetivo fundamental para que, una vez alcanzado, poner la educación al servicio del “socialismo del siglo XXI”.
Así, en octubre del año 2000 se dicta el Decreto Presidencial 1011 que autorizaba la figura de supervisores itinerantes con la finalidad de controlar las actividades de las instituciones educativas, modificaba el Reglamento del ejercicio de la función docente y promovía la presencia de “educadores” cubanos en el proceso de alfabetización en Venezuela.
Dicho decreto fue enfrentado con grandes movilizaciones bajo el lema “Con mis hijos no te metas”, e introducida una solicitud de nulidad ante el Tribunal Supremo de Justicia, que nunca prosperó.
El 28 de marzo de 2001 la arremetida era dirigida contra la universidad venezolana a través de la toma de la Sala de Sesiones del Consejo Universitario de la Universidad Central de Venezuela. Acción que contó con la complicidad del Vicerrector Administrativo, Manuel Mariña, y la Vicepresidenta de la República, Adina Bastidas, entre muchos otros. Tal intento fue derrotado gracias a la valiente actitud del Rector de la Universidad, del equipo humano que lo acompañaba, la posición de la dirigencia estudiantil, el profesorado y la movilización de la comunidad universitaria.
Todos los intentos de diálogo fueron infructuosos, incluyendo el saboteo al Parlamento Universitario, realizado en el Aula Magna por parte de los tomistas. Solo la actuación enérgica y decidida de la comunidad puso fin a una acción dirigida a tomar a la universidad por asalto.
Derrotados en la toma y convencidos de su imposibilidad de acceder al poder universitario por la vía del voto, se dio inicio a una nueva estrategia sistemáticamente denunciada por la Asociación de profesores de la UCV desde el año 2009 e integrada por cuatro componentes: el cerco presupuestario, el desconocimiento de la contratación colectiva (Normas de Homologación), el uso de la violencia como arma política y la judicialización de la vida universitaria.
Tal estrategia fue denunciada y enfrentada por la APUCV a través de la producción del video “En defensa de la universidad democrática y plural”, editada en castellano e inglés. Y también se realizó una gran marcha universitaria bajo el lema “La Academia se moviliza en defensa de sus derechos”.
De aquella fecha hasta nuestros días hemos insistido en la necesidad de desarrollar, infructuosamente, una estrategia de autodefensa. Esta carencia institucional ha favorecido las acciones del Estado dirigidas a la toma de la universidad utilizando una diversidad de medios.
La violencia hace su aparición, esporádicamente y en diversos momentos. El uso de la maqueta ha sustituido la formulación presupuestaria, haciendo inútil cualquier planificación institucional. El presupuesto asignado adolece de criterio académico, pero evidencia la finalidad política. La tabla salarial de todo el personal, impuesta por el Estado es avalada por sectores sindicales y gremiales proclives al gobierno. Hoy todos los universitarios están sometidos a una relación laboral que desconoce los derechos y nos coloca en condiciones de miseria.
La renovación de las autoridades es impedida violentando la autonomía y pretendiendo imponernos un sistema electoral contrario a la Constitución. Frente a ello la APUCV se pronunció de manera inmediata y convocó a referéndum. A la fecha de hoy seguimos eludiendo la realidad sin enfrentar al régimen.
Los beneficios al estudiantado desaparecieron paulatinamente y la Organización de Bienestar Estudiantil se encuentra imposibilitada de cumplir con su misión adecuadamente.
Las instancias prestadoras de salud de los empleados desaparecieron y el Instituto de Previsión del Profesorado de la UCV vio mermado sus ingresos ordinarios provenientes de la UCV sobreviviendo, a duras penas, por la inversiones realizadas durante la actual gestión gremial.
Aunque parezca incomprensible por ser la educación y el trabajo los instrumentos esenciales para el desarrollo social, estamos en presencia de la destrucción premeditada de la universidad libre y plural y por ende del personal que labora en ella. La fuga del recurso humano avanza lentamente impulsado por lo mísero de los ingresos y el deterioro en las condiciones laborales.
Estamos al borde, si no reaccionamos con contundencia y valentía de ver la desaparición de una institución que está por cumplir 300 años de existencia. Ya su planta física se encuentra profundamente deteriorada a pesar de ser Patrimonio de la Humanidad. La caída de un pasillo techado es una triste evidencia. La destrucción de la universidad autónoma, libre y plural es el objetivo, constituyendo un crimen de lesa humanidad.
Todas las universidades autónomas han sido sometidas al saqueo y a la destrucción. Tal hecho no ocurre en los centros de formación ideológica denominadas por ellos universidades”.
La última acción de pretender imponer la plataforma Patria para pagar los míseros ingresos al personal universitario es parte de una nueva avanzada, aprovechando la situación de la pandemia. Es una nueva manera de control social, es violar la autonomía universitaria y por ende la Constitución. Es una manera de desmoralizar a quienes laboramos en la institución.
La tendencia institucional a la adaptación y a evitar la confrontación abierta no ha rendido el fruto deseado. Nuestra respuesta institucional se ha circunscrito al uso de acciones legales y comunicaciones que nada resuelven, aunque sean necesarias llevarlas a cabo.
Es hora de que:
Las instituciones asuman un rol más activo y protagónico, retando al régimen. Convencido de esa necesidad propongo a todos los ucevistas de corazón, egresados, estudiantes, profesores y empleados a hacer acto masivo de presencia en la universidad como demostración de rebeldía y resistencia pacífica, acatando los protocolos de bioseguridad.
La universidad se llene de gente.
Las Autoridades y el personal de gestión que la acompaña se concentren en la Plaza cubierta del Rectorado.
Los Decanos hagan lo mismo en la entrada de sus Facultades y los Directores de cada Escuela e Instituto, se concentren con sus alumnos y profesores en los espacios aledaños a la misma.
La sociedad civil nos acompañe en la defensa de la universidad venezolana.
Pongámonos de acuerdo con una fecha perentoria y asistamos todos con alguna prenda azul y enarbolemos la consigna:
LA UNIVERSIDAD Y LA CONSTITUCIÓN SE RESPETAN
NO MAS SUELDOS DE HAMBRE NI PRESUPUESTOS INSUFICIENTES.
LOS UNIVERSITARIOS NOS DECLARAMOS EN REBELDÍAD
Presidente de la APUCV