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Héroes e indiferentes

Opinión
Artículos de opinión
Tiempo de lectura: 3 min.

Algunos iniciaron su resistencia pacífica, con huelgas contra la confiscación de bienes, contra el adoctrinamiento, reclamando libertad de expresión, rechazando leyes arbitrarias. Otros más atrevidos, jóvenes armados con una piedra y un escudo de cartón se enfrentaron a vehículos blindados y agentes armados, así como a paramilitares llamados colectivos. Qué triste se oyen las balas en escudos de cartón…, unos y otros perdieron la vida en la lucha por la libertad y la democracia.

Ayer, 23 de febrero de 2019, tuvimos una nueva camada de héroes. Centenares de personas, quizás miles, no lo sé, salieron de sus casas, se dirigieron a las fronteras, a San Antonio y Ureña en la frontera con Colombia, a Santa Elena de Uairén, frontera con Brasil. No llevaban armas, ni siquiera escudos, solo la firme determinación de transportar la ayuda humanitaria que hace tanta falta en nuestro país.

Cada una de esas personas tiene una madre, un padre, una pareja, un hijo, un hermano, que le dijo: “No vayas, es peligroso”; y cada una de esas personas venció el miedo, calmó a su familia y se fue hasta la frontera a ayudar, a buscar comida para el hambriento, a buscar medicina para el enfermo; a buscar alivio a los niños del Hospital de Niños, quimioterapia, kits de diálisis, leche para bebés, complementos para embarazadas, suero. Y salieron a cumplir su misión, sabiendo que iban a enfrentarse a las fuerzas de seguridad y los paramilitares del chavismo. Y ¿qué ocurrió? Lo esperado y lo inesperado.

Lo esperado fue la intervención de la Guardia Nacional y de la Policía Nacional bloqueando vías, y reprimiendo a los voluntarios por la ayuda humanitaria, también esperado los paramilitares chavistas. Cifras no oficiales estiman 15 personas fallecidas, 285 heridos y cerca de 51 detenidos. Particular ensañamiento contra las comunidades pemones. Lo inesperado: cerca de 100 funcionarios, militares y policías, bajaron sus armas, se negaron a reprimir y se pusieron a la orden del presidente de la Asamblea Nacional, en función de presidente interino, algo que indica el malestar dentro de los cuerpos de seguridad.

Lo más inesperado, aterrador y desgarrador, fue la destrucción de camiones con ayuda humanitaria que entraban a Venezuela. Algunos consideran esto como un triunfo, porque lograron evitar la llegada de la ayuda humanitaria. Yo lo considero una catástrofe y un crimen moral. Si hubiesen obligado los camiones a retroceder me hubiera dolido pero lo hubiera entendido; si se hubieran apoderado de la carga me hubiera dolido, pero no me hubiera sorprendido, llevan 20 años apoderándose de lo que otros producen; pero que lo hayan destruido, quemado, que no haya para nadie, que el bebé se quede sin leche, que el enfermo sin medicina, que el pobre sin alimento por el simple encono de no reconocer la crisis es ya algo que sobrepasa los límites del cinismo y de la barbarie, indica el desprecio hacia seres humanos que sufren para lograr un objetivo político. Todo esto mientras Nicolás Maduro baila salsa para demostrar su total indiferencia.

Como ciudadano y como humano me siento conmocionado, por el drama, por las muertes, por la destrucción insensata y criminal y por el cinismo; me pregunto porque demás no están conmocionados. Ayer hubo represión, hubo muerte, hubo paramilitares armados, hubo destrucción de valiosas y muy necesitadas medicinas y alimentos. Esto es dramático. ¿No se dan cuenta que esos voluntarios arriesgan su libertad y su vida para que los indiferentes puedan seguir con sus vidas, con salud, con sus negocios? Dos reflexiones:

¿Hasta donde va a llegar la gente que apoya este gobierno socialista? Solo por la seducción de un aventurero irresponsable, en cuya mente se mezclaban de manera confusa autoritarismo militarista con bandolerismo siglo XIX; marxismo de lecturas superficiales con admiración por un autócrata caribeño; mitología heroica con fascismo de Benito Mussolini rematado con una ambición de poder desmedida; ¿Hasta cuándo, hasta donde van a seguir esta ideología socialista criminal? ¿Qué hace falta para que vean que por esa vía no hay otro futuro que el hambre, la miseria y la represión?

La otra reflexión es que en algún momento del futuro tendremos que levantar un monolito, un obelisco, un monumento, donde estén escritos los nombres de estos héroes modernos que dieron su vida por nuestro bien. Yo he escrito, he participado en organización de procesos electorales, he marchado, pero nada comparado con ellos, ellos están en otro nivel. Mi respeto y mi admiración.

24 de febrero de 2018

Visión y Análisis

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