Pasar al contenido principal

Demócratas, ¿una especie en extinción? 

Democracia
Tiempo de lectura: 3 min.

Dos mil quinientos años después de que Atenas esbozara el concepto de democracia, de los avances posteriores con la proclamación de los Derechos del hombre y del Ciudadano, de los escritos de Montesquieu sobre la división de los Poderes del Estado, y  los más recientes acuerdos internacionales, cabe preguntar por qué la democracia está perdiendo terreno. Ayer, 15 de septiembre, fue el Día Internacional de la Democracia y, lamentablemente, cada día hay menos países democráticos. Los números varían, pero según Economist Intelillence Unit, de 167 países evaluados, solo 24 son democracias plenas. Las causas varían. Aquí solo nos referiremos a la pérdida de principios y valores de los ciudadanos. 

¿Quiénes no son demócratas? : Hay muchos que se consideran de buena fe que son demócratas, pero con su conducta contribuyen al deterioro de la democracia al tratar a quien piensa diferente como un enemigo y no un adversario, al no aceptar que todos tienen derecho a expresar opiniones y a que se respeten sus derechos humanos, aunque sean delincuentes. Algunos creen en el voto cuando los favorecen. Tampoco son demócratas quienes por beneficiarse o por temor no se oponen a los desmanes de quien ejerce el poder, no defienden las instituciones y son indiferentes ante la pobreza y la desigualdad social  o aplican aquello de “con los míos, con razón o sin ella”. El fin, generalmente,  no justifica los medios y quien es fanático en política, no es demócrata. 

Algunos ejemplos polémicos y complejos que están sobre el tapete: El objetivo no es dictar cátedra, lo cual dejamos a los expertos, sino intercambiar sobre temas que nos dividen para intentar tender puentes entre los que proceden de buena fe. 

Derechos humanos: Son derechos universales, no importa si son adversarios políticos o si han cometido delitos. El reciente asesinato en Utah del joven activista republicano Charlie  Kirk es repudiable, aunque diferimos de sus prédicas extremistas. Antes, del otro lado del espectro político, es decir del partido demócrata,  fueron asesinados Melissa Hortman y su esposo, y dos jóvenes judíos fueron asesinados en Washington por un estadounidense partidario de Palestina. Estos hechos indican que hay fanáticos de extrema derecha y de extrema izquierda. De diferente naturaleza, pero también repudiable, es el bombardeo por fuerzas navales estadounidenses que hundió una lancha portadora de drogas en aguas internacionales, en el que fallecieron once venezolanos, 

Descalificaciones: En las redes sociales venezolanas el deporte favorito es agredir verbalmente a cualquiera, político o no, que no coincida con lo que piensa el descalificador. Los partidarios del régimen acusan de terroristas, de imperialistas y de sembrar el odio a quienes criticamos los atropellos de Maduro y algunos opositores fanáticos tildan de alacranes, de chavistas encubiertos o de comunistas a quienes eventualmente diferimos sobre determinado hecho. 

Los emigrantes: Los venezolanos debemos ser solidarios con los emigrantes, tengan o no sus papeles en regla, y rechazar las medidas del presidente Trump y de otros que violan el debido proceso. Quienes emigran es por necesidad de diferente tipo y requieren protección. El país receptor se beneficia, aunque a corto plazo puede tener alguna dificultad para absorberlos. Desde luego deben comportarse como buenos ciudadanos y respetar las leyes y costumbres del país que los acoge. A veces la xenofobia surge por incumplirlas.

Nuestros presos políticos y comunes: Todos deben tener buen trato, tener acceso a la debida defensa y a visita de familiares. La práctica general del régimen de Maduro son las desapariciones forzosas, las detenciones sin orden judicial, la prohibición de contar con defensor privado y los traslados clandestinos. 

Bombardeo de Gaza: Simpatizamos con el pueblo israelí y apoyamos su derecho a defenderse de los terroristas de Hamas y de Hezbollah. Rechazamos los asesinatos de seis ciudadanos en una parada de autobús,  pero no apoyamos los bombardeos  de la franja de Gaza. Estas acciones, además de inhumanas, incentivan la multiplicación de terroristas. Tildar a todos los musulmanes de terroristas es ser fanáticos como Pedro El Ermitaño, quien predicaba Dios lo quiere, para reclutar a voluntarios para la primera Cruzada. 

El liderazgo mundial debe tomar acciones y dar el ejemplo en contra del fanatismo y de la polarización. Los venezolanos no somos agresivos, pero cada día aumenta el odio. La responsabilidad no es de las redes sociales, sino de los fanáticos. 

¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!

eddiearamirez@hotmail.com