

Tal como anuncié el domingo pasado presento hoy mi análisis sobre la “Fortaleza y debilidad de la oposición”. Una serie de decisiones a lo interno del sector han generado terribles y negativos resultados que hacen pensar a mucha gente que ahora atraviesa su peor momento. La improvisación, el retoricismo de expertos opositores, la indecisión en momentos cruciales y las contradicciones permanentes entre la dirigencia y los partidos que la integran produjeron líneas de acción estratégicas sin basamento en la realidad electoral de la nación. La falta de unidad monolítica afectó la claridad de las medidas tomadas instaurando un mar de confusiones y argumentos contrapuestos. La competencia interna por capitalizar a la masa opositora antichavista creó una corriente de lucha subalterna que hizo perder las perspectivas en el combate central que no era otro que la disputa contra el proyecto del socialismo del siglo XXI.
No todo está perdido
No obstante, la debacle opositora que entregó sin esfuerzo las alcaldías al gobierno, el sector registra perspectivas y potencialidades que pudieran ser aprovechadas para levantar el entusiasmo de los electores y construir una alternativa de grandes posibilidades de triunfo en las venideras elecciones. No todo está perdido y ahora es cuando el mapa político presenta espacios de acción exitosa para la oposición. Entre las principales fortalezas la oposición cuenta con la mayoría de los miembros del Registro Electoral de acuerdo a investigaciones sociales, en los últimos tiempos. En síntesis, el antichavismo es mayoría. Pero para capitalizar ese caudal se requiere una estructura organizacional eficaz. Otro factor importante es el hecho que la gestión del gobierno es deficiente, reconocido por tirios y troyanos, donde campea el burocratismo, la corrupción y la malversación de recursos financieros. La terrible e inaguantable problemática económica (hiperinflación, escasez de alimentos y medicinas), la falta de efectivo y los ingresos bajos implantan una protesta general contra el gobierno. Las medidas y sanciones contra el gobierno de EEUU, Canadá y Europa, ha mermado la capacidad de negociación internacional y cerrado importantes facilidades para las importaciones, lo que prefigura una situación muy difícil para los primeros meses del próximo año.
Archipiélago de vanidades
Sin embargo, muchas y complejas son las debilidades que registra la oposición al gobierno de Maduro. Forman un archipiélago de vanidades, ambiciones e intereses grupales que les impide helicopterizar los problemas y analizarlos objetiva e integralmente. Carecen de una estrategia y programa a largo, mediano y corto plazo, para lo cual no han sabido utilizar el especializado recurso humano que poseen. Huérfanos de un líder con carisma, personalidad y significado programático. Ausencia de un proyecto de país compartido con las grandes mayorías y que sirva como alternativa a las políticas y programas del gobierno. ¡Concretas soluciones a problemas concretos! Inexistencia de una estructura moderna de organización electoral y política, a través de la cual se ubique la militancia y los simpatizantes, se mantenga un canal de información en ambos sentidos y se distribuyan tareas. Falta de una coherente e inteligente política hacia el interior de las Fuerzas Armadas. Inexistencia de una política para captar y persuadir a las clases populares D y E.
Reina la desilusión y la desesperanza
Pero la situación más adversa la tienen en el cuadro de decepción, disgusto y poca fe que se presenta en la gran mayoría del campo opositor. La cadena de errores y fracasos de la dirigencia opositora ha creado un fuerte rechazo a sus últimas directrices y formado en gigantescos grupos una actitud de desesperanza e incredulidad. Un sentimiento de fracaso y frustre invade sus motivaciones y posturas políticas. Solo superado con un cambio radical en el liderazgo, las propuestas y en los estímulos y banderas de lucha. Del campo opositor tendrá que salir nuevas razones para elevar el optimismo, la autoestima y la perspectiva de triunfo. Ambiente que pasa por una unidad franca y sincera del liderazgo. La designación de un líder único y abanderado, regia personalidad, sentido de país y arrastre popular. Concentrado a resolver los principales problemas de la nación. Especialmente el de las clases más pobres, con trabajo estable, justa remuneración y protección social. Aquí la pregunta es ¿tiene la oposición un líder con esas características? No lo sé… hasta ahora no ha sido visible…
@efecepe2010